Servicio de masajes
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ducha antes de recibir masajes. Que raro. Sales de la ducha, reconociendo que el agua tibia y el jabon ayudan a quitar algunas de las tensiones que viniste a eliminar. Es raro que el servicio Premium de este lugar te haga hacer las cosas a ti, pero bueno, veamos que hay.
A la salida de la ducha hay una bata blanca de toalla peludisima y un par de pantuflas, junto con instrucciones de ponerte la bata, y solo la bata; y pasar a la primera fase del servicio. Primera fase… suena bien; debe querer decir que el servicio consta de varias fases. Poniendote la bata, sales del baño por la puerta que lleva a la primera fase.
Es una sorpresa que en la pieza de la primera fase haya un sillon de peluqueria mas que una mesa de masajes. Ya que no hay mas mobiliario en la pieza, vas y te sientas en el. Nada mas sentarte, aparece una mujer de unos 30 años, quien dice ser la encargada de comenzar tu relajacion integral, con un masaje facial y mantencion de belleza basica. Echas la cabeza hacia atras y comienza a masajearte la cara con quien sabe que cremas perfumadas.
Pronto te entregas a la sensacion y te vas dejando ir, dejando ir, casi durmiendo, hasta que sientes un par de manos nuevo masajeando tu cuero cabelludo con alguna de estas cosas para el pelo. Recuperada de la sorpresa te relajas nuevamente. Masaje facial y masaje capilar. Que maravilla. Cuando empiezas a dormirte de nuevo sientes que toman tus manos, ademas de las actividades anteriores. Es una manicura; limado de uñas, etc. Pierdes la nocion del tiempo, en un estado en que no estas ni dormida ni despierta.
Pueden haber pasado 10 minutos o dos horas cuando una voz masculina te pide que te levantes del sillon y pases a la segunda fase del servicio. Abres los ojos y ves a quien supones que es el masajista haciendote señas para que pases a la siguiente habitacion. Cuando vas a franquear la puerta te pide que por favor dejes la bata ahi tambien y pases desnuda a la mesa de masajes.
Tras titubear un rato haces caso y entras a la segunda sala en la que si hay una mesa de masaje. Te tiendes y pronto sientes un par de manos fuertes amasando tus hombros y espalda, trabajando lentamente, deshaciendo nudos, poniendo las cosas en su lugar, alineando, ordenando, relajando con precision y un toque firme y fuerte, pero suave, baja por tu espalda poniendo todo en su sitio y disolviendo nudos y tensiones. Baja hasta el final de tu espalda, justo antes de tus nalgas. Te sorprendes pensando que no te molestaria una caricia en las nalgas, mas que un masaje. Pero nada de eso sucede.
Se apagan las luces, y alguien comienza a mover tu mesa de masajes. Te incorporas un poco y preguntas que esta pasando. Una voz a tu lado te pide que te calmes, que solo corresponde el paso a la tercera etapa del servicio. La mesa se detiene. No se puede ver nada, pero si se oye algo. Es un concierto de Vivaldi que suena muy bajito.
Te sobresalta el tacto de algo en tus pies, pero te relajas al reconocer las ya familiares manipulaciones del masaje. Con mas agrado que sorpresa notas que ambos pies estan siendo masajeados independientemente, tras terminar con tus pies, las manos independientes comienzan a subir por tus piernas, masajeando las pantorrillas, tobillos, talones, haciendote notar cuan
tensa estas normalmente sin saberlo y cuan bien se siente estarte relajando de verdad. La relajacion comienza a dar paso a un cierto cosquilleo mientras las manos suben por tus muslos, acercandose a tus nalgas, esta vez desde abajo.
Las cosas se ponen un poco mas interesantes cuando sientes que te abren un poco las piernas para masajear la parte interior de tus muslos. No puedes detectar ninguna intencion erotica en los masajes que estas recibiendo, sin embargo, tu reaccion es de una excitacion muy leve que
va aumentando casi imperceptiblemente, pero aumentando definitivamente. Justo antes de llegar a tus nalgas, o a tus labios semiabiertos, las manos se retiran, masajeando los muslos. Finalmente comienzan una retirada definitiva deshaciendo el camino andado, de vuelta hacia los pies. No puedes negar una cierta insatisfaccion.
La mesa de masajes gira en 90 grados sientes nuevamente manos en tus hombros. Estas manos no masajean tan fuertemente como las anteriores; son manos que te masajean y acarician a la vez. La sensacion es deliciosa, y la delicia aumenta cuando mas manos comienzan de nuevo con tus pies, pero con esta dualidad de masaje y caricia.
Crees que hay seis manos masajeando y acariciando tu espalda desnuda y tus piernas. Sientes como tu vagina empieza a lubricarse mientras te das cuenta que las seis manos que pasan por tu cuerpo estan dirigiendose hacia tus nalgas. Si todas las manos siguen su camino, se van a encontrar en tus nalgas. Ansias que eso suceda, pero una vez mas todo se detiene antes de tocar tus nalgas.
Unas manos fuertes te ayudan a darte media vuelta, quedando de espaldas. Comienza nuevamente un masaje profesional, fuerte, relajante, de la parte delantera de tus hombros y la parte superior de tus pechos, ignorando cualquier señal sexual, que seria invisible, por cierto. Luego le toca el turno a tus brazos y manos, que tambien ignorabas cuan tensos tenias. La tension sexual empieza a bajar. Se repite el masaje de la parte delantera de las piernas. Nuevamente relajacion muscular seguida por la
tension que despierta la cercania de las manos a tu pubis depilado. Tu humedad retorna, pero no pasa nada.
En perfecta imitacion de la secuencia anterior, las manos te recorren entera por delante, en un masaje que es mas caricia que otra cosa, definitivamente, pero evitando tus pechos y pubis con deliberacion. A estas alturas tus pezones estan endurecidos, pidiendo atencion, pero esa atencion no llega. Te estas mojando cada vez mas, pero no hay atencion alguna. No sabes si estar satisfecha o frustrada cuando esta parte termina.
Nuevamente te dan media vuelta, quedando tu espalda expuesta. Al primer contacto das un salto. Es una boca que va lamiendo tus hombros, tu columna, tu espalda lentamente, con todo el tiempo del mundo, besando casi. Tu cuerpo reacciona con carne de gallina y excitacion declarada. Comienzas a sentir calor en tu vulva y los pechos inflamados. La lengua sigue, vertebra tras vertebra, detallista, precisa, casi torturante. Llega la boca a donde termina la espalda y, tras lamer no se sabe que zonas que te inflaman, desaparece.
Nada.
Dos minutos despues, justo antes de que te muevas para ver que pasa, sientes una boca en cada pie. Nuevamente lo mismo. Lamiendo y chupando cada uno de los dedos de tus pies, lamiendo la planta de los pies con suavidad, besando los tobillos y subiendo por tus piernas. La cara posterior de las rodillas te derrite, y tus muslos se abren solos, esperando algun tipo de estimulo directo en tus nalgas o vulva, roja y abierta como un higo maduro. Nada, justo antes de llegar, se retiran.
Nuevamente media vuelta, de espaldas en la mesa. Esta vez alguien se apiada, y con una mezcla de alivio y sorpresa sientes dos bocas, dos lenguas, una en cada pezon. Son solo las puntas de las lenguas que apenas tocan las puntas de tus pezones ya duros, endureciendolos mas, si es posible. Ambas lenguas solo tocan las puntas de tus pezones, ensalivandolos, de forma que cuando no hay contacto, sientes frio en ellos.
Como obedeciendo una señal, las lenguas desconocidas comienzan a alternarse: izquierda, derecha, izquierda, derecha. Sientes con alivio como empiezan a aumentar la zona de contacto, acariciando los lados de tus pezones ahora, convirtiendo los toques en lamidas muy cortas. Estas mojadisima y excitadisima; empiezas a sentir la necesidad de acariciarte alla abajo, tu clitoris pide atencion imperiosamente. Apenas empiezas a mover tus manos, alguien que esperaba esto te toma de las muñecas, inmovilizandote. Solo sientes las lenguas enloquecedoras en tus pezones, ya sea al unisono, ya sea alternadamente, bajando, bajando… ahora las lamidas incluyen los pezones y las aureolas, y parecen querer extenderse hacia tus pechos. Si. Definitivamente comienzan a extenderse las lenguas y a los pocos minutos todos tus pechos son lamidos con lentitud y precision.
Empieza tan despacio que no lo notas: mientras una boca sigue lamiendote un pecho desde el pezon hasta la axila, la otra empieza a succionar tu pezon dentro de ella. Subitamente notas calor y succion, y te vas dando cuenta que tu pecho izquierdo esta siendo succionado lenta pero inexorablemente, mientras una lengua lame la parte de tu pecho ya succionada, e incluso sientes un mordisqueo suave de vez en cuando. Cuando tu pecho izquierdo ha sido succionado hasta la aureola, la boca que actua sobre el pezon derecho comienza a hacer lo mismo, succion lenta, desfasadas.
Te sorprendes al escuchar tus propios jadeos, parece que te estuvieras ahogando, mientras tu pechos desaparecen milimetro a milimetro en las bocas que succionan sin parar.
Finalmente tus pechos son completamente devorados. Ya no cabe mas en ninguna de las dos bocas. Ahora viene la etapa de lamidas, succion suave, pero constante, y mordiscos cariñosos. Te has olvidado de tu clitoris, perdida en las sensaciones de tus pechos, cuando sientes algo tibio y mojado que acaricia la parte interna de una de tus rodillas, y empieza a subir imperceptiblemente por tu muslo, besando, lamiendo, mordiendo; avanza y retrocede, pero se acerca cada vez mas a tu vulva que grita por atencion, mientras las bocas de tus pechos siguen y sigues, en forma mas lenta y mas suave, para que saborees mejor la tortura de la aproximacion a tu vulva.
Cuando la lengua va a media pierna, otra lengua comienza a subir por el otro muslo. Por supuesto, la lengua mas avanzada espera a la otra, besando tu muslo sin seguir subiendo.
Las manos que tomaban tus muñecas se mueven con tus muñecas aun tomadas y te hacen tomarte las piernas justo por sobre las rodillas , llevando las rodillas lo mas arriba que puedes, abriendo tus zonas
intimas al ataque de las lenguas, sin molestar a las personas que trabajan tus pezones con lentitud y dulzura. Finalmente las lenguas se van acercando a tu vulva, tras haber chupado y succionado cada centimetro cuadrado posible antes de llegar. Un labio para cada una, es la division. Lento y deliberado, como todo hasta ahora.
Un labio interior para cada una, es la segunda division, despues de saborear concienzudamente tus labios externos… Sientes que la tension se empieza a acumular en algun lado. Necesitas un orgasmo, y parece que viene, claro que con este tipo de estimulos, viene en una hora mas. Una lengua parece empezar a moverse hacia tu clitoris y otra hacia abajo. No sabes si hacia la entrada de la vagina o el ano. Finalmente iba hacia el ano, y empieza a recorrer los bordes de este, esperando que la otra lengua llegue al clitoris, que parece que nunca va a suceder.
Justo en el momento que la segunda lengua llega a tu clitoris, pasan varias cosas a la vez: Tus pezones empiezan a ser chupados con ganas y fuerza, tu ano es lamido con ganas, tu clitoris es chupado entero y lamido, y una boca varonil y agradablemente conocida se une a la tuya en un beso profundo, su lengua explorando tu boca.
Te corres como una posesa en un orgasmo que no parece terminar nunca.
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