Recibiendo Mayo con placer
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Callie.
Como no tenía ganas de ponerme a hacer mis deberes, en la mañana me levante e hice mi desayune como normalmente, me puse a ver un poco de televisión y cuando acabe me puse a leer un rato (ya saben, de esos libros eróticos que tanto me gustan) pues total que con la lectura comencé a prenderme y se me antojo leer un poco SST, los relatos que muchos de ustedes publican me calientan más que cualquier libro erótico, lo siento más real y me hace prenderme más.
Pues total, que me desnude completa (me gusta estar desnuda cuando leo, me hace sentir sexy y atrevida), como estaba sola no temía que nadie me encontrara en pelotas. Acostada en la cama boca abajo comencé a leer primero unos relatos donde mujeres sensuales se masturbaban, me encanta la idea de ver a una mujer masturbarse, tal vez ayudarla un poco (aunque nunca lo he hecho y me muero por hacerlo), seguí leyendo e imaginándomelo mientras mi vagina se iba lubricando con mis jugos y mi clítoris palpitaba por la necesidad de ser acariciado. Me habría gustado tener a alguien encima de mí que me nalgueara y me penetrara con fuerza o que me chupara la vagina (solo de pensarlo me vuelvo a mojar), pero con imaginármelo supongo que bastaba.
Otra cosa que me llama la atención es la zoofilia, tampoco nunca lo he hecho porque me da un poco de miedito, además que no tengo una mascota tampoco como para intentarlo, en fin, me puse a leer un poco de los relatos publicados por mujeres atrevidas que lo han hacho y disfrutado mucho y eso me llevo al límite. Comencé a masturbarme, así como estaba, boca abajo, incliné mi trasero hacia arriba y metí la mano por debajo de mi para tocarme el clítoris, el primer roce me provocó escalofríos muy placenteros, me volví loca pero no quería acabar rápido, quería disfrutar del momento. Me gire boca arriba para sentirme más cómoda y seguí tocándome, poco a poco me metí un dedo en mi vagina, suspire de gusto, lo metí y lo saque lentamente y luego fueron dos, me seguí penetrando un poco más rápido, luego fueron tres dedos, el placer iba en aumento, me estaba retorciendo en la cama y quería gritar, pero el grito simplemente no salía, sentí que iba a terminar, así que saque súbitamente los dedos dentro de mí. No quería acabar tan rápido.
Dicen que el tamaño no importa, bueno, no sé si sea verdad, pero yo prefiero las cosas grandes, quería meterme algo muy grande y darme muy duro con él, pues no tenía un consolador, así que busque otra cosa. Tome mi desodorante de esos de espray cilíndricos gruesos y grandes y le puse un condón que tome “prestado” de entre las cosas de mi compañera de cuarto (planeo devolvérselo jejeje), me recosté de nuevo en mi cama (a estas alturas la había despejado para tenerla libre y toda para mí), volví a acariciarme el clítoris pero esta vez con el consolador que me fabrique.
La tapa del desodorante era redondeada, lo cual le da mucha similitud a un pene real, a excepción que no estaba caliente y palpitante, pero no me quejo, me hizo disfrutar mucho. Me penetro fuertemente con mi “consolador” improvisado y gemí de gusto “mmmmm” “aaahhhh” “que ricooo”, no me importaba si mis vecinos me escuchaban, que supieran todo lo que yo estaba disfrutando y que les diera envidia, me daba igual. Tome la base del desodorante y comencé a meterlo y sacarlo, lento primero y aumente la velocidad, luego me estaba penetrando con fuerza, como a mí me gusta. “Aaaahhh” “siiii, siii”, mientras me penetraba me imaginaba que un hombre fuerte estaba sobre mi sujetándome los brazos sobre la cabeza y dándome muy duro, era una fantasía deliciosa, “massss, maaaasss, siii, dame mas”. Movía rápido mi mano dándome con el “consolador” y bajaba la velocidad cuando sentía aproximarse un delicioso orgasmo, no quería que todo terminara tan rápido.
Deje el desodorante dentro de mi vagina y comencé a sobarme el clítoris despacio y una idea cruzo por mi mente, me sentía tan caliente, tan atrevida que sentí deseos de ser penetrada por el culo, con una mano sostenía el desodorante y con la otra comencé a acariciarme el agujero trasero. Primero lo acaricie por encima, dándole rozones, era tan rico que me moría de placer, estaba lubricado por los liquido que salían de mi vagina y resbalaba hasta llegar a él, fui metiendo lentamente mi dedo índice, pero la posición me impedía la penetración con total facilidad, entonces me puse nuevamente boca abajo, con la cara pegada a la cama, apoyada con las rodillas, el culo al aire, aun sosteniendo el consolador improvisado con una mano y la otra la coloque por detrás acariciando con mis dedos mi agujero, la expectativa me hacía sentir a mil, me penetre primero con un dedo y tantee el camino, lo metía y lo sacaba, se sentía increíblemente rico “mmmmmmmmm” “aaaaahhhhhhh” empecé a penetrarme más rápido una vez que me acostumbre, me estaba penetrando por los dos lados, mi vagina con el desodorante y mi culo con el dedo, era maravilloso “aaaaahhhhh” “mmmmm” “mmmmmm” “siiiiii”.
Después de un rato quería algo más grande en mi culo también, pero no me atrevía a meterme el desodorante, era demasiado grande para mi pequeño esfínter y me dio un poco de miedo, así que tome mi cepillo para el cabello que tiene un mango más o menos delgado, redondeado y largo, lo tome y sustituí mi dedo por el mango del cepillo, trate de introducirlo lentamente teniendo miedo de lastimarme, metí todo el mango y suspire de gusto, era tan riiiicoooo que sentía que moría, lo moví un poco y me dolió, no mucho, tan solo como algo incomodo, pero no me importo. Ahora, recostada boca arriba con el consolador en mi vagina y el mango del cepillo en mi culo, tome ambas cosas con mis dos manos y me penetre con ambas, de lento a rápido y viceversa hasta que mi cuerpo no pudo continuar soportando tanto placer y me deje llevar por un increíblemente arrollador orgasmo, todo mi cuerpo se convulsiono en éxtasis, gemí, grite, casi llore de tanto placer.
Me quede acostada, totalmente laxa, sintiendo mi sexo palpitar con los últimos rastros de ese fabuloso orgasmo, mi culo también palpitaba, tanto el desodorante como el cepillo seguían dentro de mí, yo estaba apretando un poco las piernas para impedir que se salieran, se sentía muy bien tenerlos dentro de mí. Supongo que tanto placer me agoto porque cerré mis ojos y me quede dormida casi dos horas. Cuando desperté más tarde me sentía más relajada y saciada, pero aun seguía muy excitada, mientras dormía se me había salido el cepillo y el desodorante así que los tome y volví a penetrarme con ellos.
Estuve jugando con mis juguetitos improvisados durante todo el día, solo pare para comer un rato pues por la tarde tanta actividad física me había dado hambre.
Ahora, después de un día tan deliciosamente placentero decidí escribir este relato para contar como la pace en este día libre y como planeo pasar también el fin de semana.
Besos húmedos a todos :*
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