Sexualidad Juvenil (parte 2)
Luego de estar con Juan Manuel, y quedarme sin el, tuve que acudir a otros medios.
Como he dicho en el anterior relato, mi nombre es Delfina y tengo 26 años.
Luego de mis primeros encuentros exploratorios con Juan Manuel, toco el turno de comenzar yo misma y aquí tuve un invitado.
Unos años después, comenzaron a aparecer los primeros atisbos del internet, y eso comenzaba a llamar mi curiosidad a pesar de la banda ancha y su lentitud.
Al principio, algunos compañeros de colegio habían comentado al respecto y así fue como comenzó mi búsqueda, solamente buscando juegos online para adultos, de esta manera descubrí un amplío repertorio de lugares que aumentaban cada vez más ese fuego y deseo interior.
El lugar predilecto era la casa de mi abuela, por la noche, cuando todos dormían, en una habitación que tenia separada del resto de las habitaciones, principalmente cuando mi tia salía con sus amigas y esa área de la casa quedaba despejada, primero fueron con los juegos de anime japoneses, esos en donde uno va tocando distintas partes de la pantalla donde se encuentra una chica en una pose bastante provocativa y le va generando placer. Estos gemidos que provocaba la pantalla me excitaban y hacían que todo ese líquido transparente me recorriera toda la bombacha de algodón. Siempre fui muy tímida para tocarme a mi misma, así que en esas ocasiones solo apoyaba mi vagina vestida sobre los bordes de la silla de madera que hacia de silla de escritorio y me movía de adelante hacia atrás y los costados para provocarme más placer. Esta situación se repitió en varias ocasiones, hasta que descubrí los videos y ahí fue cuando todo mi mundo se revolucionó.
Los videos eran mucho más explícitos, más claros y mejores que los juegos, y aquí es donde ese fuego interior no lo podía apagar tan fácilmente. Un día, desesperada por no poder apagar este deseo, corrí al baño y me baje los pantalones, el liquido viscoso recorría mis piernas y no podía aguantar más, me senté en el bidet para limpiarlo e intentar apagar ese fuego y ahí fue cuando el chorro que me golpeo en la parte baja, me hizo sentir tanto placer, que no podía dejar de sentirlo, comencé a regular la temperatura y dejándolo tibio para que a través de distintos movimientos me hiciera llegar a mi primer clímax, un grito de placer salió de mi boca. Algo dentro mío se relajo, y deje de oír lo que pasaba alrededor, justo ahí fue cuando Alejo toco la puerta.
Alejo era el novio de mi tia, ya hace unos años salían y tenia las llaves de la casa de mi abuela, a pesar de que mi tía salió esa noche, por alguna razón el apareció allí y se ve que al oir ruidos en ese baño separado del resto de la casa, decidió ingresar
– ¿Que haces Delfi?- preguntó sorprendido al abrir la puerta de golpe y encontrarse con mi cuerpo esparcido sobre el bidet, con los pantalones bajos y la remera arriba, con mis pequeñas tetas sobresaliendo de ella y el agua aún corriendo.
-Nada Ale – dije avergonzada, mientras me bajaba la remera. Internamente gritaba de rabia, al fin había descubierto la manera de apagar ese fuego y el podría decirle al resto de los mayores.
-¿Te sentís bien? – preguntó, metiendo todo su cuerpo adentro del baño.
– Si, si – respondí mirándolo intentando incorporarme, debido a los minutos que había pasado en esa posición, mi cuerpo no podía levantarse fácilmente.
-¿Qué estabas haciendo con la pc? – inquirió nuevamente, mirándome a los ojos, Alejo tenia su edad marcada, era alto y robusto al lado mío, con una barba candado negra y ojos oscuros, que parecían de una persona que no estaba muy bien. Mi mente se percato que había dejado los videos abiertos en la computadora, creyendo que no había nadie despierto para verlos.
-Nada – dije tímidamente, mientras me bajaba la remera, pero el me detuvo.
-¿Sabes que eso es solo para niños adultos, no? – volvió a preguntar, sentándose sobre el inodoro a mi lado.
– Si – respondí apenada, mirándolo con un puchero.
-¿Quieres hacer lo mismo que ellos?- preguntó y me comenzó a besar, primero eran unos besos muy tímidos y yo respondía de igual manera, hasta que note que abría la boca y metía su lengua dentro de la mía, y yo respondí igual, comportándome como las mujeres de los videos. Sus manos bajaron lentamente a mis pechos pequeños y los apretujaba de una manera tierna y dulce que me estremecía hasta la panza, sin embargo, mi deseo se concentraba en otra parte.
Mientras me seguía besando, me fui bajando el pantalón y la bombacha que ahora se encontraba toda húmeda y me lo saque completamente, ahí fue cuando el me subió a upa suyo, y comenzó primero besando mis tetas y luego bajando lentamente a mi vagina. Cuando la toco, pude sentir un gemido de su parte al sentir que estaba mojada y yo hice lo mismo, allí fue que comenzó a realizar lo mismo que Juan Manuel, primero sobre los labios de afuera y luego comenzó a ir más profundo, donde estaba mi clitoris y con sus dedos hacia movimientos circulares que me hacian estremecer, en un momento comenzó a realizarlos más fuertes y yo no pude aguantar más, fue cuando nuevamente llegué al climax, apenas termine, el me siguió besando hasta que me bajo al piso y se fue, dejándome desnuda, sola en el baño y con deseo de más.
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