Sesion de gimnasio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Blanche (mi madre es francesa), y tengo 23 años. Soy morena, de piel palida, y se que mi cuerpo hace que muchos hombres se exciten. Os voy a contar algo que me sucedio en el gimnasio una calurosa tarde del verano pasado…
Si ese dia fui al gimnasio fue porque me obligue a mi misma: Tenia mi primer trabajo y esa tarde habia tenido una comida con la empresa. Pase por casa con el tiempo justo para coger mi bolsa de deportes y nisiquera me dio tiempo a ponerme un sujetador decente.
Cuando llegue al gimnasio me cambie, poniendome un top que transparentaba mis pezones oscuros y un pequeño pantalon ciclista. Me recogi el pelo en una coleta y me dirigi a la cinta para hacer un poco de footing.
A mi lado estaba uno de mis compañeros de gimnasio, un chico moreno y delgado, todavia no se le notaban las largas horas que pasaba haciendo flexiones y abdominales. Vi como sus ojos aterrizaban irremediablemente en mis pechos generosos, que se bamboleaban a falta de sujetador. Sus pupilas se dilataron y yo sonrei, recorriendo mis labios con la lengua para observar su reaccion. No me quitaba los ojos de encima… Al percibir un ligero olor a su sudor y ver el cerco humedo en su pecho, me excite y, para provocarle, empece a jadear como si estuviera cansada de correr (aunque sabia que en su mente no jadeaba por eso). Al acelerar el ritmo unas gotas de sudor resbalaron por mi frente, deslizandose por mi cuello y perdiendose en mi pecho. Retire esas gotas de sudor con la mano, haciendo que mis pechos se movieran. Repare en que con ese pantaloncito se me transparentaba el tanga, sobre todo por la humedad del sudor. Los ojos de mi compañero recorrian mi cuerpo y eso hacia que mi sexo se humedeciera.
Cuando me di cuenta de que el bulto de su entrepierna crecia por momentos, mientras veia la excitacion en su rostro, senti como mis fluidos resbalaban por los lados de mi vagina, mojandome el pantalon. Segui jadeando… Su respiracion agitada por el esfuerzo y por el calenton me hacia enloquecer, mientras sentia como mi flujo seguia aumentando formando un caudal en el que deseaba ahogarme.
No podia saltar sobre el y exigirle que me penetrara con su bulto descomunal, aunque el lo deseaba, asi que me arranque el mp3 y me dirigi rapidamente hacia las duchas. Despues de arrojar el aparatito a mi bolsa, me desnude sin importarme que hubiera dos chcas mas alli. Es mas, su mirada fija en mi vello pubico hizo que casi alcanzara un orgasmo alli mismo. Colgue mi toalla en un gancho cercano a la ducha y cogi mi neceser, dejando que las dos chicas se deleitaran un poco mas en las curvas de mi cuerpo. Imagine que las dos se acercaban a mi para lamer mi cuerpo…
Casi no podia soportar la excitacion, asi que por fin me meti en la ducha. Aquella era mi cabina favorita porque por el ventanuco de arriba podia ver los pies de los viandantes y si a alguno se le caia una moneda o las llaves, al agacharse se encontraria con mi cuerpo desnudo. Accione el agua helada, refrescando mi ardiente cuerpo. Entonces levante una pierna y apoyandola sobre los mandos del agua, dirigi el chorro, que ya habia paseado por mis pechos y mi abdomen, hacia mi sexo abierto. Me recree en la sensacion del agua fria contra mis labios vaginales…
Decidi cerrar la corriente de agua para dirigir mi mano entre mis piernas. Me acaricie suave pero firmemente los labios vaginales, lamiendome el dedo despues. Segui acariciandolos cada vez mas intensamente hasta que senti como mi clitoris se asomaba timidamente. Entonces pare, porque deseaba sentir algo introduciendose en mi como lo hubiera hecho el enorme miembro de mi compañero de gimnasio. Busque nerviosamente en mi neceser hasta dar con un cepillo del pelo.
Era uno de esos cepillos plegables. Tras limpiarlo con la ducha y un poco de jabon, lo acerque lentamente a mi vagina hambrienta y lo introduje rapida y fuertemente, para sentir las estrias del mango contra mi vagina. La parte delantera del cepillo estaba en contacto con mi ansiado punto G, que me proporciono un sensacion tan cercana al orgasmo que me hacia sentir como un animal en pleno celo. Cuando senti que casi no podia aguantar, lo saque y lo arroje sin mas al suelo, porque necesitaba acabar. Antes de provocarme el orgasmo, deje que la punta de mi dedito se deslizara timidamente en mi culito, poniendome al borde de la locura.
Y entonces si, dirigi mi mano abierta a mi clitoris, estimulandolo gradualmente hasta que senti una sacudida electrica por todo el cuerpo al tiempo que los musculos de entre mis piernas se contraian. Gemi, grite, jadee y segui gimiendo, sin importarme si alguien en el vestuario me estaba oyendo. El estallido de placer hizo que casi no me sostuvieran las piernas, asi que los ultimos espasmos los senti estando de rodillas sobre la ducha. Cuando abri los ojos la luz me deslumbro y tuve que parpadear un par de veces para evitar la fotofobia.
Tras darme una tonificante ducha, esta vez sin caricias sensuales ni intensos orgasmos, sali de la cabina y me vesti, cogiendo mi bolsa para regresar a casa. Una de las chicas de antes estaba alli sentada, rodeada por su toalla y me miraba con una sonrisilla entre complice y excitada. Seguro que habia oido mis gritos de extasis. ¿Quien sabe si ella misma no se habia masturbado oyendo mis gritos de fondo?
Al salir del gimnasio, me di la vuelta y sonrei al chico delgado, mi compañero, que habia hecho de una ardua sesion de gimnasio la experiencia mas sexy de mi vida.
Autor: Anonimo
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