Cogiendo a la almohada

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando tenía 11 o 12 años ya sabía sobre la masturbación, y ya me pajeaba a escondidas unas cuantas veces a las semanas, en el baño, en mi habitación, cuando estaba solo en la sala o inclusive en la habitación de mis papás, siempre que llegaba de la escuela y nadie estaba me desnudaba por completo, me gustaba estar desnudo por toda la casa y echarme unas cuantas pajas por ahí.

Un día que llegué de la escuela y nadie estaba, me desnude como siempre lo hacía y empecé a comer viendo la tele en la sala, pasaban comerciales llamativos y ya me ponía duro y como no quería tirar leche tan temprano ese día decidí frotarme con la almohada del sofá, no sé como se me ocurrió eso pero la agarré y la frote lentamente sobre mi verga, se sentía tan rico y mi verga estaba caliente y dura lubricando un poco, entonces se me ocurrió tratar de acelerar el ritmo, más rico cuando lo hacía más rápido, entonces me acordé de las almohadas de mi habitación.

Fui a mi habitación y me subí a la cama, agarré la almohada y empecé a frotarme de nuevo, lento, luego rápido, luego lento y así hasta que se me ocurrió la idea de follarme a la almohada.

Coloqué a la almohada de costado y hundí una de sus esquinas, quedo profundo y entonces lentamente me recosté sobre ella y con mi mano guié mi verga dura hacía la profundidad, empecé a moverme hasta que mi cama se empezó a mover, abrazaba a la almohada desde arriba mientras entraba y salía mi verga de esa profundidad tan rara pero acogedora, la cogí de costado, encima mío y boca abajo, hasta que no pude más y empecé a tirar chorros de leche adentro de mi almohada, fue una sensación rica para un joven de 12 años que se iniciaba en esas cosas, fue un desastre al traer de vuelta la punta de la almohada y ver que estaba toda mojada, fui a lavar esa parte y me acosté a dormir.

Ese día me habré cogido a la almohada como unas dos veces más, y desde esa vez cada cuanto.
Saludos!