Mientras estudio en verano
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tengo 23 años y tengo que pasarme el verano estudiando para la universidad, por lo que apenas salgo y estoy bastante necesitada. Por eso, normalmente no tengo problemas para excitarme. Pero hoy ha sido diferente.
Me gusta sentarme a la mesa con el móvil y leer relatos eróticos online, sobre cualquier temática, para ponerme a tono, y después acabar masturbándome con uno sobre masturbación femenina en el que imito los pasos seguidos por la autora y me imagino tocándome junto a ella, siguiendo sus indicaciones. Hoy lo he hecho todo tal y como acostumbro; he seguido el guión al pie de la letra: he besado mi piel, he masajeado mis pechos, he dejado que las manos recorriesen todo mi cuerpo para acabar en mi clítoris… pero nada.
De pronto, mientras me tocaba mecánicamente sin prestar demasiada atención a lo que estaba haciendo, me he imaginado siendo yo la autora. He imaginado que tú estabas ahí, al otro lado de la pantalla y me leías. He imaginado lo que hacías, lo que pensabas imaginándome y los comentarios que me dejarías, y me he puesto terriblemente cachonda. Persona desconocida del otro lado de la pantalla… no sé quien eres, pero bufff… como me has puesto. Esto hoy lo voy a hacer pensando en ti.
Mientras escribo esto voy pellizcando mis pezones con la mano izquierda, dilatando el momento de ir más allá, excitándome al máximo. Aunque realmente no es necesario dilatar más el momento pues ya noto mis bragas completamente empapadas.
Dejo que mi mano baje suavemente por mi abdomen y llegue hasta las braguitas. Recorro suavemente mis muslos un par de veces antes de introducir la mano por debajo de la tela y llegar hasta mi clítoris. Lo toco con leves movimientos circulares y gimo muy bajito, porque mi familia está en casa.
Observo el movimiento de mi mano por debajo del pantalón e imagino que esa mano que me toca no es mia.
Mis dedos avanzan un poco más allá y llegan hasta la entrada de mi vagina, donde entran con una facilidad pasmosa. Subo una de mis piernas encima del escritorio para estar más cómoda y sigo moviéndolos a dentro y a fuera, incrementando progresivamente la intensidad. El ruido que hacen al entrar y salir mientras yo hago grandes esfuerzos para mantenerme en silencio me excita sobremanera. Te imagino ahí, viendo lo que hago y tengo que parar para no correrme.
Saco los dedos y vuelvo a dedicarle mi atención al clítoris, pero es una tortura. Llevo la mano hasta la entrada de mi vagina y dejo que los dedos entren un par de veces más con brusquedad.
Después me levanto y me pongo de rodillas sobre la silla. Esos mismos dedos los dirijo a la entrada de mi ano. Me encanta correrme con los dedos allí dentro. Los muevo al rededor de la entrada, anticipándome. Dejo que el índice entre poco a poco. Pronto le sigue también el dedo corazón.
Casi me corro nada más meterlos. Inspiro profundamente un par de veces y comienzo a meterlos y sacarlos. Muevo mi cuerpo arriba y abajo en la silla, jadeo mientras llevo mi otra mano hasta el clítoris y lo froto frenéticamente, ya me falta poco.
Subo y bajo, dentro y fuera. Ya no sé lo que hago, vuelvo a imaginarte y no puedo contenerme más. Me corro irremediablemente dejando caer la cabeza hasta atrás y soltando un gemido demasiado alto.
Ha sido una experiencia increíble.
Ahora por fin puedo ponerme ha estudiar.
Se despide, una estudiante que se vuelve a poner muy cachonda, solo de saber que tú aún estás por leer esto.
¿Te has tocado conmigo?
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