Sabado y sin plan (II)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me imagino que muchos podreis imaginar lo que fastidia salir de casa un sabado por la tarde para trabajar y mucho mas en aquella situacion en la que me habia marchado, tan caliente, pero no le podia decir que no, era una buena clienta.
Soy abogada, y en esos momentos llevaba su divorcio. Es uno de esos matrimonios tan bien vistos hoy en dia, hacen una pareja la verdad que estupenda, los dos jovenes, adinerados y guapisimos, pero por lo visto no funcionaba.
Ella es una mujer preciosa, de unos 35, pelo negro, muy negro, carita de niña pero cuerpo de impresion. Tiene unos pechos magnificos, los tipicos pechos que tanto a hombres como mujeres nos resulta dificil no admirar, fruto de quirofano, pero con eso no tengo prejuicios, que mas da lo que esta debajo si lo que esta a la vista tiene un aspecto riquisimo.
La cosa era que ella aun estaba loquita por su marido ( y no me extraña ), el siempre de viaje, y como suele ocurrir en estos casos se fijaba en todo menos en lo suyo, a pesar de como os cuento que estaba mi clienta. Jesus, que asi se llama el, es un tio imponente, alto, muy alto, morenazo, con un cuerpo de gimnasio completamente definido, no me extraña que cualquier compañera suya se muera por follarselo en cuanto se ponga a tiro, porque encima cuando te habla, te embelesa.
Tiene voz de locutor y los Armani le sientan como un guante, siempre tan elegante, tan seductor. Las manos son perfectas, a mi personalmente me excitan. Las manos de un hombre cuando son bonitas son completamente sugerentes, yo no puedo evitar imaginarlas tocandome, acariciandome todo el cuerpo, y me imagino esos dedos tan bonitos introduciendose dentro de mi… con el me imaginaba eso y mucho mas. Bueno, como podeis comprobar a mi Jesus me gustaba mucho, casi tanto como su mujer.
Mientras me dirigia hacia su casa no hacia mas que acordarme de la escenita que acababa de tener en la ducha, todavia estaba muy caliente y me ponia mas. Cuando mis manos quedaron libres gracias al rojo de un semaforo, casi inconscientemente comenzaron a meterse por debajo de mi falda. Llevaba unas medias con liguero, odio los pantys, ademas de antiesteticos, me parecen un engorro en un momento como podia ser aquel, gracias a ellas pude llegar facilmente a apartar el tanga que llevaba, completamente humedo, y mis dedos se introdujeron directamente en mi vagina.
Estaba completamente excitada, me hundia en el asiento de puro gusto. Meti mi mano entre la chaqueta y la camisa , esta era de raso blanco, no me habia puesto sujetador y el contacto de mis dedos con mis pezones era delicioso. Por un momento me olvide de donde estaba y me masturbaba casi con las mismas ganas que lo acababa de hacer encima de mi cama, una mano no dejaba de entrar y salir de mi coñito, y la otra hacia fuerza contra el volante del placer que sentia, hasta que afortunada o desafortunadamente toque el claxon, entonces mis ojos se abrieron y vi debajo de la luz verde del semaforo como un motorista se frotaba contra el deposito de su moto mientras me miraba con gesto ansioso. Casi me muero de la vergüenza y cual piloto de rally sali disparada con mi coche.
A los cinco minutos llegue a casa de mi clienta. Me abrio la chica de servicio y me acompaño hasta la habitacion de Susana. La señora esta arreglandose. Esta noche tiene cena. – me dijo mientras subiamos las escaleras.
Una vez a la puerta de su habitacion la chica entro y tras unos segundos volvio a salir anunciandome que la señora estaba en el baño y que podria esperarla dentro de su cuarto. Asi lo hice, entre, me quite el abrigo y me acomode en un mullido sillon de dos plazas situado justo enfrente de la cama desde el que observaba cada rincon de la habitacion. El sonido de la ducha que me llegaba desde el cuarto de baño hizo que mi cabeza comenzase a entremezclar la escena de la bañera que habia tenido aquella tarde en mi casa, y la imagen de Susana enjabonando su cuerpo moreno apenas a tres metros de mi.
Evidentemente la consecuencia de todas estas ideas en mi mente no fue otra que la de volver a ponerme a cien, y una vez mas cuando quise darme cuenta estaba sentada en aquel sillon moviendo lentamente las caderas mientras apretaba mis muslos el uno contra el otro.
El movimiento lo di por finalizado justo cuando deje de oir la ducha, hecho que evidentemente indicaba que Susana estaba a punto de salir, y asi fue. Hola. ¿ Como estas ? – me dijo sonriente mientras se acercaba .- Oye, siento haberte hecho venir , pero necesito hablar contigo. No te preocupes, en realidad no estaba haciendo nada interesante, – menti – no tenia ningun plan para hoy. No te preocupes, solo sera un momento, simplemente queria comentarte una cosa, no te retendre demasiado tiempo, ademas Jesus esta a punto de llegar. ¿ Jesus ? – pregunte extrañada. ¿ Has quedado con Jesus ? Si, bueno, de eso queria hablarte. Veras…
Se volvio de espaldas a mi y se dirigio hacia su tocador donde se sento y mientras recolectaba unos cuantos botes de entre todo un muestrario de cremas y cosmeticos siguio contandome. Hoy me ha llamado, hemos estado hablando mucho rato, y bueno, pues al final… no se, nos hemos puesto un poco melancolicos… nos hemos estado acordando de momentos… bueno, nos hemos reido… incluso hasta hemos llorado. La verdad es que yo le echo mucho de menos y … pues… bueno, eso, que le he invitado a cenar. ¿ Que te parece?. No se, a mi me parece muy bien.
Bueno, a mi mejor dicho no me parece, eso es cosa tuya, piensa que estas metida en un proceso de divorcio y es algo de lo que creo que tienes que estar segura. Es que yo le quiero mucho, – sollozo – pero por mas que me empeñe nuestro matrimonio no funciona. ¿ Y tu estas segura de que no tiene solucion ? Si, al final el siempre se ira con otra, siempre es lo mismo.
Se aflojo el cinturon del albornoz, y volcando uno de los botes previamente seleccionado sobre su mano, comenzo a hidratarse su escote, mientras me confesaba algo que no habia hecho hasta aquel momento. Mira, en realidad, lo que falla en nuestro matrimonio es el sexo. A mi me puedes ver, y aunque este mal que yo lo diga, muy atractiva, y muy explosiva, y muy devora-hombres, pero en realidad es todo lo contrario. Si te soy sincera, soy mas bien mojigata. No se… ciertas cosas me cuestan mucho.
Yo se que es eso, pero no puedo hacerle nada. Jesus muchas veces me lo ha echado en cara, y te juro que he intentado ponerle remedio, pero no soy capaz, cuando estoy con el no puedo evitar sentir una especie de culpabilidad por no se que, me imagino que es simplemente por practicar sexo… ha sido mi educacion, mis padres… por supuesto no se me ocurriria masturbarme, alguna vez he estado a punto, pero lo he dejado porque inevitablemente me siento mal.
Te cuento todo esto no se por que, probablemente me arrepienta, pero bueno, al fin y al cabo tu eres mi abogado, los abogados teneis que saber este tipo de detalles, ¿o no?. Si, si, claro, es conveniente que yo sepa todo tipo de detalles referente a este tema, sobre todo si puede llegar a ser la causa de vuestro divorcio.
Menti, pero con la calentura que tenia en aquel momento me parecio una idea estupenda que se pusiese a contarme detalles de su vida sexual mientras se ponia crema por la parte delantera de su cuerpo con el albornoz abierto fragilmente apoyado sobre sus hombros; unica parte de su piel que veia directamente, sus pechos, como ya he comentado, preciosos, los alcance a ver en el espejo despues de haber estado buscando estrategicamente la postura.
Si he de ser sincera, – prosiguio – creo que muy pocas veces he gozado realmente con mi marido, crei que el me comprenderia y ahora pienso que no me he esforzado lo suficiente, ahora que todo se acaba creo que es cuando estaria dispuesta a hacer lo que fuese por recuperarlo. Muchas veces, la mayoria, me ha propuesto cosas a las que yo no he accedido, a pesar de que el siempre me decia que me lo iba a pasar muy bien, pero no se… no puedo… ya te digo, me siento mal.
Mira Susana, yo ahora no te voy a dar un sermon sobre lo que es la sexualidad, ni sobre lo que esta bien y lo que esta mal, simplemente le tengo que dar la razon a tu marido y te aseguro que te estas perdiendo muchas cosas, que bajo mi punto de vista no solo no estan mal, sino que estan muy, pero que muy bien.
Esa era la mia, que situacion. Con lo cachonda que yo estaba y una mujer como Susana enfrente de mi, medio desnuda, poniendose crema por todo el cuerpo, y confesandome que estaba supuestamente dispuesta a iniciarse en nuevos caminos en su sexualidad.
No pude hacer otra cosa mas que levantarme y situarme detras de ella, puse mis manos sobre sus hombros y mirando su cara en el espejo le dije. ¿ Como puede ser que con tu cuerpo y el de ese marido que tienes no te lo hayas pasado bien con el en la cama ?
Cuando el me toca, me empiezo a poner tensa… – sus hombros se pusieron rigidos – incluso a veces se me suben los colores – añadio al mismo tiempo que sus mejillas se enrojecian. Pero relajate – le dije mientras masajeaba su cuello. – lo principal en esos momentos es que te relajes, y que cierres los ojos.
Entonces Susana cerro los ojos y en ese momento supe que me dejaria dar rienda suelta a todos, o casi todos, mis propositos. Comence a deslizar mis manos por su escote, y la crema aun fresca ayudo a que mis dedos llegasen sigilosamente hacia sus pechos.
Seguro que tu marido te hace esto. Si. ¿ Y te gusta ? Bueno… – respondio timidamente. Es delicioso, – le dije – tus tetas son preciosas y lo sabes, no pienses en nada mas que en la sensacion que mis manos te producen al acariciarlas. Es tu cuerpo, y tu mas que nadie debes disfrutar de el.
Mis dedos se acercaban lentamente hacia sus pezones, y cuando los alcanzaron note como la piel de Susana se estremecia. Muy despacio dibujaban circulos sobre su aureola y en el espejo comenzaba a ver como el gesto nervioso dibujado en su cara se tornaba en excitacion.
Me incline hacia ella y mi lengua se unio a su cuello moviendose de arriba abajo, sus pezones estaban ya completamente erguidos y yo los pellizcaba, mientras recogia en mis palmas sus pechos que estrujaba y sus caderas respondiendome se movian adelante y atras sobre el banquito del tocador.
Seguro que sientes placer – le susurre al oido – y podrias sentir mucho mas, seria una tonteria negarse, ¿ no crees ?. Mmmmh – fue lo unico que me pudo responder. ¿ Sabes ? Seguro que a Jesus le pone como una moto ver como disfrutas, y si te soy sincera a mi tambien me estas poniendo muy caliente. – segui susurrandole entre lametadas mientras mis manos no dejaban de sobarle las tetas.- ¿ Sabes que me gustaria ? Dirigir mi mano hacia tu coñito y que estuviese completamente humedo, ¿ se pone humedo cuando te toca Jesus ? Noohh…bueno…si… Seguro que no lo suficiente, porque con tu coñito mojado te lo tendrias que pasar muy bien, y eso es lo que vamos a intentar conseguir ahora, ¿ de acuerdo ? Oh, si…
Tenia su cabeza echada hacia atras sobre mi hombro, y mirandola en el espejo le introduje dos dedos en su boca para que me los humedeciese mientras que la otra mano se deslizaba por su barriga dirigiendose lentamente hacia su monte de Venus.
Una vez tuve los dedos resbaladizos los comence a deslizar por sus labios, y le segui susurrando. Estas muy humeda… eso es muy bueno. Yo tambien estoy humeda, ¿lo sabes? Estas haciendo que me ponga muy cachonda, y seguro que si fuese tu marido el que te estuviese metiendo mano tendria la polla durisima, y deberias saber lo que se disfruta con una buena polla dura. Aunque no siempre es necesaria, porque yo solita puedo hacer que te lo pases muy bien. – y segun le decia eso uno de mis dedos se fue introduciendo muy lentamente en su vagina.
Abrio los ojos, como si acabase de despertar, medio asustada, me imagino que le extraño verse alli enfrente del espejo conmigo detras y disfrutando, porque realmente estaba disfrutando. Tranquila – le dije – no estas haciendo nada malo, no estas haciendo mal a nadie, todo lo contrario, estas haciendo algo muy bueno, estas disfrutando de algo que es exclusivamente tuyo, tu cuerpo, y estas siendo muy generosa dejando que yo disfrute contigo.
Le invite a que se girara y quedo abierta a mi, me arrodille entre sus piernas, y ella apoyo su espalda y sus codos en el tocador. Me moria de ganas por pasar mi lengua entre sus piernas, por hacerla gozar como nunca lo habia imaginado.
Esto que tengo delante de mi cara es precioso – le dije mientras hundia la cabeza entre sus piernas – mmmhhh, y ademas esta riquisimo.
Mis lametazos en sus labios hicieron que volviera a cerrar los ojos y que comenzara a gemir, mi lengua se introducia en su agujerito y de cuando en cuando le hacia sitio a uno de mis dedos que entraba y salia lenta y energicamente al mismo tiempo.
¿ Te gusta ? Siii…. Mmmmhh… a mi tambien, ¿quieres ver lo cachonda que estoy? Ohh… sii… Mira, como tengo los pezones – le dije mientras me desabrochaba la blusa.
Ella, sin que yo se lo pidiera me la quito despues de haberse acabado de quitar su albornoz. Y con gesto lujurioso me dijo al oido.
Creo que me he estado perdiendo muchas cosas.
Se arrodillo delante de mi y cogiendome ambas tetas con las manos me beso en la boca. Su lengua entro en accion y la comenzo a pasar por cada rincon de mi piel.
Tu tambien tienes unas tetas muy bonitas – me dijo mientras comenzaba a chuparmelas. – ¿ Lo hago bien ? Oh, si, deliciosamente… sigue…me encanta. Seguro que tu tambien estas muy humeda.- y me bajo la falda dejandome simplemente con el tanga y las medias. Compruebalo – le dije – lo estoy esperando.
Yo le volvi a introducir los dedos en su coñito y tambien le chupaba las tetas, la desinhibicion ya era total, ella me aparto el tanga e imitaba mis movimientos y las dos gemiamos como locas mientras nos masturbabamos y nos chupabamos.
Seguro que alguna vez has hecho un 69 con tu marido. No… ¿ Y nunca te ha apetecido ? No… ¿ Y ahora… te apetece hacerlo conmigo ? – le susurre. Si, si… hagamoslo. Quiero que disfrutes mucho – le dije mientras me colocaba encima de ella – y a mi tambien me vas a hacer disfrutar, tienes un cuerpo precioso.
Le abri las piernas y coloque las mias a ambos lados de su cabeza, saque mi lengua y la pase una y otra vez de arriba abajo sobre su coño, parandome en su clitoris.
Oohh, si… sigue, sigue… me encanta – decia mientras me lamia a mi tambien. Asi, Susana…asi, ves que placer…hummm… me encanta ver tu coñito excitado, y seguro que a Jesus le encantaria meter ahora su polla en el, ahora no te haria daño porque estas muy excitada, te daria mucho, mucho placer…¿ te gustaria tener ahora su polla? – le dije al mismo tiempo que introducia sin parar mis dedos en su coño. Mmmhh…si…si Seguro que el se volveria loco metiendotela, y yo me volveria loca viendole como te la mete.
Susana me masturbaba cada vez con mas fuerza, y me chupaba como si llevase toda la vida haciendolo. Yo me sente sobre su cara, y con una mano humedecida por sus jugos le sobaba las tetas, le pellizcaba los pezones y ella se retorcia, y movia su lengua dentro de mi coño cada vez con mas fuerza y yo le metia los dedos.
Quiero que te corras – le dije – ¿ te has corrido alguna vez ?, porque ahora vas a hacerlo.
Y entre gritos y gemidos mis dedos se aceleraron de tal forma que note como el orgasmo de Susana estaba apunto de llegar.
Asi, correte, quiero que te corras… mmhh, si, yo tambien me voy a correr. Es delicioso, dime que te gusta. Oh… se… me… en…can…ta.
Las dos tuvimos un orgasmo increible. Me gire y la bese en la boca.
¿ Te ha gustado ? – le pregunte. Oh, si, dios mio, me ha gustado mucho. Pues lo bueno es que puedes hacerlo todas las veces que desees, sin ningun problema, sin ningun tabu. Podriamos repetirlo ahora mismo. ¿ Tienes ganas ?
Sin contestar dirigio su lengua a mis pezones y la empezo a mover rapidamente.
¿ Todavia estas cachonda, verdad ? Ahh, si… yo tambien…mmhh, y me estas poniendo mucho mas. Me encanta como me chupas, y quiero que sigas. Quiero que goces.
Y diciendole esto volvi a introducir mis dedos en su coño que seguia empapadisimo.
Es la primera vez que tengo un orgasmo – me confeso – y quiero que me des otro.
He de confesar que yo estaba excitadisima, Susana me lo estaba haciendo pasar genial, en ese momento ya lo unico que buscabamos era placer y nuestras manos se dedicaban indistintamente a cualquiera de nosotras, me masturbaba y la masturbaba a ella, del mismo modo que acariciaba mis tetas o las suyas.
Gemiamos sin cesar, nos retorciamos, no veiamos mas alla de nuestros cuerpos, fue quizas por eso por lo que en un cambio de postura nos dimos cuenta de que Jesus ya habia llegado a casa y estaba alli de pie, a la puerta de la habitacion mirandonos con gesto sorprendido… estaba guapisimo. Continuara… o no.
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