El aquelarre
Entonces se me ocurrió la idea que cambio mi vida, hacer un aquelarre sexual.
Todo comenzó cuando me acerque a la magia, el tarot me llevo a un camino lleno de esoterismo y una vez ahí empecé por amar mi femineidad y la magia sexual, esa carga eléctrica que produce tantas sensaciones, que canaliza y hace fuertes mis pensamientos… Entonces se me ocurrió la idea que cambio mi vida, hacer un aquelarre sexual, donde chicas como yo compartamos una buena lectura, una taza de té, algunas golosinas y hagamos de cada encuentro una fantasía donde nos toquemos mirando a las demás, seduciéndonos, invitándonos, rosándonos, y si se da, quizás algo más, un circulo de amistad, conocimiento y erotismo.
De esta forma se consolido mi idea, el siguiente paso era reclutar a las miembros del aquelarre, mis pensamientos se pierden del proyecto para pensar en el resultado, sillones en circulo, una lectura previa, y algunos pasajes elegidos para citar mientras nos tocamos, algunas desnudas, otras solo el pantalón suelto, mallas, faldas, dedos húmedos y gemidos sutiles, caras rojas, y bragas húmedas, rayos, mejor dicho, braga húmeda, la mía, pero debo regresar a la idea previa, necesito reclutar brujitas hermosas que quieran emprender este viaje conmigo.
Mientras daba estructura a mi proyecto decidí que unos de los primeros libros que propondría sería Lolita, recuerdo que fue el primer libro que me llevo a tocarme, fue el causante de mis primeras humedades y mis primeros orgasmos, se que existen chicas que en toda su vida no llegan a conocer el orgasmo, pero yo lo conocí desde mi tierna adolescencia, entre almohadas, esquinas de sillones, y todo en lo que me pudiera montar, asombrosamente nunca se me ocurrió que podría intricarme algo, eso ocurrió hasta mi primera vez con un chico, y no le tome gusto realmente sino hasta que comencé a ser una adulta y tuve edad para comprar mi primer juguete sexual.
La sala de mi casa era gloria pura, frente al tras el sillón estaba una larga pared forrada de espejos, me gustaba montarme en el posa brazos y restregarme una y otra vez mientras miraba mi propia expresión en el espejo, me gustaba gemir y escuchar ese sonido melodioso que interrumpía el silencio, y ver mi esbelta figura sin ropa, mis pechos moviéndose al ritmo de mis respiraciones, y el momento del orgasmo, las mejillas coloradas, mis bragas llenas de humedad, a veces llegue a repetir la operación varias veces, y cada vez era un poco mejor que la anterior, mis travesuras de niña precoz. Esta es la primera de muchas narraciones, si eres una chica con mis gustos te doy la bienvenida al aquelarre brujita.humeda @ out…
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