Dulce inocencia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Antes de comensar me gustaría expresar que soy nueva en escribir relatos, y también en el foro, al fin me anime después de leer muchos relatos de esta misma página. Me gustaría ir relatando cada experiencia que eh tenido hasta mis 19 años que en verdad son muchas. Comenzaré desde mi iniciación al mundo del sexo.
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Recuerdo que a mis doce años, era una niña muy alegre,inocente y dulce. No tenía senos pues apenas se notaban unos bultitos en mis pechos, mi trasero era pequeño y sin importancia (tampoco estaba plana), toda mi infancia fui delgada, algo que se ha sabido conservar bien hasta la fecha, nunca tuve ni la más mínima preocupación ni interés en el sexo. Hasta se me hacia algo indistinto pues mi madre siempre me enseñó muy bien sobre el tema, pero nunca me habló sobre la masturbacion ni nada de eso. Mi curiosidad surgió cuando una amiguita de la escuela me contó que su mama ha escondidas, se tocaba y ponía caras muy raras. Me describió a detalle como lo hacia cada noche cuando se suponía que ella estaba en la cama. Me pareció un tanto llamativo saber para que haría eso, cosa que nunca imagine.
Pocos días después mi amiguita, al ser muy allegada a mi desde que éramos más pequeñas, me confesó que ella lo empezó hacer también, lo cual me dejó sorprendida pero intrigada, me dijo como lo hacia y que se sentía algo muy rico, "cosquillas" en la vagina, me advirtió de no contárselo a nadie, así lo hice.
Desde ese momento mi curiosidad se hizo más y más grande, no obstante a la siguiente semana espíe a mis papas teniendo sexo, mi madre desnuda, mi padre, la imagen de su miembro y de la vagina de mi mamá que me recordó la mía sólo que más madura por supuesto.
Esa sensación en el bajo vientre que me hizo incomodar y a la vez querer explorar más haya. Me devolví a mi habitación cerré con el seguro y me metí bajo las sabanas de mi cama,( unas colchas rosas) cerré mis ojos y sin pensar más, comencé a bajar mi mano derecha un poco tímida hasta mi vientre y después deslizarse bajo mi pijama , mi calzonsito, senti la humedad de mi vagina, que por primera vez estaba mojada, retire mi mano rápido y la lleve a mi nariz,olí profundamente, era un olor dulce, intenso; lo lleve a mis labios, su sabor a inocencia estaba presente, baje de nuevo a mi sexo, y me dispuse a seguir la guía rápida de masturbacion de mi amiga.
Con mi dedo índice encontré mi clitoris, di círculos en él, con otros dedos separe levemente mis labios, tratando de meter más a fondo mis dedos, ni siquiera lo había notado hasta que habrí los ojos y vi mi pechitos ligeramente más levantados, era una sensación que las palabras no me dejan expresar, ese mismo cosquilleo y una sensación de satisfacción corrió por mi cuerpo. Era pequeña e inexperta pero sin duda lo disfrute mucho, luego me quede dormida.
A la mañana siguiente me levante con las escenas de lo ocurrido anoche, una sonrisa se dibujo en mi rostro todo el día, en la escuela le conté a mi amiga lo que paso, ella se notó un poco inquieta conforme se lo contaba, me empezó a dar páginas de internet pornográficas, veía como las mujeres eran penetradas por los penes de los hombres de los videos, igual que mis papas, comenzó mi gusto y necesidad de ver penes erectos para masturbarme, incluso llegue a imaginarme como la chica de los vídeos. Cada vez era más frecuente mi masturbacion hasta llegar al punto de ya no satisfacerme solo con mis manos, mi amiga me consiguió pequeños dildos que le robaba a su mamá. La primera vez me senti rara pero con el tiempo me encantaba meterme el dildo, no lo metía mucho.
Una tarde, tenía una calentura enorme y el dildo lo tenía mi amiga, así que busque algo que más o menos tuviera la forma, mi papa estaba trabajando y mi mama en las labores de la casa, así que no me costo trabajo tomar un desodorante roll on de mi mama, era pequeño pero más grande que el dildo, me encerré en mi habitación y me baje la falda, mi calzoncito de lado y mis labios abiertos, lo puse en la entrada de mi vagina y lo empuje suave, mmmm comenze a disfrutar de cada sentimetro, sin pensar me lo metí más y más, luego sentí un poco de dolor y decidí sacarlo, para mi sorpresa se había llenado de sangre, yo me espante un poco pero luego recordé que me habian explicado sobre la pérdida de la virginidad. No le di mucha importancia. Y durante dos años más continúe dando me placer.con mi fetiche a los penes y mi necesidad de verlos a la hora de masturbarme, hasta los 14 pude tener una verga en mis manos y sentirla también pero ya les contare en otro relato….besos……..mireya
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