Mi inicio en el zoo pt. 2
Parte dos de mis inicios en el zoo con mi perro copito….
Después de mis largas clases en la secundaria regresaba a casa cansada y fastidiada, por suerte tenía a mi perrito copito conmigo.
Regresaba del colegio aproximadamente a las 7:40 por lo cual el cielo ya estaba oscuro para esas horas. Subía al tercer piso; que es donde está nuestro patio, con la excusa de lavar mi uniforme, pero en realidad solo iba por copito.
Llenaba la lavadora y hechaba a lavar la ropa, gracias al sonido que hacía pasaba desapercibido lo que yo hacía con copito.
Ahora había optado por ponerme cerca de las escaleras pues desde ahí lograba ver si alguien subía, pero sin que ellos me vieran.
Un día, recuerdo que regrese de la secundaria bastante agobiada por todos los trabajos y exámenes que tuve. Mi hermano menor no estaba, mi padre salía de trabajar hasta tarde y mi madre siempre estaba en su teléfono, era el momento perfecto.
—Voy a subir a lavar ropa— le dije a mi madre.
Ella ni siquiera despego la mirada del teléfono, solo me dijo que estaba bien.
Junte algunas prendas y subí al tercer piso, encendí solo el foco de las escaleras para que de este modo el patio quedará oscuro.
Cuando acciones la lavadora verifique que no había nadie cerca y entonces lleve a cabo mi rutina. Llame a copito, este se acercó a mi feliz moviendo su colita, yo lo acaricié y le di algunos besos.
—No hagas mucho ruido.
Eche un último vistazo antes de bajarme mis shorts junto a mis bragas, me acosté en el suelo boca arriba con mis piernas abiertas. Copito al principio olfateo mis bragas que estaban en el suelo, al sentir mi aroma se acercó a mi para empezar a lamer mi vagina.
Me encantaba sentir su lengua calientita sobre mi rajita, a el le encantaba lamer mi agujero, metía su lengua lo más que podía para lamerme. Solía levantar mis rodillas y con mis manos abrir más mis nalgas para copito, el se ponía feliz pues era más fácil para el lamer mi vagina y ano.
Estaba tan perdida en el placer que se me había pasado que la lavadora había terminado su trabajo. Rápidamente me subí mis bragas y shorts y fuí a ponerle más tiempo.
—Asi está mejor.
Regrese con copito, pero está vez me senté en un escalón para poder acariciarlo. Copito se acercó a mi para que lo acariciará, yo lo hice, acaricié su cabeza y en su cuello, pero entonces copito se echó con la panza para arriba.
—¿Quieres que te rasque la panza?.
Pase mi mano por su vientre, rasque su pancita y a el le gustó pues empezó a mover su colita de un lado a otro.
En ese momento mis ojos se fueron hacia sus huevitos, estos se movían cuando copito meneaba su cola pues lo hacía con tanta intensidad que sacudía su cuerpo.
Mi curiosidad creció, mi mano comenzó a deslizarse hasta quedar sobre los huevitos de Copito, el entonces se quedó quieto y me miró.
—¿No te gusta?.
Estaba por apartar mi mano, pero copito me lamió la mano. Sentí que era su forma de decirme que continuará.
Coloque mi mano sobre sus huevitos, les di un masaje, se sentía como esas pelotas que traen slime adentro, solo que calientitas. La sensación era tan satisfactoria para mí que no podía parar y a copito al parecer también le gustaba pues empezó a menear su colita.
—¿Te gusta?— me incline hacia el y le di un beso en el osico— A mi también.
Esa fue la primera vez que toqué los genitales de copito pues solo solía acariciarlo, pero ahora que había visto que le gustaba continúe haciéndolo varias veces más.
Qué rico escribes.😋 Sinceramente describes los detalles con tanta sinceridad que me excita ir palabra por palabra disfrutando e imaginando cada una de ellas. Ojalá y contactemos. Muchas gracias por tu relato.