Vivir un sueño imposible
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Joseliza.
Susana, luego de que el periodo vacacional, estuviese a la vuelta de la esquina, veía por internet las páginas de agencias, buscando las vacaciones que por tanto tiempo, había esperado, era increíble sentir que se acercaba el momento de descansar. El trabajo en la empresa, había casi extinguido las vacaciones para ella, el nivel de responsabilidad no le permitía alejarse más de dos días; dos años, dos largos años sin un descanso prudente, había prestado sus servicios en muchas ocasiones hasta los fines de semana.
En eso pensaba cuando de pronto un anuncio llamó su atención en la red:
-Wow, esta superrrrrrr, esto, esto e4s lo que necesito- exclamó.
Procedió a clickear en la página y a reservar su estancia, de la prisa que tenía se saltaba cuanto podía y que sin leer bien, no consideraba importante, contenta al finalizar la reserva, procedió a recoger sus cosas en la oficina, para ir de prisa a recoger lo necesario para la experiencia que se avecinaba, descansar….
En su casa, organizando sus maletas, se dio cuenta de que, le faltaba algo, su ordenador, ya que tenía que describir cada sensación, cada detalle, cada segundo de su estancia en el lugar, echando un vistazo se da cuenta que la montaña de ropa que no entraría en la maleta, la cubrió y se lanzó por ella, con ello se sentía segura y completamente equipada. Sin perder más tiempo se dirige a tomar el taxi que había solicitado y le esperaba fuera de su casa, al salir y cerrar la puerta, se adelanto a ponerse dentro del auto pensando en que tal vez, si perdía más tiempo su sueño se perdería, toda la vida había soñado en decir la célebre frase de “ a toda prisa”- dirigiéndose al chofer del taxi, completamente se empeñaba en vivir lo que toda la vida había soñado.
Ya en el aeropuerto, de inmediato va a la sala de abordar, nerviosa e impaciente desearía que el reloj avance lo más rápido que se pueda, posteriormente escucha en el altavoz, el anuncio de su vuelo, y procede a tomar su lugar, a dios gracias, que en los asientos había equipo para música por que cuando buscó en su bolsa de mano, no encontró su equipo reproductor , con una mueca de molestia y pensando en que se aburriría o peor aún, se desesperaría mas el tiempo que había que esperar, así que cuando la asistente del avión paso ofreciendo los auriculares, encantada toma unos y procede a disfrutar de la música y cerrar sus ojos. Al poco rato, sus nervios se fueron disipando, en su lugar quedo ya un momento de placer y descanso en ella, el tiempo de cerrar los ojos y volver abrirlos al ser tocada en un hombro por la asistente, informando que el aterrizaje se acercaba y tenía que incorporar su asiento y prepararse, asintiendo se acomoda.
Poco tiempo después circulaba por el aeropuerto en busca de sus maletas, posteriormente ya en un coche que rentó por los días de su estancia por el lugar, apoyándose por un mapa que la llevaba a 12 kilómetros de Ciudad Valles, donde ansiaba, volver a esos parajes tan pintorescos, donde destacan un conjunto de cascadas y lagunas realmente hermosas, directamente se dirige al restaurante porque , por las prisas, no compro nada para el camino y las horas que había pasado para llegar ahí fueron considerables, dentro del restaurante, podía constatar que las cosas fuera habían cambiado con el paso de los años, pero internamente habían conservado lo antiguo, campirano, en fin, lo que ella buscaba.
Después de merendar, sigue su camino, hasta llegar a la zona de cabañas, donde a la entrada esta la recepción, entra y se identifica buscando que le asignen su reserva, justo en ese momento se topa con otra chica, que buscaba en el interior de su bolso los datos de su reserva, así que solo a manera de cortesía le sonríe y un pequeño movimiento de cabeza le da la bienvenida la otra chica.
Al haber entregado ya los datos al encargado, se escucha una voz que dice:
-¡Yupi, aquí esta!, y espera para entregarla a que terminen de atender.
El administrador le dice que todo está bien, pero que tiene que hacerle una aclaración sobre su reservación.
-Muy ben responde la chica al empleado, ¿qué pasa con mi hospedaje?- nada más malo podía pasarle, pensó, si ya estaba comenzando su sueño anhelado.
-Nada complicado, solo que tengo que hacerle notar que su habitación será compartida.
-Qué?, porque compartida, hice la reservación en tiempo y forma, responde.
-Es completamente correcto lo que dice, y mostrando el monitor explica, -cuando hacemos una reservación en la página, hay dos opciones… habitación compartida o individual, y cuando escoge compartida, e imprime, usted lo puede verificar en esta casilla, mostrando la reservación que ella misma le había entregado antes…
Refunfuñando, de que ese pequeño detalle se le había escapado, pide que le asignen una habitación para ella sola, -sí, esa es la solución pensó-
Solo que el destino le tenía deparada otra jugada, -Lo siento srita, estamos en temporada alta, los pocos hoteles de por aquí estamos saturados, corroborando una a una las reservas preocupados justamente por esto, aquí teníamos dos habitaciones libres el día de ayer, pero fueron ocupadas por la noche y por un mes, con el sistema de compartir, tenemos alrededor de 40 habitaciones, y hasta la fecha no han traído queja alguna.
-Pues si no hay solución, adelante, dame la habitación, y espero que esta persona no venga, porque busco pazzzzzzzz…gritooooooo… cuando se dirigía a su habitación.
La otra chica atemorizada, entrega la reserva al dependiente, y este sonríe bajando su cara, tratando de disimular la situación, cuando se compone, expresa a quien espera le atiendan, srita. Escucho usted la situación que explique antes, ya de una manera más seria y profesional –asintiendo el empleado prosigue; Pues, creo que usted es la compañera de quien se acaba de marchar, le entrega la segunda llave y le explica cómo llegar.
Ya en la puerta de la habitación su mano temblorosa, no atina en poner la llave donde debe ir, cuando está a punto de hacerlo, la puerta se abre y se topan cara a cara. Intimidada le dice que es su compañera, espera un tiempo considerable para entrar, al estar dentro, aprecia todas las cosa que le aguardan, una vista maravillosa ya que el hotel era a manera de cabañas, ubicadas en diferentes partes del terreno, con una separación considerable, dando la privacidad que buscaban aun por diferentes situaciones, en la terraza había una hamaca que se veía estupenda, una especie de llamado a sentir como el confort y lo campirano se acomodaban para brindar lo que el estrés y las prisas hacían día con día en cada uno de los habitantes de las grandes urbes de las que provenían año con año los visitantes, por otro lado una mirada hacia el frente de su habitación, daba a un recodo, donde el principal elemento era un pequeño ojo de agua, poco mayor que un jacuzzi, el cual era rodeado por plantas, pasto, las piedras que bordeaban por ahí, todo daba la sensación de Libertad y Paz.
La habitación, campirana pero cómoda, constaba de dos camas de tamaño considerables, dos guarda equipajes con la seguridad que el asunto de compartir con alguien, necesita, una salita, una cocina por si querían hacer ellas mismas su comida y un sin fon de roncones preciosos que ahí mismo se guardaban. El encanto de la vista fue roto por la voz de la otra chica:
-Regla uno: No interfieras conmigo, porque necesito descansar.
-Regla dos: Mi lado es la que da a la ventana, el comedor está ocupado cuando trabajo y lo demás lo veremos luego…
La acompañante, solo escuchaba y veía bastante calmada lo que su interlocutora decía, asintiendo a cada una de las prerrogativas externadas, hasta que llego al final.
Los primeros días fueron pasando como cualquier otro lugar y sin compañía alguna, hasta que una noche, Susana después de regresar de sus paseos diarios, y sentarse a la mesa con el ordenador, a describir todo lo que sentía notó que su compañera de habitación estaba un poco mas callada de lo que ese tiempo pudiera atestiguar, pensó que si algo le pasaba, porque realmente, no recordaba haber cruzado mas del saludo de buenos días, o buenas noches con ella, ni observado que ella saliera como ella, y se dispone al cerrar el ordenador. Se acerca a ella con un vaso de jugo y le ofrece, cuando esta eleva su cara puede observar que sus ojos tristes dejan salir lagrimas que ruedan por todas sus mejillas rozadas, -Que te pasa, porque estas así, te puedo ayudar, le envió tantas preguntas que no podía la otra responder a ninguna sin que llegara la siguiente, suspiró para tomar tiempo y reponerse, se levantó dirigiéndose a la terraza, su mano libre tomo el borde y la otra puso sobre la mesilla el vaso con juego recientemente aceptado, y responde:
-Estoy bien gracias, ya no duele tanto, fue mucho tiempo el que pase en esa situación que prefiero ya no recordarlo, quiero vivir sin volver la vista atrás, quiero sentir lo que siempre he querido y no se ha dado….en fin… Concluye la chica
-Bueno, quiero disculparme por lo mal compañera que he sido, pero necesitaba tiempo conmigo misma, era lo que buscaba al venir aquí –Si te escuche al llegar aquí- interrumpe la chica.
-Hola, soy Susana, tu compañera de cuarto. –Ese simple saludo cortés era lo que desde el principio había quedado suspendido, y no había dejado que las relaciones fluyeran entre ellas. –Hola soy Yolanda, recibe como respuesta.
Susana complementa el saludo con la explicación de que hacía para vivir y de donde venía, respondiendo en la misma sintonía Yolanda….Con esto y los nervios ya calmados por el silencio tal como, los monjes en el monasterio, pasaron el tiempo y los recorridos en compañía la una de la otra, hacían planes de lo que disfrutarían al siguiente día, hasta que una noche en la que habían llevado algunas cervezas, pues en el mundo exterior era día de festejo, “el día del amor y la amistad” y una que acostumbrada por sus compañeros de trabajo y jefes, en celebrar una fiesta por el motivo, en temporada laboral, pero se encontraba a kilómetros y de vacaciones, así que decidieron festejarse, acomodaron la mesilla de centro con lo necesario, las cervezas en la cocina, cocinaron juntas algunos bocadillos que tomarían después de la cena que el restaurante les subió, y sus planes eran conversar y descansar, todo fue conforme al plan hasta que :
El ruido del agua, los cantos de las aves por el aire, y la paz que el lugar les daba, hasta el hotel se quedó casi solo, dando más privacidad que nunca, comenzaron a beber las cervezas, y una de las reglas principales del juego es, preguntas y respuestas…. Se da el primer giro, a cargo de Susana, tocándole la pregunta a ella y responder a Yolanda, -¿Cómo fue tu primera vez?- ya con los efectos ambarinos, responde, dejando notar sus mejillas el color rojizo, bueno, no fue nada espectacular, fue con alguien muy especial, pero nada que ver con lo que se dice por ahí, su mirada bajo hacia el piso, y dio por terminada la respuesta, tomando en cuenta Susana que era un poco difícil que ella externara algo, acepto su respuesta. La siguiente fue a favor de Yolanda, quien le hace saber que le gustaría cambiar un poco las preguntas, aceptando Susana, le siguió la pregunta, -¿alguna vez has sentido algo por una mujer?- La respuesta que siguió a la pregunta no le sorprendió a Yolanda- Sí, pero no tengo mucha experiencia en esto, solo puedo decirte que muchos días de los que hemos disfrutado juntas, ha sido maravilloso más de lo que yo me hubiera esperado, y es algo que no cambiaría por anda del mundo.
Lo que prosiguió, fue un abrazo y caricias desesperadas, una a una sentían como la sangre fluía por su ser, y las caricias que explotaban dentro de cada segundo eran más intensas. Las manos de Susana, recorrían la piel de Yolanda quien no se dio cuenta pero ya estaba acomodada en el suelo con los ojos cerrados, disponiéndose a disfrutar cada nueva experiencia, los dedos acariciaban sobre la tela los montículos que se erguían debajo de la ropa, deseando emerger y sentir directamente las caricias de la lengua que en seguida loca llego, poco a poco las manos de Yolanda que se encontraban solo abriendo y cerrando, evitando el compartir las caricias en cuerpo que era de su mismo sexo, impúdico, socialmente y repudiado seguramente por quienes n entendía la dimensión que acababan de abrir; fueron bajando por la espalda de Susana, las curvas con las que ese tiempo había soñado y llevaban ánimo a su tristeza, y el contratiempo en que se encontrar, la atracción de mujer a mujer es mayormente repudiada que cuando se trata de hombre a hombre pensó, cómo es posible que entrara en ese círculo tan problemático y a la vez tan entrañable cada segundo vivido así, que acepto vivir el momento si ver el futuro –Su Plan de Vida desde que llego-
Desde esa escena, los días fueron constantes caricias, mejores momentos, los paseos más divertidos, pues al regresar sabían que tendrían una ardua tarea, el complacerse una a la otra, consentirse, si pedir nada a cambio, en fin amor por amor, era la única condición.
Dentro de las conversaciones, Yolanda se dio cuenta que, el cumpleaños de Susana se acercaba, y también el final de esos días de gloria, por la mañana, no le acompaño, diciendo que estaba cansada, al partir Susana, Comienza a preparar toda lo necesario, llamo al restaurante ordenando las cosas, prepara de nuevo bocadillos, y las bebidas, cuando repaso una vez más las notas que había preparado, concluye que todo está listo, sale de la habitación rumbo al ojo de agua, como fue el acuerdo, justo a tiempo veía como Susana regresaba y se incorporaba pasaron un momento increíble, con caricias bajo el agua, discretamente se tocaban, disimuladamente sentían la piel con piel, las curvas de una a la otra entre juego entregaban, totalmente perfecto seria si de nuevo estuviéramos solas, le dice Susana a Yolanda en voz queda, asintiendo con sonrisa cómplice, le pide que se marcharan ya, saliendo del agua inmediatamente, para posteriormente dirigirse a la habitación, hizo el cuento de que tenía algo que hacer y que siguiera, posteriormente la alcanzaba, todo fue para dar tiempo a que su “compañera” de cuarto llegara primero…
Cuando abrió Susana la puerta, se topo con un mundo de globos que salieron por la puerta, con un mensaje de “Feliz cumpleaños amor”, las lagrimas le rodaron por las mejillas, pues no recordaba haber dicho cuando era, y pensó por la mañana cuando la dejo ir sola que simplemente se lo pasaría muy mal ese día, pero se mensaje le decía lo contrario. Apartando los globos llega al camino con pétalos de rosa que le indicaban por donde tenía que seguir, hasta llegar a la mesa con pétalos y velas sobre y alrededor, dando un ambiente de ensueño, al secar las lagrimas, por un hombro llega una mano que le acaricia y seca sus lagrimas también, diciendo, no llores disfruta que es tu día, prodigando un dulce beso en la mejilla, culminando en un abrazo y un beso tierno en los labios, disponiéndose luego a tomar los alimentos que acomodados angelicalmente deleitaban además del estomago la vista enamorada por la escena.
Poco a poco, paso el tiempo entre caricias y besos, lagrimas y risas, termino cuando el alba las despertó, y con ello la desilusión de que ambas tenían que regresar a su mundo real, las caras tratando de verse normal, aunque el corazón herido, y la promesa de seguir en contacto, y poder hacer de nuevo encuentros lo más pronto posible, salen del hotel y llegan a tomar cada una su avión, prodigándose un beso en el pensamiento, porque la vida real, era un duro elemento, “los sueños, son solo sueños” y dentro de cada quien, deben quedar… El tiempo siguió, las vidas también y las cartas, mail, llamadas por teléfono, donde lo que nunca pudieron olvidar, fue ese tiempo en la laguna de micos, donde el sueño se hizo realidad…
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!