El cuidador depravado.
A Juan le encargan un pequeño durante un par de horas y aprovecha para desahogarse a su lado..
A Juan le encargan un pequeño durante un par de horas y aprovecha para desahogarse a su lado.
La siguiente es una historia de ficción basada en personajes reales.
Juan, un hombre de 31 años, soltero, de buen cuerpo un poco atlético, delgado y de tes morena, por cuestiones de su trabajo renta un cuarto en la ciudad en donde trabaja, en donde se queda de lunes a viernes y los fines de semana va a su ciudad natal.
El edificio donde renta esta ubicado en la segunda planta de una construcción un poco extraña, pues se tiene que subir una escalera y al girar a la izquierda hay un pasillo, allí hay res cuartos en línea, el que renta Juan es el primero. Hacia un mes había llegado a rentar el ultimo cuarto una chica de nombre Karla, morenita, de cabello largo y lacio, delgada, chaparrita con una carita muy linda y dulce voz. Karla tenia 25 años y se encontraba de paso por unos meses en la ciudad, ella tenia un hijo, un bebe de 10 meses de edad de nombre Jorge.
Juan y Karla no hablaban mucho, más allá de encontrarse ocasionalmente en el pasillo y saludarse, pero a Karla juan le parecía un hombre responsable y respetuoso. Cierto día, Karla tuvo una emergencia personal, y le era imposible llevar con ella a su bebé, pues le complicaría moverse. Desesperada por no saber que hacer, tuvo la idea de dejar al pequeño Jorge encargado con su vecino Juan, así que Karla se preparó para salir, y preparo la pañalera del bebe, salió de su cuarto y fue al de Juan, toco a la puerta. Juan se encontraba descansando, acostado en su cama viendo la televisión, al escuchar el llamado a la puerta se paro y fue a abrir.
Al abrir la puerta vio a su joven vecina Karla cargando a su bebé y la pañalera de este
Karla: Hola vecino!
Juan: Hola vecina!
Karla: Espero no molestar.
Juan: No, no para nada, dime en que te puedo ayudar
Karla: Pues necesito pedirle un enorme favor, y es que me da mucha pena, pero tengo una emergencia y no se me ocurrió otra cosa que venir a verlo.
Juan: Pues dime, que puedo hacer
Karla: Tengo que salir por un problema personal y si me llevo a mi bebé me va a ser muy complicado moverme y arreglar mi asunto, no tengo a nadie que me ayude y pues, quería ver si usted me puede hacer el favor de cuidármelo, seria solo un par de horas, prometo no tardarme tanto, le repito me da mucha pena pero es que no tengo a nadie mas que me pueda ayudar.
Juan: Claro, claro, no hay problema, comprendo la situación, ahorita no tengo nada que hacer así que puedo ayudarte, déjame a tu bebé mientras arreglas tu asunto.
Karla: Ay!! Muchas gracias, en verdad, aquí esta su pañalera ahorita acaba de comer y es muy tranquilo, espero que no le de lata, pero no creo porque es muy tranquilo.
Entonces Karla le dio al pequeño bebé Jorge a Juan, quien lo romo entre sus brazos y también tomo la pañalera. Karla se despidió de su bebé y de Juan y se marcho a arreglar su asunto. Juan cerro la puerta de su cuarto y se dirigió a la cama, acomodo al bebe en ella y se sentó a su lado. Por un rato el bebé estuvo quietecito, pero repentinamente, comenzó a ponerse inquieto y a llorar, Juan los tomo en sus brazos y comenzó a tratar de calmarlo, pero no funcionaba, de repente se le ocurrió que probablemente necesitaba un cambio de pañal, así que procedió a revisarlo, lo acostó sobre la cama, y le quito la manta en la que estaba enredado, le quito el mameluco y al revisarlo se dio cuenta que efectivamente, el bebé necesitaba un cambio de pañal. Al ser soltero Juan no sabía exactamente qué hacer, pero no podía dejarlo así hasta que regresara Karla. Juan pensó en ver que podría hacer, así que le quito el pañal al bebé Jorge, busco en la pañalera y tomo las cosas necesarias para limpiarlo y ponerle un pañal limpio.
Juan comenzó a limpiar las nalguitas del bebe con las toallitas húmedas, también limpiaba sus ingles y comenzó a limpiar su pequeñitos huevos y su penecito con las toallas húmedas, en ese momento, Juan comenzó a sentir un poco de morbo, y aunque el bebé ya estaba bien limpio, Juan seguía pasando las toallas húmedas por su cuerpecito desnudo, el morbo era cada vez más y más, hasta que en cierto punto Juan dejo las toallas húmedas y sin pudor alguno comenzó a juguetear con el pequeño penecito del bebé, comenzó a acariciarlo suavemente y al hacerlo noto como él bebe sonreía, al parecer le agradaba aquello.
Juan paso algunos minutos haciendo aquello al bebé, y cuando se dio cuenta ya tenia su verga bien parada por el morbo de aquella caricia pervertida que le daba al penecito del bebé, la calentura y la lujuria se apoderaron de Juan. Entonces, siguiendo su impulso y dejándose llevar por sus mas bajos instintos, se desabrocho el pantalón y se despojo de el junto con su bóxer, quedando desnudo de la cintura para abajo, con su verga bien parada, una verga morena de 17 centímetros, de muy buena forma y depilada. Juan comenzó a jalarse su verga al mismo tiempo que seguía sobando la pequeña verguita del bebé. Cada vez mas caliente, Juan se arrodillo al lado de la cama, quedando el bebé frente a él.
Juan comenzó a lamer y besar esa pequeña y linda verguita, lenta y suavemente mientras seguía jalándose su gran verga, al poco rato ya estaba chupándola, con delicadeza para no lastimar al bebé, pero con lujuria. Después de unos minutos Juan se puso de pie, se inclinó un poco y tomando su gran verga con su mano derecha la puso sobre la pequeña verguita del bebé y comenzó a frotarlas como jugando espadazos, la sensación era deliciosa para Juan, él bebe seguía sonriendo y Juan lo miraba con una sonrisa lujuriosa, al cabo de unos minutos más, Juan tomo cuidadosamente al bebé y lo coloco boca abajo sobre la cama, y procedió a frotar su dura verga sobre las nalguitas del bebé, ponía su verga justo sobre la rayita del culito y la movía de adelante hacia atrás, sentir esas delicadas y pequeñas nalguitas enloquecía a Juan, por momentos tomata su verga con la mano y la azotaba sobre las nalguitas del bebé, después de un rato Juan se volvió a arrodillas y sin dejar de jalarse la verga le dio algunos besos a las pequeñas nalguitas.
Juan volvió a levantarse y tomo al bebé para acomodarlo nuevamente acostadito boca arriba, Juan se subió a la cama y se arrodillo junto al bebé quedando a la altura de su carita, entonces Juan comenzó a frotar su verga por toda esa tierna carita, el bebé seguía sonriendo, y aquello ponía muy caliente a Juan. Tomando su verga con su mano Juan, ponía su verga en la pequeña boquita del bebé y la frotaba, al sonreír él bebe, Juan podía sentir un poco la saliva y la lengüita del bebe en su verga. Juan comenzó a jalarse con más fuerza su verga, lo hacia con lujuria mirando al pequeño bebé. Finalmente después de algunos minutos, un gran chorro de leche broto de la verga dura de Juan, bañando toda la carita y la boquita del bebé, la carita del bebé toda llena de leche se veía hermosa, Juan continuó jalándose la verga hasta sacarse la última gota de leche mientras jadeaba de placer. Poco a poco la verga de Juan fue tranquilizándose, al igual que él. Juan se sentó en la cama y con su mano comenzó a recoger toda la leche derramada sobre la carita del bebé y comenzó ponerla en su boquita, el bebé se la comía mientras sonreía. Una vez que Juan termino de alimentar al bebé con su nutritiva leche, se puso de pie y se volvió a poner el pantalón y finalmente termino de cambiarle el pañal al bebé.
Había pasado ya un poco mas de una hora y Karla estaba por regresar, el resto del tiempo Juan se quedo acostado junto al bebé que se había quedado dormido después de recibir la leche de su cuidador. Karla regreso casi exactamente las dos horas después que había dicho, toco a la puerta y Juan abrió.
Karla: Hola vecino, ya regrese.
Juan: Si vecina, como le fue? Todo esta bien?
Karla: Si, si, ya arregle mi asunto, me apure para no molestarlo tanto tiempo cuidando a mi bebé.
Juan: Oh, no hay ningún problema, estuvo tranquilo todo el tiempo, bueno solo le cambie un pañal, pero de allí, en fuera todo tranquilo.
Karla: Ay pues muchísimas gracias vecino, ya me lo llevo y lo dejo seguir descansando, y abusando de su nobleza, le podría dejar a mi bebé si no lo necesito nuevamente?
Juan: Claro que sí, con gusto se lo cuido cuando lo necesite…
Y si, efectivamente en varios ocasiones después, Karla le dejo encargado a si bebé a Juan, quien en todas esas ocasiones repitió…
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