Jugando con mi saliva

Les cuento como fue mi más reciente másturbación y el morbo que me dio usar mi saliva por primera vez en mi misma..
Esto pasó hace un par de noches.

Era entrada la madrugada y tenía un par de horas dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, estaba muy caliente ya que tenía unos cuatro días sin poder provocarme un orgasmo. (Ya saben, casa llena y nada de privacidad por la temporada vacacional)

Suelo ser una persona muy sexual cuando de masturbarciones se trata, puedo pasar semanas sin tener sexo pero no aguanto más de dos días sin masturbarme.

En fin, comencé como acostumbro, froté un poco mi clitoris con el dedo índice de la mano derecha. Unos instantes más tarde mi vagina ya estaba empezando a lubricar así que me metí dos dedos haciendo movimientos circulares dentro de mí. Con la mano izquierda me baje el escote de la blusa de tirantes que llevaba como pijama, dejando mis senos al aire. Siempre me ha gustado tocarme los pechos cuando me masturbo, me excita tanto o más que estimularme ahí abajo, son de buen tamaño (copa C tirando un poco a D) con grandes pezones (que me avergüenzan un poco ya que son más grandes que el promedio), soy de tez muy clara, cabello rizado y oscuro, tengo veintidós años, a pesar del mito común mis pezones no son del mismo color que mi labios (rosa pálido) si no que son uno o dos tonos más oscuros.

Estaba en plena faena usando la mano derecha para acariciarme la vagina y con la izquierda masajeandome los pechos, pellizcandome de vez en cuando los pezones cuando me dio una fuerte sensación de sed, vivo en el Noreste de México y la temporada a sido muy calurosa, en mi ciudad hemos pasado una semana entera con temperaturas de 42° y aún con aires acondicionados es difícil evadir de todo la ola de calor por lo que acostumbro dormir con una botella de agua helada en mi mesita de noche. 

Pare un poco lo que estaba haciendo (por lo menos lo de la mano izquierda) y me incorporé para alcanzar la botella y beber un buen trago de agua, bebí con tanta urgencia por el calor tanto del cuarto como el de mi cuerpo que un poco de el líquido se me resbaló por la comisura de la boca, pasó por mi cuello y llegó hasta mis pechos mojándome la blusa que se resintieron un poco por la temperatura helada del agua, aún así volví con lo mío más dispuesta ahora que tenía la garganta más húmeda pero la tela de mi blusa me dio una idea para acelerar el procesos de mi masturbada nocturna.

Cuando tengo sexo me encanta que me laman las bubis y me muerdan los pezones, es excitante sentir la humedad y la succión en esa área tan sensible pero casi siempre me concentro en otra cosas y no le doy mucha importancia a eso.

Pero en aquella ocasión y dado que estaba sola, el agua derramada me puso muy cachonda, me metí los dedos anular y medio de la mano derecha y pase la lengua por ellos hasta que quedaron bien cubiertos de mi saliva, mientras me seguía acariciando el clítoris y la vulva lleve los dedos humedecidos a uno de mis pechos y comencé a acariciarlos y untarlos con mi propia saliva, la sensación fue increíble tanto como por lo fría que estaba luego de beber agua como por la consistencia ligeramente espesa de la saliva, después de unos segundos volvía meterles los dedos a la boca pero esta vez me asegure de también lamer la palma de mi mano y apenas el fluido tocó la piel de mis pechos los pezones se me erectaron completamente, estaban tan endurecidos que empezaron a doler de una forma deliciosa y todo por mi propia saliva.

Ya entrada en calor acerque la mano con la que me masturbaba a mi boca y lamí mis fluidos vaginas, con los dedos ensalivados volví a masturbarme a un ritmo más rápido casi frenético por el morbo que me causaba estar jugueteando con mi saliva espesa.

Continué haciendo lo mismo un par de veces pero la verdad es que el jueguito con la saliva me puso tan caliente que no dure mucho, así que para finalizar me pellizcaba con fuerza los pezones alternando con entre uno y otro hasta que se enrojecieron considerablemente (me prende bastante el sado light) a la par que seguía metiendo y sacando los dedos de la otra mano en mi vagina, con esto finalmente me vine. 

Fue tan excitante y caliente que no puedo esperar a ponerlo en práctica, esta vez acompañada, ya hasta puedo imaginarme las bubis llenas de saliva o aún mejor de semen. Por el momento me voy a tener que conformar con utilizarlo como nueva rutina de masturbación.

¡Gracias por leer!

Tengo muchas más historias que compartirles 😉