Una Vecina Muy Amigable

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me pregunto si había comido algo, y dije que no, me dijo; bañate y te espero en mi depa.
.
Salí buscando dónde sería el " depa" , ya me esperaba en su puerta, entré y había un olor muy delicioso, me sirvió la sopa de arroz con recaudo, y arrimó un recipiente de salsa, muy poca fue, y mi estómago comenzó a pasarlo mal, me fue "enseñando" a comer del sabor nacional, terminé, y me dio unas albóndigas con salsa de tomatillo y chipotle, y ahí va de nuevo.
Una picazón tremenda, pero no había más nada que llevarse a la boca.

Me ofreció estar con Ella viendo la televisión, y al paso platicamos acerca del porqué estaba en México, me ofreció un vaso de Tequila, le dije que en Madrid ya le había tomado y que era muy fuerte, aún así, me fui bebiendo la Tequila, y ya más tarde me retiré a descansar.

Al día siguiente, me lo pasé buscando en un directorio telefónico, y al menos los primeros 50 no eran familiares, y dejé a un lado la búsqueda de momento, pasé a comer en un sitio, y la cuenta fue de 350 pesos mexicanos, llegué con Martha y salió el comentario de la cuenta, me dijo molesta; Qué no ching.
Vente, vamos a ver eso.
Y caminamos por largo trecho, Wow.
Parecía una madre felina defendiendo al crío.
Y pusieron en su mano 300 pesos.
Y me dijo;.
No manita, vas a comer en casa y no te cobrare nada.
Hasta qué puedas encontrar a tu familia.
Y a partir de ése día, Martha cuidaba de mí .

Una tarde llegué y no estaba Ella, fui a mi pieza y tomé un baño, ya más tarde, fui con Martha, llamé y dijo; Pasate Kaelhy.
Ella se duchaba, y mientras me senté a esperar, platicabamos así, y de repente sale secándose el pelo con la misma toalla completamente desnuda, no hay porqué de vergüenzas, pero no pude negar que me impactó su cuerpo, una mujer de 55 años con una firmeza de carnes, qué a la vista se ve que cualquier hombre se sacaría el lotto .
Comenzó a vestirse, era muy seductor ver un strep tease al revés, Jajajaja.

Se me quedó viendo, y se sentó frente a mí sin ponerse el bra, sus Tetas poco se movieron, habló con una voz más ronca y me dijo; Ay manita, si te digo una cosa que tengo, siento que me vas a mandar a la fregada.
Respondí;.
No dime qué Os pasa.
Guardó silencio y se puso tan sólo la blusa, fue y sirvió un par de vasos de Tequila, habrán pasado unas 2 horas, y el mareo pronto nos llevó a su reino, se hizo de noche, y continuamos hasta que la botella llegó a su fin.

Estábamos las dos sentadas en el sillón, Ella me pasó el brazo sobre mís hombros, y me dijo; Quedate conmigo manita.
Yo te ayudo mañana a seguír buscando a tu familia .

Pasamos a su recámara, una decoración bastante fina en gusto.
Me acosté con ropa puesta, y Martha me observó y dijo; Así está mejor manita.
y cuando Ella se acomodó, se quitó toda la ropa, quedamos bajó las cobijas, y su cuerpo ardía, me dio la espalda, pero el fuerte calor que emanaba de entre sus nalgas pronto me envolvió en un deseo mágico, pensando en que hasta el respeto que me daba por no abusar de su sexualidad, la hacía una extraordinaria persona.
me giré y la abracé con ternura.

No había pasado mucho, cuando mi conchita sudaba horrores por el calor de Martha, bajé la mano tratando de abrir el sierre del pantalón y al intentar, mis dedos chocaban entre las nalgas de Ella, quién tan sólo hizo un ligero movimiento por lo dormida qué estaba, pero Yo no lo estaba, y el duende del deseó me atrapó y me puse a acariciar la raya entré las nalgas.
Martha se giró de frente, me quedé quieta y nada pasó, estaba por completo dormida, y entonces me quedé buscando dormir.

Cerré los ojos y no podía dejar de pensar cositas malas, sentí la cálida respiración por la boca de Martha, cada parte de nuestros rostros estaban a escasos milímetros uno del otro en posición espejo, comencé a meter mis dedos dentro de mí conchita, y la cercanía de los labios de Martha terminaron de seducirme, los prendi con los dientes, y los fui mordiendo de sutil a pasión, Ella abrío los ojos, y correspondió a mi acción, pronto ambas nos entrelazamos en manoseos, caricias y besos.

Me ayudó a quitarme la ropa, no importaba el intenso frío exterior, dentro de la cama nuestros cuerpos ardían por el deseo, frotamos nuestras Conchitas por largo tiempo, series de múltiples orgasmos nos invadieron, nuestros cuerpos iban de una posición a otra, un 69 qué marcó el éxtasis, agoto el tiempo y las manecillas del reloj avanzaron solas.

Terminamos fatigadas, un beso largo entre caricias nos llevó a rendirnos para dormir, al salir el Sol del nuevo día, tomamos un buen desayuno, un baño entre las dos, y salimos a la búsqueda.
Ella conoce mejor y me condujo siguiendo posibles direcciones, y al fin dimos con la primer familiar, ésta nos llevó a las demás.
Y ya ubicada, quedé en regresar al día siguiente con ellos, ya que me pasaría unos días más en casa de Martha.