WENDY Y LOS 20 000 PESOS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Quiero empezar este relato describiéndome, mi nombre real es Isabel, no soy muy chaparrita ni muy alta, yo diría que más bien soy de una estatura promedio, delgada de buen cuerpo, de buen trasero armonioso con mis piernas y mi cintura, mis tetas son el punto débil ya que no soy muy grandes pero no como para acomplejarme, soy morena clara y de pelo lacio, padecía miopía y usaba lentes, me gradué hace ya unos cuantos años de enfermera y casi inmediatamente entré a trabajar en el hospital general de Querétaro, al principio la chamba era muy dura, las jornadas eran muy pesadas, nos quedaba poco tiempo para el relajo, el convivio o el romance, yo terminaba muy cansada y sin ánimos para socializar
El segundo año fue mejor, me acostumbré a la presión y poco a poco aprendí a sobrellevar el trabajo y dejar tiempo para mi, siempre me consideré heterosexual, jamás tuve ningún acercamiento con el lesbianismo, y en honor a la verdad jamás tuve ningún tipo de propuesta por parte de alguna lesbiana, de hecho yo era súper femenina como cualquier otra chica coqueta de mi edad, mis amigas y yo nos la pasábamos calificando y chuleando a los chicos del hospital, no dejábamos de hablar de los chavos que nos gustaban y fue en esas circunstancias donde terminé enredándome con un joven y apuesto pasante rompiendo una sagrada regla laboral: “jamás te enamores de un compañero de trabajo”, créanme, eso nunca terminará bien, el caso es que todo aquello fue como un sueño al principio y como siempre se convirtió en pesadilla, para no hacerlo muy largo, resumiré diciendo que todo terminó en desastre y yo fui dada de baja del hospital por errores míos y por culpa del infeliz poco hombre ese, el mundo se me vino encima, acabé con el corazón roto y sin trabajo, no podía creerlo, todo parecía en mi contra, de estar viviendo un sueño terminé en la mierda, y aunque parezca increíble, no fue ese el motivo que me convirtió en lesbiana (o bisexual cuando menos), créanme, eso era lo último que me preocupaba, así que ese hecho llegó de la manera menos probable y con la persona que menos me hubiera imaginado, curioso destino…
Como ya dije estaba en una terrible situación tanto laboral como sentimental, mi autoestima estaba por los suelos, me sentía la mujer menos bonita y querida el mundo, sentía que nadie me necesitaba y que todo mundo me abandonaba, mis “amigas” poco a poco se alejaron de mi cuando antes me juraban lealtad por sobre todas las cosas, en fin, fue una etapa horrenda que aun ahora me duele recordar, pero bueno fue parte de la cadena de acontecimientos ya que, yo me sentía muy mal pero no como para pensar en el suicidio, yo era una persona bastante liberal, fui educada en un hogar católico de buenas costumbres morales, mi madre era una gran mujer que aunque en algunas cosas era medio mocha, en otras era bastante flexible, me dio libertades suficientes como para dejarme experimentar la vida por mí misma, yo no era una espantada ni una homofóbica, era muy tolerante en ese tema, pero era algo que no me interesaba ni jamás lo había contemplado, como dije antes no había habido nunca motivo para ello y era lo que menos me importaba en ese momento, de hecho lo que más me apuraba era la situación económica, al perder mi chamba en el hospital me vi obligada a abandonar el departamento que compartía con otras dos chicas y tuve que regresarme a la casa de mis papás pero desafortunadamente papá enfermó y la situación económica de mi familia tampoco era nada buena, parecía increíble pero batallé mucho en encontrar trabajo, el tiempo pasaba y yo me desesperaba cada día mas, me presenté a muchísimas entrevistas pero simplemente no me llamaban, imagino que tenía mucho que ver a la hora de pedir referencias laborales a mi antiguo hospital, cualquiera sabe que salir a buscar trabajo implica gastos extras de dinero que no tenia, yo solo veía que el poco dinero que me quedaba de mi liquidación se agotaba rápidamente, en fin, tres meses pasé buscando empleo, empezaba a contemplar la idea de buscar de trabajo como simple mesera o empleada de zapatería, cuando por pura casualidad vi en un anuncio por internet que solicitaban una persona con conocimientos de enfermería para cuidar a una persona con discapacidad en la ciudad de Celaya en el estado de Guanajuato, el anuncio no daba más especificaciones lo cual me hizo desconfiar, pero ante la premura de mi situación no dudé en llamar, me contestó una mujer que sonaba de mediana edad y me confirmó que efectivamente aun el puesto estaba vacante, me pregunto algunos datos que ya no recuerdo y concertó una cita en un domicilio que me proporciono, al día siguiente viajé a dicha ciudad esperanzada y nerviosa ante lo que me reservaba el destino, tenía mucho que pensar y debía actuar con cuidado, ya que nunca se sabe que intenciones reales tenga la gente, pero empecé a tranquilizarme relativamente cuando llegué a la dirección que la señora me había proporcionado, la verdad quedé gratamente sorprendida, la zona era una colonia exclusiva de bastante lujo, las casas no eran muy grandes pero de un excelente gusto en la construcción y decorado, podían verse autos de lujo por doquier, finalmente y después de preguntar el domicilio correcto a un par de vecinas que andaban por ahí llegué al lugar señalado, con un poco de incertidumbre toqué el timbre e inmediatamente asomó a la puerta una agradable y bonachona señora madura, era bajita y gordita, pelo corto y rizado y usaba una gruesas gafas, era una verdadera dulce abuelita y muy amable, me saludó sonriente y me invitó a pasar
La casa por dentro era todavía más lujosa, quedé maravillada, era un lugar de ensueño y empecé a entusiasmarme, imaginé que la paga no sería ningún problema y me propuse esforzarme por agradarle a la señora y me contratara, también pensé que por el lugar lujoso habría cientos de candidatas a obtener el trabajo, obviamente me equivoque y no tardaría en averiguar por qué, llegamos a una lujosísima sala y me invitó a sentarme en un bello sillón y ella hizo lo propio, se presentó como doña Laura y empezó explicándome que la persona que yo tendría que cuidar y atender era su nieta Wendy, una chica muy especial, también me advirtió que mi labor no sería nada fácil y que requeriría de realizar un trabajo “poco común” ya que Wendy tenia necesidades… “fuera de lo normal”, no supe a que se refería pero por alguna razón su tono no me gustó nada, estaba reflexionando sobre eso cuando de repente la vi, casi me da un susto pues no me di cuenta cuando se acercó a mi hasta que prácticamente la tuve encima mío, era la tal Wendy, una obesa muchacha con un pronunciado síndrome de down, parecía de unos 16 o 17 años, su aspecto era casi monstruoso, la chica me husmeaba y me inspeccionaba con curiosidad y descaro, sentí que invadía mi espacio personal pero traté de mantener la calma y dejarla hacer, no podía reprender o alejar a la muchacha cuando pretendía obtener el trabajo
La señora Laura, sonrió complacida:
-vaya niña, le has agradado, eso es bueno, muuuy bueno, no cualquiera le gusta…-
Me dijo la señora en un tono socarrón, yo intenté sonreír un tanto incómoda por la presencia de Wendy:
-te presento a Wendy, mi nieta, es a ella a la que deberás cuidar… digo, si aceptas el trabajo…-
Miré sorprendida a la anciana, ¿Cómo? ¿Así tan rápido? ¿Sin más ni más, sin referencias laborales, o entrevista previa? Se me hizo muy sospechoso pero por mi situación económica me vi obligada a guardar silencio y ver a donde quería llegar la mujer, así que trate de tranquilizar las cosas y establecer las condiciones laborales:
-bueno señora, antes debo ver el monto de la paga y cómo voy a…-
La mujer me interrumpió tajante:
-te daré 10, 000 al mes y te quedarás a vivir en el cuarto de servicio, tiene todas las comodidades: baño, televisión, cable, refrigerador, lo único que le falta es la cocina…-
Me emocioné mucho ¿10,000? En el hospital ganaba un poco más de la mitad de esa cantidad, es decir casi unos 6,000, ¿Por qué me ofrecía todo eso así como así? No tardaría en averiguarlo, la señora continuó imparable:
-además te daré el día libre que tú elijas y no te descontaré la paga si se te aparece alguna emergencia familiar…-
En esos momentos pensé que la señora no tenia que insistirme pues ya estaba a punto de aceptar, como dije todo eso sonaba fantástico, pero me aun parecía que había gato encerrado, ¿Cuál era la trampa? Distraída con la letanía de la mujer, no me di cuenta que Wendy me olfateaba sin cesar, en eso, acercó su rostro demasiado al mío, me sentí súper incómoda ¿Qué pretendía la retrasada? Puso su nariz casi junto a la mía olfateando insistentemente, pude sentir su aliento golpeando mi cara, tardé unos instantes para entender que intentaba besarme en la boca, me asusté un poco, volteé a ver a la anciana ¿por qué no intervenía? ¿Que pretendía la pinche viejilla loca con todo eso? Sumamente desconcertada no acerté a reaccionar debidamente, si rechazaba tajantemente a Wendy, la abuela podría ofenderse y despedirme ahí mismo, traté de controlarme, lo más que pude hacer fue poner mi mano en la cara de Wendy intentando contener sus embates:
-o-oiga señora, ¿Qué trata de hacer Wendy?-
-¿no lo ves? Intenta besarte…-
-¿queee? no… perdóneme… yo no… es que…yo no puedo…-
-vamos niña, es solo un besito… le caíste bien-
-pero la verdad es que yo no… esto es muy raro…-
-te dije que ella tenía necesidades muy especiales…-
Pensè un instante en que la anciana era una especie de pervertida y estuve a punto de pararme y salir corriendo de ahi pero alguna razòn no lo hice, el tono de la abuela ahora era suplicante:
-anda anímate… por favor eres la única hasta ahora que le ha agradado…-
-me siento muy halagada señora pero la verdad no puedo hacer esto…-
-te daré 15, 000 y dos días de descanso, por favor acepta… estoy desesperada…-
-no señora, no es por dinero, es que…-
-te daré 20, 000 y es mi última oferta…-
-¿v-veinte mil? ¿p-por dejar que me bese? no se.
–
Al escuchar la cantidad que me ofrecía simplemente me desarmó, era mucho dinero y no podía rechazarlo solo por un simple beso, pero como podía yo besar a ese monstruo, sería traumático, una chica tan linda y femenina como yo no podía sobajarse de esa manera, así que rezando para no vomitar cerré los ojos y acerqué mi rostro a Wendy, ni tarda ni perezosa posó su boca en la mía dándome uno de los besos mas tremendos que recibí en toda mi vida, su aliento no olía mal pero era quemante, sabía como a alguna medicina que no supe identificar, no tardó en meter su lengua en mi boca, fue muy desagradable, la movía sin cesar, entraba y salía, la verdad la mongolita sabía lo que hacía, traté de no pensar en el beso, imaginé penes, hombres desnudos, a mi actor favorito, nada funcionó, finalmente Wendy me soltó y yo pude respirar de nuevo, ella era hasta ese momento la primer mujer que besaba en mi vida, Wendy dio media vuelta y salió de la sala, ¿Qué demonios había sucedido? la abuela debió notar mi palidez así que me ofreció un vaso de agua y siguió explicándome en un tono condescendiente, entre otras cosas me contó que Wendy gustaba de besar en la boca a ciertas personas y solo así se mantenía tranquila y podían controlarla, cuando no tenía cerca a sus personas favoritas para besar se ponía insoportable y tenia ataques y berrinches sumamente irritantes, yo le preguntè que por qué no le contrataron una prostituta y ella me contó que sí lo habían intentado pero que Wendy no besaba a cualquiera, solo aceptaba besar a una sobrina nieta casi de la misma edad y a otra prima que vivía en otro estado y que rara vez los visitaba, y ahora yo era la tercera persona que Wendy aceptaba: “puta suerte” pensé yo, la sobrina nieta favorita de Wendy tuvo que salir de la ciudad por cuestiones de estudio por lo que les urgía contratar a una sustituta que tuviera el valor de besar a Wendy, entrevistó a muchas candidatas y aunque hubo algunas que sí estaban dispuestas ninguna le había interesado a la retrasada, solo yo…
Estábamos en eso cuando de pronto Wendy entró como un bólido a la sala y sin ningún aviso se abalanzó sobre mi besándome en la boca de nuevo sin darme tiempo de nada, instintivamente y sin darme cuenta, me vi correspondiendo el beso de Wendy, no supe si Wendy me estaba besando o yo la besaba a ella, imaginé que sería una jornada muy larga y me pregunté cuánto tiempo soportaría tan bizarro y asqueroso trabajo, besar a ese adefesio no sería nada fácil, también la mujer me confesó que preferían mantener esa situación familiar tan bochornosa en secreto, habían llevado a Wendy a un psicólogo intentando averiguar el por qué de dicha conducta, y el psicólogo les había dicho que había una intención homosexual implícita en la mente no desarrollada de Wendy, pero su lesbianismo era ambiguo y no estaba bien definido dada su condición mental, en pocas palabras: pudiera ser lesbiana o tal vez no, o simplemente besando a ciertas personas se sentía segura y protegida, el psicólogo tampoco pudo definirse si Wendy sentía placer sexual al besar o solo era por diversión y necesidad, quien sabe, el caso es que al principio fue difícil, muy difícil, la familia por obvias razones sociales preferían mantener a Wendy lo mas oculta posible, casi inmediatamente, me di cuenta que mi “trabajo”, se reducía únicamente a servirle de juguetito de placer a la pendejita, pues había poco que hacer relacionado a mi profesión, Wendy era, a pesar de todo, una muchacha relativamente saludable y casi no había necesidad de cuidarla médicamente hablando, en la casa solo estábamos Wendy, la abuela y yo, y en contadísimas ocasiones una señora que acudía a hacer ciertas labores domesticas, la anciana se subía a su habitación y se encerraba dejándome a solas con Wendy, o a veces salía todo el día y regresaba ya en la noche, comprendí que deseaba darnos nuestra privacidad, aprendí que podía controlar a Wendy sin ningún esfuerzo como si de un cachorrito se tratara, me besaba unas 20 o 30 veces por día, por supuesto que intentaba rechazarla cuando la señora no me veía pero era imposible, se ponía frenética, solo a veces mediante argucias que no me funcionaban dos veces lograba torearla pero no cedía tan fácil y solo se quedaba a gusto cuando lograba besarme, y no aceptaba cualquier beso, debían ser profundos y húmedos, hacía suya mi boca y la poseía a placer y cuando se le antojaba, lo más difícil era soportar su lengua que entraba y salía sin restricción alguna, intenté causarle rechazo provocándome mal aliento comiendo cosas apestosas o no cepillándome los dientes pero nada funcionó, eso a Wendy parecía no importarle
Así los primeros 3 meses, lógicamente esa rara situación empezó a afectarme mentalmente, me sentía una puta barata, me sentía usada como si fuese un objeto cualquiera, , sin embargo, lo que la anciana me estaba pagando era lo que de verdad valía la pena, pero a fuerza de, terminé tomándole gusto a los besos de Wendy, ya que fuera de los besos, la muchacha no había intentado nada mas conmigo, Wendy tal y como había dicho su abuela, solo se limitaba a besar sin atreverse a nada mas, pero todo cambió una tarde en la que hacía mucho calor, yo prácticamente me había posesionado de la casa, el lugar era para mí entera disposición y yo hacia lo que quería, fuera de los horrendos besos de Wendy la vida en esa casona era de ensueño, como dije antes, no tenía necesidad de atender a Wendy propiamente dicho, ella sabía hacer sola cosas básicas como ir al baño, bañarse, comer e incluso vestirse, solo había que incentivarla y motivarla adecuadamente y los besos eran una herramienta poderosa para ello, también podía dejarla sola largos ratos sin temor a que pudiera lastimarse ya que entendía a la perfección las situaciones de riesgo y peligro, en fin, fue la época más tranquila e idílica de mi vida, fuera de tener que soportar a la retrasada me pagaban por hacer nada ¿Quién no ha soñado con un trabajo así? Pero yo tenía que hacer sacrificios y debía ser sumamente complaciente con Wendy, ese era el costo y pronto éste se elevaría desmesuradamente
Honestamente, nunca me pasó por la mente abusar o lastimar a Wendy de algún modo, yo no era así, no era violenta ni una mala persona, mi tiempo en el hospital me había sensibilizado bastante en el sufrimiento humano y aunque hubiese querido no hubiera podido, la taradita tenía formas de hacerse entender cuando algo no andaba bien e inmediatamente corría a acusarme con su abuela, esto era cuando le elevaba la voz intentando regañarla o cuando le di un pequeño manazo cuando intentó por primera vez tocarme una teta, así que debía andar con sumo cuidado si no quería perder mi jugosa paga, pero todo eso iba a ponerse más complicado esa tarde en la que se me ocurrió salir al patio en bikini, la casa no tenia piscina pero su abuela le había comprado a Wendy una de esas albercas gigantes inflables y como hacía mucho calor se me hizo fácil ponerme mi traje de baño y salir a tomar el sol sentándome en la silla reclinable para luego refrescarme en la piscina, la conducta de Wendy hacia mi cambió radicalmente en ese instante, no me quitaba la vista de encima, pude darme cuenta que era la primera vez que veía a una mujer desnuda y mi cuerpo simplemente le fascinó, lo que más le llamó la atención fue mi entrepierna, la miraba y examinaba sin ningún pudor y con total descaro, puta madre, supe enseguida que había sido un error ponerme el bikini pero ya era tarde, “aquello” era de su total interés, quiso tocarla, se lo impedí, maldición ¿Qué debía hacer? Se puso necia, yo intentaba controlarla y explicarle, no hubo resultado, se empezó a poner violenta, realmente deseaba tocarme la concha, cuando de repente, sin darme tiempo de nada y con una velocidad increíble hundió su cara entre mis piernas devorándome la vagina, di un grito ahogado, quise quitarla de ahí, imposible, Wendy era un toro, sentía su boca y sus dientes mordiendo mis labios vaginales, maldición, no había nadie en la casa que pudiera ayudarme a quitármela de encima, pensé en patearla y correr pero me tenia firmemente sujeta, forcejeamos y en uno de sus furiosos embates, me tiró de la silla y quedé más a su merced, mordía y chupaba como poseída, mi diminuto bikini no me protegía nada y de pronto sentí su lengua hurgando en mi ano mientras bufaba haciendo horribles sonidos, no pude mas y empecé a orinar abundantemente sobre la cabeza de Wendy, esto la distrajo un poco y levantó el rostro confundida lo cual aproveché para patearla en la cara y levantarme, su llanto fue estruendoso, no me importaba, la odiaba por lo que había hecho, no le iba a permitir esa clase de confianza conmigo, y si a la vieja no le parecía pues que se jodiera, que se quedara con su dinero, pero conforme pasaron los minutos comencé a tranquilizarme y a reflexionar en lo que había hecho…
Maldición ¿Por qué me pasaba esto a mí? Ahora la retrasada no dejaba de llorar y lo hacía de forma horrible sentada en el suelo, parecía que la estaba matando, ya había tenido suficiente, pensé en vestirme, tomar mis cosas y largarme de ahí, pero nuevamente, la imagen del dinero pudo más, como quiera que fuese, ya me había acostumbrado a la buena vida en esa lujosa casa y no era fácil renunciar a una paga tan generosa, así que un poco arrepentida por mi acción traté de consolar a Wendy, fue más difícil de lo que pensé y empecé a alarmarme, intenté besarla para calmarla pero no sirvió de nada, Wendy estaba inconsolable, su abuela no tardaría en llegar y no importarían las explicaciones que yo le diera, me echaría de ahí sin dudarlo, desesperada, le quité el brassier a Wendy y comencé a chuparle su pezón derecho, casi vomito pero tuve que hacerlo por un buen rato al ver que funcionaba, sin embargo, como dice el dicho: “si las cosas están mal, recuerda que siempre pueden ponerse peor”, me tranquilicé al ver que Wendy dejaba de llorar mientras le chupaba la teta cuando de repente y sin previo aviso, se incorporó violentamente, yo reaccioné asustada, pensé que quería agredirme pero no, al ponerse de pie tomó mi cabeza con sus manos y la hundió de golpe en su entrepierna moviendo su pelvis bruscamente restregando una y otra vez su cocho contra mi boca haciendo ese irritante y horrible sonido, nuevamente intenté resistir y apartarme de Wendy y nuevamente fracasé, sus manos parecían tenazas, tenía una fuerza impresionante y si intentaba levantarme Wendy hacia presión sobre mi cabeza lastimándome, entendí que no tenia caso oponerme y dejé de pelear, maldición ¿Qué más podía salir mal en ese cabrón día? Puta y reputa madre , maldije mi mala estrella, ahí estaba yo, hincada a merced de un adefesio descontrolado chupándole la concha, era el resumen perfecto de lo que hasta ese momento había sido mi vida, y justo cuando creía que no podía caer más bajo, ¿realmente todo aquello valía 20, 000 pesos? El olor de la vagina de Wendy era quemante y penetrante, me mantuvo así por espacio de 5 minutos que me parecieron eternos cuando sucedió lo inevitable, Wendy comenzó a orinar justo en mi boca, percibí como la tela de su bikini se humedecía con ese liquido caliente y sumamente salado, me convulsioné, tiré violentamente lo mas que pude hasta que logré zafarme, empecé a toser y a escupir sin parar, pero Wendy no había terminado e hincándose nuevamente me besó justo en el momento en que no pude contenerme mas y vomité directo en la boca de la retrasada, a la infeliz pareció no importarle ya que quería seguir besándome pero me levanté y escapé refugiándome en el baño, ahí vomité un par de veces más…
Esa misma noche, tuve problemas para conciliar el sueño, reflexioné sobre todo lo que había pasado, fue un día muy intenso, no podía negarlo, había sido excitante, no podía creer que me estuviese convirtiendo en una puta de lujo, de nada valían mis años de estudio y mi duro entrenamiento como enfermera, ¿realmente deseaba esto? Me enfrentaba a una decisión crucial, yo no era lesbiana pero tendría que comportarme como tal, o era eso, o renunciar a 20, 000 pesos cada mes y a una vida de comodidad, en casa, gracias a ese dinero pude pagar un tratamiento que ayudó a papá a mejorarse, yo ya me había comprado un auto, era un seminuevo pero era un excelente auto, me compré una laptop, un celular nuevo, y toda la ropa y zapatos que se me antojaban e incluso, me operé mis ojos con laser y dejé de usar los anteojos, si deseaba seguir así tendría que hacerme a la idea y soportarlo, era claro para mí que de ahora en adelante, Wendy exigiría otro tipo de atención, ¿estaría preparada y dispuesta a dársela?
Así que ¿estaba realmente preparada para renunciar a todo eso? O mejor dicho aun ¿estaba preparada para volverme lesbiana por necesidad? No me pareció una buena idea, como creo haber contado antes, jamás lo contemplé, nunca tuve motivos para eso, yo solo era otra chica risueña y coqueta que soñaba con el príncipe azul como cualquiera en este mundo, aunque en mi caso, mi príncipe azul se había transformado en mi verdugo, en honor a la verdad, aquel sujeto me había dejado devastada y sin ganas de conocer a ningún otro hombre al menos en un largo rato, mal que bien, la situación con Wendy y lo raro del asunto me habían hecho irlo olvidando poco a poco, además tuve que aceptar muchas cosas, primero: que lo que había pasado en la tarde con Wendy junto a la piscina había sido culpa mía y me había excitado un poco, ya había pasado un tiempo relativamente largo desde que alguien me había tocado, y segundo: tuve que aceptar que solo me había estado haciendo tonta… yo ya era lesbiana!!! ¿Qué mujer puede pasársela besando en la boca a otra mujer durante tres meses y pretender que no pasa nada en su interior? Tarde o temprano (y cualquier psicólogo o experto puede corroborarlo) una situación tan anormal como esa acarreará a dicha mujer problemas en su identidad sexual, yo no creía que fuese mi caso pero aun podía sentir las mordidas de Wendy en mi vagina y tercero: tuve que aceptar que había sido algo injusta con Wendy, su discapacidad la hacía actuar así tan brutal e impertinente, entendí que Wendy era solo otro ser humano con necesidades sexuales biológicas normales y naturales y su cuerpo y su mente le pedían atender esos impulsos que le eran totalmente desconocidos hasta esa tarde, y en cuanto me vio desnuda solo hizo lo que su cuerpo y mente le exigieron, pero pronto tendrá otra oportunidad, pensando en todo aquello comencé a quedarme dormida, ya estaba semi inconsciente cuando sentí un enorme peso aplastando mi cuerpo, era Wendy y me estaba besando, medio adormilada quise reaccionar pero no pude, me asusté un poco y traté de incorporarme, pero Wendy en un movimiento rápido y violento se metió bajo mis sabanas y nuevamente se apoderó de mi vagina
Lancé un grito pues comenzó a morderme, dolía bastante e instintivamente la jalé del cabello en un intento por quitarla de ahí, con el tirón levantó un poco el rostro lo cual aproveché para voltearme boca abajo, en esa posición Wendy me bajó la tanga y metió su lengua en mi ano sin ningún miramiento, preferí quedarme en esa posición pues al menos ya no me mordía, se mantuvo así lamiendo casi por media hora, durante la cual experimenté 2 orgasmos, de repente se detenía para meterme el dedo en el ano, lo hacía sin cuidado y con tosquedad, me lastimó horrible, yo le suplicaba que se detuviera y que mejor siguiera con su lengua lo cual hacía de inmediato, me despojé de mi playera, Wendy se dio cuenta y me volteó para dedicarse a lamerme y chupetearme mi cuerpo, no lo hacía bien, dejaba mucha saliva y era desagradable, no sabía controlar bien sus dientes y en ocasiones me mordía bastante fuerte, y en un movimiento súbito se sentó prácticamente sobre mi rostro, sentí que me sofocaba y con mis manos intentaba aligerar el peso sobre mi cara, Wendy se movía sin cesar, aquí estaba yo nuevamente, pegada a un apestoso y sudoroso coño, estaba excesivamente húmeda y dejó embarrado sus fluidos por toda mi cara, caray sentí que la vida me estaba cobrando con creces tanto lujo, pensé que no tenía nada más que perder o que no podía caer más bajo, así que finalmente me rendí a mi homosexualidad y abrí mi boca y le mamé la coña a Wendy, a que negarlo, su sabor era nauseabundo, pero si iba a hacer eso lo que restaba de mi tiempo en esa casa, era mejor empezar a hacerlo y acostumbrarse de inmediato ¿qué pensaría mi familia si lo supieran? Bueno, no tenían por que saberlo, ¿Qué dirían mis hipócritas ex amigas si me vieran? Que se jodan ¿a quién le importaba lo que opinaran esas perras traicioneras? y sobre todo ¿Qué hubiera sentido al verme así el bastardo que me había roto el corazón? Disfruté imaginando su rostro y tomándolo como una venganza de mi parte abrí mis piernas mientras me masturbaba frenéticamente, solo deseaba terminar cuanto antes, me sentí cachonda y sensual casi como si fuese actriz porno y lamenté no estar filmándolo, ganaría un buen dinero con ese video (mal chiste lo sè), en eso y como sucediera durante la tarde, Wendy expulsó un abundante chisguete de orina que terminé tragándome, afortunadamente no ensució mi cama demasiado y como si se tratase de una broma cruel Wendy se quitó de encima mío y se desplomó a un lado profundamente dormida, yo alcancé a incorporarme en el filo de la cama y vomitaba por segunda vez, me sentìa algo mareada, mi primera experiencia lésbica real había terminado de la peor manera, pero me sentía satisfecha, habia pasado mi primera experiencia como lesbiana con relativo èxito, hice cálculos y no había resultado tan traumático, por el dinero que estaba recibiendo no sería problema soportarlo, pero no olvidaba que cogerme con su nieta no había sido el trato con doña Laura, ¿Cómo reaccionaría cuando lo supiera? Es más, ¿tendría que saberlo? ¿yo debía pedirle más dinero? Echa un mar de dudas fui cayendo en un pesado sopor hasta quedarme completamente dormida al lado de Wendy
Al día siguiente, un golpe de luz me despertaba, alguien había abierto las cortinas de la ventana de mi cuerpo y el rayo de sol golpeó directamente mi cara, amodorrada y con dificultad me fui despertando poco a poco, me sentía aturdida y algo mareada, era una extraña sensación de vértigo, que raro, era como si me hubiese emborrachado la noche anterior, me dolía un poco la cabeza, al principio la luz dificultó mi visión, cuando al fin pude ubicarme, recordé de golpe todo lo que había pasado la noche anterior al momento que descubría la figura de doña Laura parada frente a mi cama, ¡mierda! Wendy seguía dormida y desnuda a mi lado, recordé que yo también estaba desnuda y me tapé instintivamente con la sábana, oh no, ahora si estaba en problemas, no acerté a reaccionar:
-s-señora, yo… no es lo que parece… puedo explicarle…-
La respuesta de la anciana me desconcertó muchísimo:
-¿explicarme qué? Yo no vi nada…-
Y sin decir ni una palabra más salió de la habitación, Wendy seguía dormida profundamente roncando estruendosamente, rápidamente salté de la cama y me vestí precipitadamente, no supe que hacer, ¿la mujer se había molestado? ¿Debía explicarle por qué nos había encontrado desnudas en la misma cama? Opté por dejar las cosas como estaban, si la anciana lo hubiera reprobado me hubiera echado a patadas de su casa en ese mismo instante, en cambio solo se había limitado a encogerse de hombros sin darle importancia, ¿ella lo sabía? ¿Deseaba que pasara eso? ¿Estaba de acuerdo? Muy confundida baje a la cocina y me preparé mi desayuno, comprobé que la anciana ya había salido de la casa como hacía casi diario, el día transcurrió normal, Wendy durmió hasta muy tarde pero cuando despertó hicimos el amor dos veces más, la primera fue cuando me sorprendió en el momento en el que me estaba bañando y la segunda fue en su habitación antes de acostarla a dormir, una nueva y difícil dinámica había surgido entre nosotras, comprendí que no era normal pero igual sucedieron las cosas de ese modo, nuestros encuentros sexuales terminaban cuando ella lanzaba un chorro de orina que casi siempre me caía en la boca o la cara (con el tiempo aprendí a sentir cuando venía y a evitarlo) y casi inmediatamente Wendy caía fulminada presa de un sueño increíblemente pesado, casi como si le diera algún narcótico, como dije eso me pareció fuera de lo normal pero lo dejé pasar
En otra historia contarè lo que pasò los siguientes meses y la triste manera en que terminaron las cosas, espero les haya gustado esta primera parte
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