Mi inicio en el Zoo pt. 1
La parte uno de mis historia con copito y como este me hizo suya….
Está historia comenzó años atrás cuando estaba cursando la secundaria. En ese momento tenía una gran calentura debido a los cambios de mi cuerpo.
No tenía novio ni algo por el estilo pues mis padres no me daban permiso, yo para no molestar los les hacía caso.
En ese entonces tenía dos amigos, de esa clase de amigos con la que cuentas de todo incluso las cosas más íntimas.
Recuerdo que todo comenzó cuando una compañera de mi salón tuvo sexo con su novio en los baños, a nosotros nos sorprendió bastante pues para nuestra edad eso era algo alucinante.
Me fui a casa pensando en el tema, creía que solo los adultos ponían hacer esas cosas. Estuve bastante pensativa, tenía un montón de dudas en mi mente así que me puse a investigar en internet.
Terminé viendo varios vídeos porno en mi búsqueda, ver esos vídeos me comenzó a poner bastante caliente así que me apresure a ir al baño.
Era bastante inexperta por lo cual use mis dedos para tocar la zona, me dió cosquillas tocar mi clítoris, pero lo que me interesaba era algo más. Introduje uno de mis dedos por mi cavidad, pero apenas lo había metido cuando sentí un agudo dolor así que ahí lo deje por el momento.
Paso un largo tiempo, la sensación de lo que había sentido aún estaba en mi mente, la curiosidad me mataba, pero como me había dolido ya no quería intentarlo.
Teníamos un perro, (teníamos porque falleció hace poco). Su nombre era copito pues estaba blanco y peludito.
Copito era la cruza entre una perrita que mi abuela me habia regalado cuando era más pequeña y un cockerspaniel que pertenecía a mi tía.
Era un perro muy leal y bastante juguetón, era de un tamaño un poco chica pues al ponerse de pie llegaba hasta mis rodillas, (Mido alrededor de 1, 70). Siempre me sorprendió la fuerza que tenía en las patas traseras pues era capaz de saltar por una puerta de alrededor de un metro.
Bien, pues mi hermano y yo solíamos jugar en la azotea de la casa cuando éramos mas pequeños. Teníamos dos tinacos cerca de los lavaderos y servía como escondite, a veces colocamos una toalla y hacíamos una casita.
Mi hermano entro en el turno matutino en la escuela y yo estaba en el vespertino, solía aburrirme mucho estando en casa así que aquel día le dije a mi mamá: «Voy a subir a jugar».
Aún tenía mi uniforme escolar, mi falda y camisa blanca. No me moleste en cambiarme y subí así mismo.
Copito me recibió moviendo la cola felíz, yo me agache y acaricié su cabeza, el de inmediato se hecho para que le acariciará la panza y así lo hice.
Me pase un buen rato jugando con copito, yo le arrojaba una botella y el me la traía de regreso, también corría de un extremo al otro para que me persigiera, así continúe jugando hasta que sube mi mamá y me dice: «Voy a ir a la casa de tu abuela, ¿Vas o te quedas?».
«Me quedo aquí, quiero seguir jugando con copito».
«No le abras la puerta a desconocidos».
Yo me quedé sola en casa entonces, continúe jugando con copito un rato más hasta que tuve unas fuertes ganas de orinar. No quería bajar las escaleras e ir hasta el baño de abajo pues sentía que no llegaba, así que me escondo detrás de los tinacos, me baje mi short y mis bragas para orinar.
Recuerdo que estaba terminando cuando sentí una lamida ahí abajo, al girarme vi a copito con la cabeza metida debajo de mi falda.
«¡Ey! Deja ahí» le di un manotazo, pero le importo poco pues su lengua siguió lamiendo desde mi vagina hasta mi culo. En ese momento sentí una extraña sensación, pero como aún tenía mis dudas lo empuje lejos, me subí mi short y me apresure a bajar a los cuartos en dónde vivíamos.
Corrí al baño y me encerré ahí, con mis dedos toque mi vagina por encima de la tela de mi short, sentía que palpitaba. Tenía un extraño pensamiento en mente, era alocado y poco razonable, pero en ese momento la calentura me gano.
Primero me asegure que REALMENTE estuviera sola en la casa para después subir a la azotea. Mire a copito, el me recibió moviendo su colita, estaba feliz porque regrese.
Mire a mi alrededor para ver si no había nadie que pudiera verme desde el segundo piso.
«Estoy loca» me decía a mí misma.
Me puse en un lugar en dónde nadie podría verme y que al mismo tiempo podía ver quién ingresaba a la casa.
Estaba arrodillada con copito restregandose contra mi falda pues quería que lo acariciará, pero yo tenía otros planes.
Metí mis manos bajo mi falda para poder bajar mi short y mis bragas, copito no entendía, así que tome su osico y lo metí entre mis piernas. Al comienzo solo me olfateo, pero al poco tiempo su rica lengua comenzó a lamer mi vagina.
En ese momento experimenté un nuevo mundo de placer, cada lamida solo me ponía más caliente, pero de algún modo quería más.
Después de asegurarme OTRA VEZ que no había nadie me puse de pie solo para acomodarme mejor y ponerme en cuatro. En esta posición la cabeza de copito quedaba al nivel de mi trasero y sus lamidas eran más profundas y ricas. Yo comencé a mover mis caderas en busca de más de ese dulce contacto que me daba.
Cuando su lengua tocaba mi clítoris un escalofrío recorría mi cuerpo.
En ese momento copito se montó encima de mi, como era pequeño solo logro rodear uno de mis muslos con sus patas. Sentí como algo caliente y húmedo golpeaba contra mi muslo, me asusté así que empuje q copito lejos de mi. Me levanté, me acomode mi uniforme, antes de bajar me asegure de que la puerta estaba cerrada.
Yo no lo sabía, pero aquello fue a penas el comienzo de una larga historia…
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