Una aventura con mi perro
Mi madre me regaló un perro y luego termino cogiendo con el.
Hola soy carla les quiero contar otro relato de algo que me sucedió, mi madre me regalo un perro muy bonito de raza Pointer Inglés, blanco con manchas rojizas, es muy juguetón, le encanta correr, cuando lo saco a pasear y en varias ocasiones se me escapó y tuve que correr tras de él para alcanzarlo y evitar que se escapara.
No sé bien como fue que comenzó mi fascinación hacia él, no sé si seria la soledad en la que me encuentro, no tengo amigas y ni mucho menos un novio. Así pues comencé a pasar mas tiempo con mi perro, todas las tardes al regresar de la escuela, me ponía a jugar con él hasta que mamá me llamaba a comer, convencí a mi mamá de que lo dejara quedarse toda la noche en mi cuarto, me costo mucho trabajo convencerla pero al final me dejo.
Una noche después de haberme bañado y aun estando desnuda en mi habitación, justo en el momento en el que me agache para ponerme mi ropa interior sentí su hocico frió y húmedo en mi conchita, sentí su aliento cálido en mi piel, me quede sorprendida e inmóvil, fue una sensación muy agradable, pero en un instante la idea me pareció demasiado guarra, enfadada me volteé hacia él y con tono firme le reprendí.
Eso no se hace, no es divertido pero la realidad fue otra, esa nueva sensación despertó en mi un instinto casi animal que terminaría entregándome completamente a él.
A costada en mi cama trate de no darle importancia a lo que avía sucedido, trate de dormir pero casi me fue impasible, en mi mente daba vueltas una y otra vez la idea de sentir otra vez el húmedo hocico de mi perro en mi conchita. Comencé a excitarme y paso por mi mente la idea de ¿porqué no? Me senté en la orilla de la cama, mi cuerpo temblaba de la excitación que sentía, me quite el pantalón del pijama y comencé a frotarme la conchita por enzima de mi calzoncito.
comencé a llamar a mi perro, pero no me hacia caso parecia estar durmiendo, luego de varios intentos él alza su cabeza y camina hasta mi cama. Yo seguía acariciándome, mis pezones sé sentian duritos y mi calzón comenzaba a humedecerse.
Vamos, ven chiquito, ven quiero que me pongas tu naricita en mi cosita otra vez- pero no reaccionaba.
Vamos, acércate, no tengas miedo esta vez no te voy a regañar- le decía mientras me quitaba el calzoncito. Se me ocurrió que tal vez si se lo daba a oler el se acercaría.
Le puse el calzoncito en su hocico justo donde estaba húmedo con mis fluidos y el los olfateo, se acerco hasta mi entrepierna pego su nariz fría a mi vulva. Al sentirlo me estremecí, metí mi dedo índice un poquito en mi rajita y se lo acerque a su hocico. Él lo comenzó a lamer, se acerco mas a mí, olía como desesperado mi sexo como si buscara de donde salía ese olor rico que le había gustado. Y cuando menos me di cuenta comenzó a lamerme de una forma tan impresionante que casi de inmediato comencé a gemir, sentí un poco de miedo que mi mamá me escuchara, así que con mi mano derecha me tape la boca para silenciar un poquito mis sollozos.
Su lengua recorría todo mi sexo, en cada arremetida mi cuerpo se convulsionaba en un estado casi hipnótico de placer. Sentía mis pezones casi a reventar, con mi mano izquierda los pellizcaba y jalaba aumentando así las sensaciones, que en un momento se juntaron; fue como si el tiempo se hubiera detenido y una explosión de energía se acumulara en mi cuerpo hasta que ya no pude más. Termine en un orgasmo quede con el cuerpo empapado en sudor me quede completamente dormida, esa noche ya no supe mas solo dormí.
Estaba fascinada con lo que sucedido la noche anterior, me humedecía tan solo de pensar en lo que había sentido. Esa mañana no pude concentrarme en la escuela, solo contaba las horas y los minutos para que fuera el momento de regresar a casa, solo quería jugar con mi perrito y hacer las travesuras que hicimos anoche.
Para no variar esa mañana el descanso fue más insoportable que como de costumbre, sentada sola en el patio, mientras miraba como las demás chicas jugaban o platicaban reunidas en grupitos de amigas, me sentí más sola que nunca, quería que mi perrito, estuviera ay con migo. Por fin sonó el timbre de la escuela, ya eran las dos de la tarde y sentí una gran emoción porque podría jugar con mi perrito, Llegué casi volando a casa, aventé mi mochila al sillón de la sala, le avise a mama que ya había llegado y que saldría a dar una vuelta al campo que estaba cerca de nuestra casa con mi perro.
Salí al patio, y al verme alzó la cabeza y moviendo su cola se acercó a mí.
-Me extrañaste- le pregunte mientras le acariciaba la cabeza y el cuello vente vamonos- y como siempre él me siguió.
Me sentía muy nerviosa pero a la vez excitada, mi cuerpo temblaba como si tuviera frió a pesar de que hacia mucho calor. Camine con mi perro lo mas lejos que pude, no quería que nadie me fuera a encontrame jugando de esa manera con mi perro. Así me dirigí hasta donde no pudieran encontrarme, ya una vez segura de que nadie podía vernos me senté en el pasto y comencé acariciarlo en la cabeza y en el cuello, como de costumbre lamía mi cara y movía su cola.
-¿Te acuerdas de lo que hicimos anoche? Hoy vamos a jugar otra vez.
Me levante del suelo y tras revisar con la mirada por ultimas vez, me quite mis calzoncitos y los arroje a un lado, una cosquillita rica salía de mi clítoris y parecía viajar hasta mis pezones, poco a poco sentí como se iban endureciendo hasta que se podían notar por enzima de mi blusa, Me senté de nuevo en el suelo, pero esta vez con las piernas separadas, podía sentir el pasto fresco en mi entrepierna y la cálida brisa del viento hicieron que deseara tocarme. Con mi dedo índice comencé a rozar poco a poco mi clítoris, me estremecí de placer cuando sin que lo esperara Juguetón comenzó a pasar su lengua áspera por mi vulva, no pude menos que lanzar un acallado pero lleno de placer gemido.
Cerré mis ojos y mientras Juguetón me comía con su enorme hocico, mis manos acariciaban mis pechos, redondos duros y tan sensibles que no podía creer lo que estaba sintiendo. Mi respiración se fue volviendo mas y más agitada, de mi boca no salían mas que suspiros, y de repente convertidos en un lloriqueo casi infantil tuve un orgasmo.
El no paraba de lamerme, en cada embestida podía sentir como si su lengua ásperamente llegaba casi hasta mi útero. Yo quería mas, jamás pensé que pudiera gritar tanto de placer o que mi perrito pudiera dármelo; pero así era, tuve un segundo orgasmo justo en el momento en el que embriagada en placer, lujuria y sexo; mi vagina comenzó a contraerse y empapada en sudor quede exhausta en el suelo.
Extenuada tarde algunos minutos en reponerme, me senté de nueva cuenta en el suelo, mi respiración aun era un poquito agitada, me ardía mi conchita y al tratar de levantarme las piernas me temblaban; fue entonces cuando vi a mi perro a unos pasos mas adelante echado en el suelo, cual grande fue mi sorpresa al ver que él se lamía un enorme pené que le salía de entre las piernas. Era enorme, roja y se le notaban un montón de venas; asombrada me acerque hasta él, llena de curiosidad intente agarrarlo, pero me entro un poco de miedo al pensar que tal vez se enfadaría y me lanzaría una mordida, el problema era que me sentía tan excitada que en verdad quería tocarla, quería sentir como era y me preguntaba en mi mente sí seria como tocársela a un chico. Decidida lentamente fui acercando mi mano hasta su pené, solo me atreví a ponerle un dedo enzima, pero al notar que él solo me miraba y sacaba la lengua como cuando le acariciaba la cabeza, me dio el valor suficiente para agarrarlo con toda mi mano; se sentía muy dura y era tan gruesa que apenas y lograba rodearlo con mi mano.
-¿Quieres que te masturbe?- le pregunte excitada. Pero la verdad es que aun que me hubiera dicho que no, mi mano ya había comenzado con esta tarea. Quede sorprendida al darme cuenta que entre mas lo estimulaba su pené crecía y se ensanchaba aun más.
Estaba tan emocionada, jamás pensé que reaccionaria de esa manera ante mis caricias, era como si le gustara lo que le hacia, pero ¿Seria lo mismo que masturbar a un chico? Y si se lo chupaba ¿Qué pasaría?
Acerque su pené y me lo metí en mi boca; Apenas y cabía en mi boca, estaba caliente y su sabor salado al principio me pareció chocante, pero conforme se la iba chupando y Yo me iba excitando llego a gustarme.
Comencé a notar que salía un liquido calientito, sabia algo salado no tenia mal sabor, pero empezó a provocarme horcajadas y me vi obligada a sacármelo de mi boca. En verdad se había puesto enorme, aun sorprendida y recuperándome de la asfixia, Juguetón se puso como loco, daba vueltas alrededor de mí, y a aprovechando que quede a gatas, él se monto en mi agarrándose fuertemente con sus patas a mi cadera. Frenético bombeaba queriéndome penetrar, su pené chocaba contra mis nalgas y no tardo mucho en atinarle a mi vagina, y una vez que entro la punta, me la metió completa hasta el fondo, el placer era indiscriptible, por unos segundos me sentia como una perra en celo, el me poseía como su hembra, me cogía de una manera tan salvaje, Lo sentía tan rico dentro de mí, empece a gemir llena de placer, mis gemidos venian acompañados de palabras que inconscientemente y a causa del estado en que me encontraba, le decía a mi perro: -¡Ay si, que rico sigue, hazlo mas rápido quiero mas, así cogeme, COGEME MAS DURO!
Los orgasmos no se hicieron esperar, aun que suene muy exagerado llegaron uno tras otro, hasta sumar cuatro, sumida en una cascada de erotismo zoofilico y en un estado semiinconsciente, no note el momento en el que mi perro quedo abotonado a mí, ni tampoco el momento en el que paso su pata por encima de mi espalda y quedamos mirando hacia lados opuestos del campo, me di cuenta hasta que comencé a sentir como se llenaba mi vientre con un liquido calientito, se sentia tan bien, no queria que parara nunca, era tanto que sentía como escurría por mis piernas. Pasados unos minutos, empezó a embestirme fuertemente, cada vez empezaba a soltar mas gemidos, me moria de placer, se sentia tan bien moviendose en mi vagina, empece a gritar ¡¡SII MAS, QUIERO MAS, HASME TODA TUYA!! hasta que senti mi vientre llenarse nuevamente con ese líquido calientito que sentia tan bien, en ese momento perdi la consciencia, luego de un rato me desperte estaba rendida en el frió pasto aquella madrugada. Desde entonces cada que puedo cojo con mi perro.
Super nena 😍🤤🥵😘👍❤️