La Única Perra que necesitan mis Amantes parte 1 — Mis inicios
Historia real de mi inició en la zoofilia .
Perra en eterno celo, me viene como como anillo al dedo, pero en la historia usaré el nombre de Carla no es mi nombre real pero más vale prevenir que lamentar, 40 años, casada, una hija, viuda.
Hace mucho que experimenté mi primera vez como cualquier chica con un novio que supuestamente la amaba mucho pero que solo la halagaba para meterse entre sus piernas, si mal no recuerdo tenía apenas 15 cuando la perdí, pero no vine a contar, como me deje engañar por un idiota.
Por esas épocas mi hermano y yo teníamos un perro de unos 7 años un dálmata de nombre Pongo, queríamos mucho al perro, no era una mascota, para nosotros era un miembro de la familia pero de otra raza, recuerdo bien que nunca lo castramos, nos daba pena el solo pensar en quitarle su hombría y Pongo en consecuencia varias veces intentaba montar lo que sea de su tamaño, entre mi hermano y yo juntamos nuestras mesadas y «nos compramos» uno de esos cojines grandes que toman la forma de tu trasero, y digo nos porque en realidad era para Pongo par que liberará sus urgencias en el cojín y no en todo lado, a Pongo le encantó su regalo, a veces estaba en mi habitación y otras yo lo ponía en la habitación de mi hermano, finalmente termino quedándose en mi habitación, no recuerdo cómo paso pero pasó.
Para asegurarnos de que no descubrieran el secreto del cojín, limpiamos y lavamos el cojín cada vez que podíamos, el día en el que comenzó todo yo había limpiando el cojín unos días antes y estaba en el suelo de mi habitación, yo llegaba del instituto, con el corazón roto, me habían tirado por una cualquiera que le levantaba el culo a cualquier hombre solo para llamar la atención, mi hermano había ido a casa de unos de sus amigos por lo que sabía no regresaría hasta la noche y mis padres estaban de viajé, aniversario de bodas estarían fuera por lo menos dos semanas más, estaba sola con pongo, estaba triste, así que no me importo dónde me tire a llorar, de momento mi único consuelo fue que Pongo me siguió y se recostó encima mío para intentar animarme, no se separó de mi en ningún momento, ni siquiera cuándo empecé a masturbarme minutos después de terminar de llorar, solo quería olvidar el dolor y la amargura que sentía, comencé levantando mi falda y metiendo los dedos bajo mis bragas, comencé a meterme los dedos y buscar mi punto G, mientras más presionaba, mejor se sentía, pase unos minutos de esa manera hasta terminar en un orgasmo que luego se sintió vacío, permanecí quieta mientras mis brazos colgaban a unos centímetros del suelo y aún tenía las piernas abiertas de par en par y los calzones muy mojados, Pongo se había levantado de encima mío y olía mi mano húmeda con mis jugos vaginales, comenzó a lamer mi mano, no hice nada deje que terminara de limpiarme la mano a lengüetazos y pensé que ahí terminaría todo pero a Pongo le gustó mi sabor y busco el origen del olor para saborear más del sabor, comenzó a lamer mi entre pierna sobre mis bragas mojadas, intenté detenerlo, pero al sentir el placer no conseguía sacar fuerza de ningún lado para apartarlo, continuó hasta que mis bragas ya no estaban mojadas con mis jugos, si no con su saliva, había vuelto a sentir un orgasmo y solo me lamió por un minuto aproximadamente y sobre la ropa interior, me Dio curiosidad como se sentiría directamente, hice a un lado mis bragas y separé los labios con mis dedos para dejarle probar el interior de mi Vagina, Pongo olfateo nuevamente y comenzó a devorarme como si se tratara de un nectar que corría por mi Vagina, sentía su lengua pasar por toda mi vagina y entrar en ella también buscando más jugos que beber, tuve otros dos orgasmos en minutos, el cojín tomo forma para dejarme con las piernas arriba y la cabeza casi en el suelo estaba complacida pero agotada y aturdida de tanto placer, no pense en levantarme solo darme la vuelta, para quedar en posición perrito, y ahí fue cuando Pongo aprovechó y comenzó a Montarme, me asusté y me levanté de golpe, también lo había asustado a él pero al ver ese pene Rojo y grande comencé a mojarme más, pensando en como se sentiría, Pongo se lamía su pene que volvía a ocultarse en su funda peluda pero volvía a mi entrepierna para seguir lamiendo me toda, deje que las cosas pasaran tome más almohadas de mi cama para ponerlas sobre el cojín y ponerme como perra en celo mostrándole el culo siguió lamiendo por unos segundos y luego intentó montarme nuevamente, Pongo intentó varias veces sin éxito, comencé a acomodar el cojín y almohadas para que pudiera montarme y cogerme, hasta que al final logré ponerme en la posición correcta y con un poco de ayuda de mi mano que lo guío al interior de mi vagina, comenzó a cogerme como nunca, intentaban mientras me embestía sin parar intentaba bloquear su nudo con mi mano sin éxito pues mis jugos permitieron que pudiera meterme toda su verga nudo incluído no tardó mucho en comenzar a derramar su semen dentro mío y al mismo tiempo comencé a sentir una gran presión por la entrada de mi vagina, su nudo comenzaba a hincharse, el placer y dolor de mi vagina siendo estirada a su límite era algo totalmente nuevo y me gustó por un momento quería separarse de mi pero tenía miedo de que me lastimaran y lo agarre de sus patas mientras intentaba alejarse, habíamos quedado culo con culo como si fuera una perra de verdad, no sabía cuánto tiempo duraba pensé que serían un par de minutos y ya pero me quedé en esa posición por 30 minutos tuve más orgasmos que nunca en esos 30 minutos, mientras sentía mi útero y Vagina llenarse de su leche, por suerte mi agarre no cedió hasta que comencé a sentir su nudo volver a su tamaño normal y cuando lo solté su leche que había derramado dentro de mi comenzó a salir como si fuera una fuente, me mancho el uniforme, pero no me importaba, comencé a intentar volver a meter lo que se había derramado dentro de mi vagina, pero fue asaltada nuevamente con lengüetazos que terminaron por darme otro Orgasmo, cunado recuperé fuerzas sabía que no era la misma, pues cunado me fui a bañar y sali solo con la toalla Pongo me buscó y metió su hocico bajo la toalla par seguir lamiendo me no lo regañe, deje que pasará.
-Pongo solamente tu me amas de verdad ¿No?-
Le hable a Pongo este me movía la cola con gran felicidad y respondió con un ladrido, deje que siga lamiendo me mientras buscaba que ponerme para estar en casa.
Buen inicio, pero corriste con mucha suerte, a mi el nudo entro hasta la 9 o decima ocasión …….. me quería morir de los nervios, y de que duele duele, pero lo quieres repetir, un saludo amiga, disfrute y me identifique con algunas líneas de tu relato, gracias y espero la siguiente entrega…..
Me gustó mucho!!
Atento a tus siguientes relatos, me encanta como evocas en tus lines todas esas imágenes!!!