EL ALUMNO MAS POPULAR Y POR FIN LO TENGO…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por EROFANTASIES.
Cuando mi amigo me dijo que si quería regularizar a un alumno después de las horas de clases, la verdad pensé en negarme. Sin embargo, cuando me menciono de quien se trataba y me di cuenta que era uno de los alumnos más populares de la escuela que tenía que regularizarse para mantener su promedio y permanecer en el equipo de futbol americano. De inmediato supe de quien me hablaba. Era un muchacho que siempre me había llamado la atención por lo guapo, masculino, seguro de sí mismo y con un envidiable cuerpo de fortachón que tenía, era difícil que alguien así pasara desapercibido para mí. De inmediato accedí y le comente que no entendía como el estuviera en problemas con sus estudios. Mi amigo me comento que sospechaba que además de que era muy amiguero y se distraía fácilmente el sospechaba que estuviera metido en cosa de drogas y por eso el justificaba su bajo desempeño. Claro que acepte porque no iba a perder la oportunidad de conocerlo íntimamente más de cerca.
El día para conocernos por fin llego y me quede después de clase esperándolo, el llego con el aplomo con que siempre lo había visto, caminando como si se comiera al mundo entero, con una sonrisa encantadora, un cuerpo muy fuerte, definido y bien formado. En un principio llego muy serio se sentó mirando para todos lados y espero a que fuera yo el que hablara primero, lo empecé a interrogar sobre lo que le gustaba y así fue como se soltó hablando sobre lo mucho que le gusta el futbol americano y lo importante que era que saliera bien en su promedio para que sus padres le permitieran seguir jugándolo. Mientras el me comentaba esto, note que su pantalón era de mezclilla todo deslavado con roturas por varios lados, de esos que ahora los jóvenes usan. Pero lo más llamativo era sin embargo que había un desgarre en el pantalón justo donde termina el cierre y empezaba la pierna; marcándole el bulto y por el cual se asomaba ligeramente su ropa interior. Desde que lo note no pude desprender la mirada de él, pues en verdad me llamo mucho la atención y me excitaba.
Comenzamos la clase y se paro varias veces al pizarrón y mientras trabajaba pude observarlo a detalle. Tenía sus glúteos bien parados y muy firmes y el pantalón por detrás dejaba entre ver el resorte de su calzón. Mi excitación iba en aumento y casi no podía concentrarme en la lección que le debía dar. Su cintura era reducida y en sus brazos, espalda y pecho se notaba claramente que el deporte y el gimnasio se los habían moldeado bien. Los jeans ajustaban de tal manera que permitían notar el bulto que este muchacho tenia, que se adivinaba de buen tamaño para su edad y aunque parado la apertura no dejaba ver su ropa interior como cuando se sentaba, de todas formas verlo era todo un deleite. Yo creo que el noto mi insistente mirada hacia su paquete porque empezó a tocarse y rozar lo con sus manos para llamar más mi atención y cerciorarse de que lo que el imaginaba era cierto, que su maestro estaba fascinado con lo que veía.
Conforme más se tocaba el bulto más difícil para mí era ocultar que lo miraba y él fue aumentando lo atrevido de sus caricias hasta que de plano metió sus dedos por la apertura del pantalón y toco su ropa interior y se agarró el paquete con toda su mano sin que yo pudiera despegar la mirada sobre lo que estaba haciendo. Sus movimientos provocaron que su apertura del pantalón se abriera más y dejara ver más de su bulto en ropa interior blanca. Para fortuna mía, llego el momento de hacer una pausa y él pidió permiso para ir a la cafetería por un refresco. Pero yo estaba muy excitado y no iba a dejar que él se insinuara así, sin que yo pudiera hacer nada, así que recordé lo que mi amigo me dijo sobre este muchacho que estaba metido en drogas y me puse a buscar en su mochila para ver si encontraba algo.
Tuve mucha suerte y encontré unas pastillas que claramente se veía que consumía o bien las repartía con sus otros compañeros de la escuela; justo había encontrado lo que necesitaba para poder llegar a una negociación. Cuando llego, lo encare y le dije que como era posible que se drogara y llevara eso a la escuela, él se justificó y dijo que no lo hacía seguido solo cuando salían de antro y que eran más bien de un amigo. Le dije que lo sentía mucho pero que aun así, lo tenía que informar tanto a la escuela como a sus padres y que eso le iba afectar. El que por supuesto había notado como lo veía de inmediato empezó a negociar conmigo y me dijo de manera un tanto sugestiva que por favor no dijera nada a nadie y que a cambio el haría lo que yo quisiera. Le conteste: “Cualquier cosa….” Y él me respondió que: “Si claro lo que usted desee Profe “. Justo era hacia donde yo lo había querido llevar y sin dudarlo más, fije mi mirada en su paquete y le dije: “Esta bien vamos al baño para comprobar si lo que me gusta vale la pena para correr el riesgo” y de inmediato me contesto: “Vamos no se va arrepentir”.
El entro primero al baño de maestros que a esa hora se encontraba vacío y se metió en un gabinete, yo entre tras de él y aun con la puerta abierta se recostó en la pared y se puso frente a mí y se empezó a tocar, eso me excito mucho. Le dije a ver muéstrame y se agarró el paquete y dirigió su mano al desgarre de su pantalón mostrando su bulto en ropa interior, se levantó algo la camiseta y me invito a tocarlo. Por supuesto que lo hice y lo primero que efectúe fue introducir mi mano por ese agujero del pantalón que tanto había llamado mi atención para luego tocar con toda la palma de la mano su paquete. Subí mi mano lentamente, toque sus pechos y levante la camiseta para dejar su abdomen descubierto. Le acaricie la cara y descubrí sus pechos que estaban duros como roca. Desabotone su pantalón para dejar al descubierto su ropa interior, él se seguía tocando ya semi desnudo, y metió su mano dentro de su calzón para tocarse y eso me parecía a mi súper sexy. Mientras lo tocaba, me repitió como tres veces que por favor no le digiera nadie sobre lo de las drogas y porque afectaría su imagen.
Yo le asegure que si portaba bien conmigo y me daba lo que yo deseaba, no se enteraría nadie. Y me dispuse a hacerlo mío, le metí la mano por la apertura de su pantalón varias veces para sentir su paquete y acaricie sus pechos poniendo con mis dedos saliva en sus tetillas y por la cara que el hacía parecía disfrutarlo mucho, se empezó a sobar su miembro y a verse excitado. Por fin decidí bajarle el pantalón porque ya para ese momento me estorbaba. Lo deje en su ropa interior, blanca muy ajustada que le marcaba muy bien el miembro con un resorte negro y rojo ancho marca Calvin Klein. Sin esperar más se lo toque con toda mi mano, disfrutando la sensación de tener ese bulto de un muchacho joven entre mis dedos.
Dejo que lo tocara sin restricción alguna, las veces que yo quise, su bulto en ropa interior y su abdomen plano desnudo se veían reamente espectaculares y yo jugué con ese sabroso paquete lo que se me dio mi gana. Mientras él se la sobaba, le descubrí los huevos que estaban duritos y muy ricos. Su verga comenzó a ponerse rígida demostrando un tamaño y un grueso fenomenal para alguien de su edad. Su calzón no podía contenerla y empezó a asomar por la pierna de su calzón perfectamente circuncidada y llena de venosidades que se hinchan con el contacto. Saque su verga por un costado de su calzón y le llene la punta con mi saliva para que sintiera más las caricias que le estaba dando, estaba tan sabrosa que casi de inmediato después de verla, la metí en mi boca para mamársela, todo el día lo había deseado.
Empezó a ponerse cada vez más dura y su cara demostraba que le estaba gustando lo que yo le estaba haciendo, coloco su mano en mi cabeza y fue dirigiendo el ritmo en el cual le gustaba que introdujera su verga en mi boca. Le baje el calzón totalmente para ver su miembro en toda su expresión, estaba enorme y bien duro, lo lubrique bien con saliva para que resbalara y lo masturbara mejor y así se veía súper antojadiza tuve que comérmela toda una y otra vez hasta con cierta desesperación de lo mucho que yo lo estaba disfrutando, el no dejaba de jadear y hacer gestos con la cara, muestra inequívoca de que estaba recibiendo una de las mejores mamadas que hasta el momento le habían dado, cuando note que sus gemidos y su respiración iba en aumento supe que se iba a venir. Le apreté la verga con fuerza y aumente la velocidad de la masturbada, lo que provoco que por fin emergiera de su pinga; su rica y tibia leche blanca y espesa, deje que saliera plenamente y que se esparciera por todo su miembro y mi mano. Inmediatamente que acabo de fluir decidí limpiar ese semen con mi boca y no dejar una gota y así fue como se la mame y se la deje limpiecita, mientras estaba haciendo eso, el no dejaba de hacer muestras de placer.
Puedo estar seguro que ese día tanto alumno como maestro quedamos muy complacidos del aprendizaje recibido y de lo otro, ya nadie supo nada. Tuvimos otros encuentros que si les gusta este relato ya les contaré.
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