MI CONEJITO ROSA ( por: Dulcecalidéz )
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por dulcecalidez.
Eran las 10 de la mañana y me metí en la cama después de una larga noche de trabajo. Estaba cansada, aunque el café que me tomé con mis compañeros me había desvelado un poco, mi estado era de una especie de somnolencia inquieta y no sabía bien que hacer, pensé en levantarme de la cama y ponerme a hacer mil cosas que tenía pendientes, cuando me acordé.
Tenía algo nuevo que probar y quizá esta era la ocasión perfecta para hacerlo. Me lo habían regalado dos días antes al comprar una revista y era una monada, con un aspecto tremendamente inocente, ese color suave, sus orejitas largas eran de silicona y me pareció que un poco de placer a esas horas me ayudarían a conciliar el sueño.
Al girar la ruedecita que traía incorporada empezó a vibrar suavemente, las orejitas se le movían de forma graciosa y me lo acerqué divertidamente a la cara.
No estaba excitada, aunque la curiosidad por comprobar hasta donde me conduciría, algo de apariencia tan infantil, hizo que lo colocara por encima de mis braguitas.
Quería ponerme cachonda y salir de una vez de ese estado indefinido en el que me encontraba.
Las vibraciones apenas se percibían encima del suave tejido, sentía un leve cosquilleo que hizo que comenzara a relajarme, mientras mi mente empezaba a volar hacia otros lugares. Me venían imágenes a la cabeza de un local semi-oscuro, tranquilo a pesar de estar repleto de gente, me imaginaba la forma en la que me miraban algunos hombres y mujeres que allí se encontraban, esto comenzaba a gustarme y noté la seda de mis bragas ligeramente húmeda….
Comencé a pasarme las orejitas de mi nuevo juguete por las ingles muy despacio, las vibraciones se percibían mas nítidas ahora, el tacto de la silicona blandita vibrando encima de mi piel me estaba transportando de nuevo al paraíso…. De pronto las personas que anteriormente me observaban comenzaron a besarse de una forma lasciva, juntaban sus lenguas, abrían sus bocas y me miraban. Yo paseaba por el local despacio mirando hacia todas partes y la imagen se repetía siempre con diferentes personas. En un cómodo sofá de diseño, había una pareja sentada, tomaban su copa despacio mientras charlaban divertidamente, al fijarme un poco más vi que ella tenía las piernas entreabiertas, la mano de su acompañante estaba dentro de su tanga moviéndose suavemente, ella reía y acompañaba los movimientos con un ligero balanceo hacia delante y hacia atrás. Él soltó la copa que tenía en la otra mano y se dedicó a manosearle los pechos, mientras ella no paraba de carcajearse, el movimiento dentro de su tanga era cada vez mas acelerado, al igual que su balanceo y a medida que se movía mas deprisa sustituía sus risas por leves gemidos…..
Sin darme cuenta me sorprendí balanceándome yo también. Había introducido mi conejito por un lateral de las braguitas y tenía una de las orejitas vibrando encima de mi clítoris, imaginaba que era el dedo de aquel hombre y no pude resistir el cerrar mis piernas para sentirlo más intensamente. Me quedé así durante un rato más y notaba como la temperatura de mi cuerpo iba subiendo de forma veloz. Mi pequeño camisón comenzaba a subirse, note la rigidez de mis pezones rozarse con su delicado tejido y mis preciosas bragas mojadas irremediablemente.
Ese muñequito estaba dando mucho juego y se empeñaba en que continuara inmersa en aquel lugar….
Giré mi cara hacia la derecha y vi una barra muy larga repleta de personal, un grupo de seis personas que estaban metiéndose mano indiscriminadamente me hicieron señas para llamar mi atención, eran tres chicas y tres chicos muy atractivos. De pronto una de ellas se me acercó y me cogió de la mano, su reacción me gustó, tenía una sonrisa muy, pero que muy sugerente. Me llevaron hacia una habitación muy oscura, parecía una especie de mazmorra y comenzaron a besarme todos, metían sus lenguas en mi boca, acariciaban mi pelo, subían mi vestido hacia arriba y metían sus dedos dentro de mis bragas. Sentía el calor de muchas manos sobre mí, de muchas lenguas lamiendo mi boca, mi cuello, mis pechos. Sentía sus dedos dentro de mi sexo húmedo y yo no sabía a quien pertenecían, me quedé inmóvil mientras se deslizaban dentro de mí.
De pronto me inclinaron apoyando mi cuerpo en una especie de camilla pequeña, uno de los chicos se colocó detrás de mí, se agachó, separó mis piernas y comenzó a meter su lengua dentro de mi rajita. Yo miraba a mi alrededor, dos de las chicas estaban totalmente desnudas, juntaban sus cuerpos y se besaban, mientras con sus manos no paraban de frotar sus clítoris, sacaban sus dedos empapados y se los lamían.
Yo sentía la áspera lengua de aquel chico recorrer todo mi sexo, la movía con auténtica maestría, me estaba volviendo loca de excitación.
Había girado la rueda de mi conejito al máximo y sus vibraciones eran muy intensas, yo estaba boca abajo en la cama, tenía el culito ligeramente levantado y mi mano completamente empapada sujetándolo fuertemente y restregándomelo sin parar. El orgasmo estaba a punto de llegar, pero me apetecía retrasarlo y así poder disfrutar más tiempo de esa delicia de excitación.
De pronto aquel chico sacó su lengua de mi coño y la introdujo en mi boca, sabía a sexo, era una sensación tremendamente placentera. Me quitó toda la ropa que estaba empapada en sudor y me llevó a una enorme piscina .Continuó besándome dentro del agua empujando mi cuerpo hasta el centro de la misma. Con un leve movimiento me subió encima de él y comenzó a follarme con su enorme polla. La introducía en mi cuerpo de una forma brutal, agarraba mi culo y lo movía arriba y abajo a su antojo, mis tetas flotaban en el agua al compás de sus embestidas. La sentía durísima dentro de mí, vibrando en mi interior de una forma enloquecida, yo cerraba las paredes vaginales para notarla toda, me estaba matando de placer.
A nuestro alrededor estaban todos los demás follando como locos, una de las chicas cabalgaba a su acompañante ocasional con las piernas completamente abiertas, mientras otra le comía el coño con auténtica pasión. Solo se escuchaban gemidos a mi alrededor, no distinguía si eran los míos propios, no podía mirar a ningún lado donde no hubiera una escena a cual mas caliente, otra de las chicas le estaba lamiendo la polla a su amigo mientras movía su precioso trasero y se masturbaba, todo era sexo a mi alrededor, yo iba a correrme de manera inminente.
Cerré mis ojos, tenía el vibrador metido hasta dentro, me movía de forma descontrolada, con una mano me acariciaba el clítoris, imaginaba la lengua de esa chica recorrerlo sin parar mientras me follaba aquella enorme polla. La cama estaba empapada, las sabanas completamente revueltas, solté un enorme grito de placer y noté un cálido líquido resbalar por mis piernas. Mi cuerpo se resistía a dejar de temblar, no podía dejar de gemir, continué con mi conejito dentro un buen rato más.
El sopor se apoderó de mí como por arte de magia, guardé mi juguetito en la mesilla, me acurruqué en mi revuelta cama y me dispuse a dormir placidamente, lo que soñé esa mañana no lo recuerdo, pero estoy casi segura que mi Conejito Rosa anduvo vibrando travieso y satisfecho por algún rinconcito de mis mas cálidos y dulces sueños.
Por: Dulcecalidez.
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