Mis Comienzos…
Me decidí a escribir, los invito a conocerme. Mis relatos serán experiencias personales..
En este primer relato, quiero contarles como empecé a convertirme en la mujer que hoy soy. Ninguna persona llega a ser quien es por un hecho fortuito, o por arte de magia. Sino que recorre un largo camino lleno de sucesos que lo van marcando y moldeando. Esta es mi historia, y así comienza.
El primer episodio que les voy a contar se remonta a cuando tenía aproximadamente 10 años, mis padres estaban separados y mi madre era bastante bohemia. Salíamos con ella, todos los fines de semana a reuniones con amigos, los adultos comían, bebían… hablaban de música, cine, arte, literatura. No busquen lo sexual aquí, no lo hallarán. Lo sexual, sucedía en el cuarto donde los niños, jugábamos. Primero habíamos encontrado revistas pornográficas, las que nos llamaban la atención, luego, por incitación mía, comenzamos a desnudarnos, mirarnos, tocarnos, y hasta frotar nuestros cuerpos desnudos. Ya sé, lo normal, en niños que descubren sus cuerpos.
Pero esas revistas, esas imágenes quedaban calando hondo en mi imaginación, y un día descubrí, lo placentero de sentarme sobre la cara de un muñeco, un payaso recuerdo que era, tenía su cara de una goma dura, y su nariz roja redonda y algo sobresaliente…. Había empezado a descubrir, lo maravilloso de jugar con mi cuerpo.
Así fue pasando el tiempo, al cabo de un año mi madre falleció, me toco pasar a vivir con mi padre. El muy estricto y algo violento. Así que yo pasaba horas en mi dormitorio leyendo o dibujando. Un día descubrí un libro, no podre ahora dar su nombre, porque sinceramente no lo recuerdo. Lo que si recuerdo es que en él se narraba una escena de un abuso sexual. Donde un Hombre grande (de gran tamaño) se abalanzaba sobre la inocente mujer y rasgándole sus ropas comenzaba a penetrarla sin piedad y con lujuria. Imaginarme aquella situación hizo que deseara meter mi manito por debajo de mi bombachita y descubriera que estaba un poquito… me he meado?
Mi cabeza no podía dejar de imaginar a una mujer menuda debajo de un hombre gigante que tomándola con fuerza, la embestía una y otra vez. El libro cayo de mi cama e inmediatamente necesite voltearme boca a bajo y poco a poco abrir con mis deditos los pliegues de mi vulva hasta hallar mi pequeño y durito clítoris. Con mi dedo índice empecé a hacer pequeñitos círculos mientras mi cuerpo se frotaba contra mi mano, poco a poco la humedad que generaba iba subiendo y en mi imaginación un pene enorme se metía en mi coño lastimándolo y llenándolo…. Los movimientos cada vez mas acelerados me llevaron a explotar de placer en pocos segundos. Un placer que nunca antes había sentido, mi conchita se sentía latir y cada sístole me provocaba un espasmo intenso y absolutamente placentero.
A partir de allí, a diario necesitaba estimular mi imaginación para poder jugar con mi cuerpecito. Recuerdo que tenía un vecinito, con cierto retraso madurativo, el tenia muchos años mas que yo, pero venía todas las tardes a conversar conmigo. Una tarde sentados en el jardín de mi casa, note que me observaba, era verano y yo llevaba una falda de jeans, el miraba mis piernas y le pregunte si quería tocarlas. Así que tome su mano y la puse sobre mi pierna, el inmediatamente se sonrió y miraba para otro lado, mientras hacia una expresión como si se relamiera. Yo subí su mano un poco mas y él inmediatamente puso su otra mano sobre su entrepierna como tocándose su bulto. Así que me dió curiosidad y puse su mano debajo de mi falda acercándola lo más posible a mi entre piernas –“ Esteban!! “—interrumpió su madre llamándolo, y él de un salto se fue corriendo. Yo ingrese a mi casa, pensando que lindo hubiese sido, sentir otra mano acariciar mi pequeña vulva, y sin pensarlo mas, me encerré en mi cuarto a buscar mi tan deseado orgasmo. Me quite mi bombachita de corazoncitos de algodón y coloqué sobre mi cama mi almohada y bajo de ella continuando el largo de mi cuerpo a mi tan amado payaso. Así me recosté montando este montículo y comencé a imaginar que hubiese sucedido si la mamá de Esteban, no nos hubiese interrumpido. Solo pensar cuanto se había excitado al tocar mis pierna, el recordar que se manoseo su bulto… empecé a moverme sobre la carita de mi payasito restregando mi vulva mientras dejaba ir mi imaginación…. Qué hubiese pasado si el lograba tocar mi coño? Sería capaz de excitarlo al punto de lograr que el me manoseé? Estas ideas no hacían mas que excitarme así que baje mi manita y abrí mi bulbita para que mi clitoris quede expuesto y comencé a frotarme contra mi improvisado dildo. Mi cabeza iba demasiado rápido , solo me imaginaba siendo manoseada por ese chico que madurativamente tenia 10 años, pero que biológicamente rondaba, los 23. Mis movimientos y mí imaginación fueron tan rápidos que comencé a jadear y a sentir que nuevamente tenia pequeños espasmos, pero no me detuve y de pronto sentí como me orinaba sobre la cabeza de mi muñeco, mientras exhalaba un placer jamás sentido. Once años tenía, y no podía comprender que era lo que me acababa de suceder…
Continuará
Excelente relato muy hermoso.
Gracias! ya ira poniendose havy
Me parece perfecto.
Lindo relato. Así comenzamos todos, jugando. Yo de pequeño recuerdo a una niña un poco mas grande que yo cuando yo tendría unos 6 o 7 años que me hizo desnudarme y me besó mi entonces diminuto pene, sentía cosquillas pero no sabía lo que hacía y ella me pidió le hiciera lo mismo. Solamente años después supe de qué se trataba, pero en ese entonces era un juego para mi, pero para ella que rondaría sus 11 o 12 años era su despertar sexual.