masturbación femenina a escondidas y con un miron
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era una mañana de verano, de esas que en Andalucia se dan, de ser las nueve de la mañana y estar sudando. El edificio era nuevo, bien situado en una calle historica de un pueblo mundialmente conocido, hablo de Baeza. En las terrazas del edificio, aun sin limpiar muy bien de escombros y de restos de obra, se situaban las casillas o cuartos de contadores de gas natural.
Mi cometido en la empresa instaladora, era otro muy distinto, pero la falta de personal por vacaciones, hizo que me tocara a mi, subir a coger lectura de los consumos de gas. Dios mio de mi vida, todas las ventanas que daban al patio de luces cerradas, acepto una por la cual se podía diferenciar que se trataba de un baño, ya que se lucia un frondoso, lujurioso y excitante videt. El cual en pocos segundos fue ocupado por una hermosa dama, que tras mirarse al espejo un rato, se despojo del camison, con cuidado y mimo mirando hacia la ventana y sin percatarse de mi presencia se bajo las bragas, dejando se vislumbrar un peludo y cubierto pubis.
Se sentó en el videt, y empezó acariciarse los pechos, frondosos pechos que en poco tiempo querían romper por los gordos pezones, se lamia los dedos y se mordía el lavio. Hasta que la mano izquierda inrumpio en su glamuroso buix poblado, invitando a que las piernas se abrieran a lo maximo dejando ver la húmeda vagina que por el brillo estaba mas húmeda que mojada, mas mojada que mi ropa interior. Como la distancia era escasa, se podía sentir pequeños gemidos que me es citaban mas que el simple hecho de ver un pubis peludo.
De vez en cuando alzaba el brazo, alcanzando col la palma de la mano su nuca cubierta de una mata de pelo semi suelto y rizado, castaño tirando a rubio, pero su coño era moreno tirando a negro azabache, en sus axilas restos de pelo rasurado a la antigua usanza y bañadas de sudor. Lo mismo se tocaba con un dedo que con la mano, abriendo en todo su esplendor las aletas de su vagina. Las rodillas parecían temblar les, acompañando de ritmo su freneticas ganas de correrse, y se corrió, se corrió bien corría, se pudo ver como su zumo, su eyaculacion le brotaba por su raja, su espaldas apoyadas en la pared, su mirada traspuesta, con una mono en el coño y la otra intentando arrancar sus pezones.
En el otro lado, la caseta de los contadores de gas de chapa, el sol calentando y yo sudoroso, y con deseos ilimitados, empiezo a masturbarme, a la vez que ella se introduce en la bañera y empieza a bañarse, frotándose su perfecto cuerpo, casi perdiendo el equilibrio por sus flácidas rodillas adormecidas aun por el orgasmo empieza otra nueva liturgia, ahora con el grueso mango del cepillo del pelo.
El pie derecho lo sube hasta el borde de la bañera, y y el izquierdo apoyado en el resbaladizo suelo de la tina blanca. Lo mete lo saca con suavidad hasta llegar a un punto de extenuacion, que su dorso se dobla casi hasta que sus bellos pechos rozan el pelo de su coño. Se pone de espaldas y se agacha, hasta poder divisar su hermosa almeja, carnosa,vestida de pelo hasta su ano. El grito de su placer podía ensordecer me, pedía mas le faltaban manos para acariciar su cuerpo, le faltaba peine para meterse en el coño, hasta el punto de que las espigas del cepillo se confunde con sus pelos, el rojo de la almohadilla con el color de su vagina.
Fue tanto el gusto en su cuerpo, fue tanto placer el mio, tanto semen derramado entre los contadores, tanto el sudor de mi frente y mi frenética pasión. Que me vi obligado a retirar la vista por un momento, y clamar al cielo.
queridos amigos, ya no fui mas a coger lectura a esa zona, pero con orgullo presumo de Jaén, y de la monumental corrida de ambos que hubo en Baeza.
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