Una lamida muy áspera
Pegajoso, áspero, jugoso y muuuuuy delicioso!… La experiencia Joey mi gato ha sido el morbo más rico que he podido experimentar..
Tenía 12 años, era una chica muy tetona, con pezones sobresalientes como chupones perfectos para mamar, tenía el chocho gordo e hinchado, tremendo que cuando me ponía pantalón se partía la chocha en dos, y cuando usaba falda para el colegio se me veía el culo porque para tener 12 años, estaba bien gordo y paradito, que rebotaban los cachetes cuando caminaba
Los viejos en la calle solían decirme cosas obscenas y eso me encantaba, se me ponían los pezones duros y automáticamente el chocho gordo que tenía se llenaba de mis jugos pegajosos de nena…
Un día veía de vuelta a casa desde el colegio y un viejo súper asqueroso que venía con su perro, me dice: «Que rico par de tetas pendejita, deja que mi perro y yo te succionemos el orto y el clitoris al mismo tiempo» , lo miré fijo a los ojos y me paré derecha alzando mis tetas que llegaron a rebotar bajo el corpiño delgado que usaba, le sonreí, me puse el cabello atrás de la oreja y seguí caminando.
Me fui todo el camino sonrojada, recordando e imaginando lo que me había dicho y cuando llegue a casa lo primero que hice fue buscar un Churu, si los conocen verdad? Los amantes de los gatos sabrán jejeje … Me senté en el sillón, abrí mis piernas y me levanté la falda, traía puesto un colales que le había robado a mi tía puta y lo corri hacia el lado, acto seguido, abrí el Churu y apliqué un poco en mi chocho, primero en mis labios gordos, luego en el culo, justo en el orto,y por último en el todo el clitoris duro, llamé a Joey mi gran gato negro y lo puse a lamer.
!QUE DELICIOSO DIOS MIO, ESE GATO LAMIA COMO SI SUPIERA LO QUE HACIA! ERA COMO UN GATO POSEIDO POR UN DEMONIO DEL SEXO, UN DEMONIO EXPERTO QUE TE CHUPABA EL ALMA SL MAMADAS Y LANGUETAZOS ÁSPEROS, RÁPIDOS Y MUY HÚMEDOS .
Comencé a gemir como nunca, mis piernas de nena temblaban junto con mi gordo culo mojado, mi gato lamia y lamia, mordiqueaba mi clitoris como un chicle suavemente, lo chupaba lo lamía, y yo más y más churu le daba. Rico se sentían sus lamidas que me saltaban chorros y terminé toda meada… Mi bebé terminó de lamer bien mi clitoris y luego se paso al orto, oh dios que estímulo más rico, yo abría y cerraba mi ojete, lo apretaba y lo soltaba mientras mi felino me daba lamidas y mamadas como si quisiera mamar y sacar leche, rico de movia, rico me lamia, y más churu le echaba a mi culo.
Porsupuesto que me lamió las tetas y los pezones de chupón que yo tenía a los 12, mi gato Joey fué el primero en devorarlos, en mamarlos y modelos suavecito… Delicioso! .. de tanto disfrutar no me di cuenta que tenía las ventanas y cortinas abiertas en la sala, y desde el segundo piso de la casa de atrás había una ventana, en dónde mi vecinita Header de 7 años en ese entonces observaba con la boca abierta.
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