Un momento especial
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por templario73.
Depositas sobre la cama aquellas prendas que tienen la inmensa suerte de en unos instantes estar pegadas a tu perfumada piel, ajena a que una mirada traviesa esta siguiendo cada uno de tus movimientos.
Pasado el tramite de escoger las prendas cierras las puertas de nuevo y te ves reflejada en los espejos que las cubren en su totalidad, por un breve instante contemplas tu imagen reflejada en el, después dejas caer la toalla suavemente al suelo y tu cuerpo aparece ante mis ojos.
Tus pechos perlados aun de gotas de agua aparecen turgentes, el blanco de su piel resalta aun más con el oscuro marrón de tus pezones, que al contraste de temperaturas se muestran en todo su esplendor desafiantemente erectos.
Mi mirada desciende por tu vientre, en esto te inclinas a recoger la toalla del suelo y comienzas a secarte con mimo, tus pechos, tus hombros, tu vientre, tus muslos, de manera lenta terminas de secar tu piel, de nuevo la toalla cae a tus pies.
Del comodín sacas tus cremas y te sitúas nuevamente frente al espejo, esparces crema hidratante en tus manos y comienzas a repartirla lentamente, primero tu rostro, con tus ojos cerrados te das un suave masaje, después tu cuello ese que cada vez que beso te provoca pequeñas descargas por todo tu cuerpo, luego los hombros esos que cuando acaricia tu cuerpo se relaja al punto de que pierdes la voluntad, dejas tus pechos para el final, no esperaba menos de ti y continuas por tu vientre ese que mis labios recorren cuando sigo el camino que va de tus pechos a tu sexo, de nuevo te inclinas esparciendo la crema por tus muslos, con las piernas separadas asciendes por el interior se esos muslos que se tensan cuando mi lengua atrapa tu inflamado clítoris, tus manos Siguen su ascenso hasta perderse cada una en su ingle respectiva, una buena ración de crema se deposita en tu recién rasurado pubis y un suave masaje la extiende por todo el.
Finalmente asciendes a tus pechos y en ellos te entretienes trazando pequeños círculos erizando aun más tus pezones hasta que en el ascenso de tus manos los atrapas como haría yo tomándolos entre mis labios, solo que ahora son tus dedos quienes los estimulan.
Tus maniobras frente al espejo tienen mi sexo enfebrecido, la presión del pantalón se hace insoportable por momentos, te giras y en el espejo se reflejan tus espléndidas nalgas esas que me encanta mordisquear suavemente cuando desciendo por tu espalda,
Como si presintieras mi presencia tu cuerpo se agacha hacia delante dejando ante mi lasciva mirada la imagen soñada, la entrada de tu sexo y la estrella de pliegues que rodean tu ano.
Inconscientemente mi mano acaricia mi sexo sobre el pantalón, continuas con las dos manos apoyadas sobre la cama y abres aun más tus piernas, una de tus manos deja de servirte como punto de apoyo y aparece entre tus piernas abriendo los labios de tu ya sin duda húmedo sexo, un dedo travieso penetra ese húmedo orificio y un apagado gemido escapa de tu garganta, sacas tu mano y te incorporas, miras hacia donde yo estoy y aunque parece que no me ves llevas ese dedo a tus labios y tu lengua lo envuelve.
Tras esto tomas el sujetador de la cama y lo colocas sobre tus pechos ocultándolos de mi vista, un pequeño tanga de suave encaje blanco cubre tu totalmente húmedo y depilado sexo, un pantalón corto oculta esa diabólica prenda, te vueles a quitar el sujetador presagiando tal vez que en unos minutos todas esas prendas acabaran en el suelo en cualquier rincón de la casa. Una camiseta de tirantes cubre esos erizados pezones que se clavan en la fina tela desafiándome,
Dejo mi escondite y me dirijo a la puerta de entrada que abriendo sin hacer ruido cierro de nuevo haciendo que entro en casa en ese momento, me dirijo al salón y sales a recibirme, te vienes hacia mí y nos fundimos en un abrazo, mi sexo continua como instantes antes desafiando la ley de la gravedad y se incrusta en tu vientre,
Sonriendo esbozas un hay mi niño que contento esta de verme mientras tu mirada divertida me hace dudar que no sepas que estabas siendo observada, a todo esto tu mano ya esta dentro de mi pantalón abarcando mi erección, pero eso es ya otra historia.
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