EL QUE NIEGA L A PAJA NIEGA L A MADRE "LO PILLE MASTURBANDOSE Y NO ME VIO"
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Luis era uno de mis amigos que decía ser sano y pulcro en el aspecto sexual, según él nunca se masturbaba, siempre nos hablaba de mujeres y de sus fantasías con ellas, pero sus palabras eran como grandes dudas porque no concluía nada.
Era un ser tímido, pese a tener 15 años y a la final no se veía mucho con mujeres, que hasta creíamos que era gay.
Cierta ocasión en juegos de amigos le quitamos su maletín de escuela y se lo esculcamos y le encontramos dentro de él, unas revistas porno y se puso colorado cuando nos lo gozamos por llevar esas dentro.
Una vez le pregunté que si se masturbaba y me dijo no nunca, mientras sonrojaba un poco y de inmediato me cambió el tema.
La duda comenzó a apoderarse de mí, yo era de su misma edad y por supuesto ya me masturbaba e incluso había tenido relaciones sexuales a los 10 años, con una compañerita de escuela aunque no fue muy placentera, porque igual para ella y para mí era la primera vez que teníamos relaciones hetero sexuales.
Siempre fuimos muy amigos y una vez lo vi salir con un paquete que creo que eran las revistas. Se internó entre unos matorrales que había a lo lejos del barrio donde vivíamos. Me fui a buscarlo cuando calculé que estaba escondido en su cuento y nunca lo pude encontrar aunque yo me conocía el terreno muy bien porque allí solíamos jugar.
A partir de ese momento me convertí en su vigilante porque tenía que salir de mi duda.
Siempre que entraba a los baños del colegio yo estaba muy cercano. Un día entro al baño y yo por debajo sin que él ni nadie me vieran coloqué un espejo de bolsillo para ver que estaba haciendo. La verdad estaba sentado en la taza del sanitario, tenía unas figuras de mujeres desnudas y estaba sobándose y muy caliente. Y Justo cuando me subí por el baño de la parte de atrás para verle, sonó la campana para regresar a clase y me quedé con las ganas. Por el espejo grande de los baños le vi salir acomodándose la camiseta la cual dejó por fuera. Esperé que saliera y al ratico Salí yo.
Una vez me conseguí unas revistas de porno y le dije Luis mira lo que me encontré y le despertó curiosidad. Me dijo préstame una que mañana se la regreso le dije no, se la vendo y le pedí como para que no me la comprara. Pero todo hacia parte de un plan para saber sus verdades o sus mentiras.
Una vez unos compañeros le sacaron las revistas que llevaba en su maletín y se lo gozaron y hasta pelea hubo con Luis por eso.
Busqué la manera de enterarme si era verdad o mentira que él se masturbaba valiéndome de una chica que se mostró muy seductora y con la cual él se incomodó, no aceptando la propuesta de ella para tener relaciones por lo cual ella le dijo que era un pajizo o un gay. Ofuscado vino a mí y me relató lo que le había pasado con la chica.
Yo le pregunté: Dime la verdad, aun no te masturbas? hizo un corto silencio y moviendo la cabeza replicó no nada. Ni sabes cómo es: y respondió de la misma forma.
Ya estaba realmente cansado de fisgonearlo en todas partes y nada que salía de mi duda. Así que opté por un plan. Lo convide a bañarnos al rio y cuando estuviéramos allí le escondía la ropa, le quitaría los bóxer, le tocaría el paquete, le mostraría una revista o lo seduciría para que nos masturbáramos. Fatal la ida al rio. Se bañó con todo y ropa y se mantuvo alerta a mis movimientos, cuando intenté tocarlo lo evitó. Y la revista que llevaba me la tiro al agua y el rio se la llevó.
Me fui triste a casa, el plan fue un fracaso.
Como éramos vecinos ambos manteníamos en nuestras casas. Un sábado como a las 11 llegué y estaba en pantaloneta viendo televisión sentado en la alfombra y recostado a la pared. Pasé como de costumbre salude sus padres pregunté por él y seguí hasta donde él estaba. No abrí la cortina sino me quedé tras de ella. Desde allí pude ver como estaba erecto y a cada momento apretaba su paquete. Apenas entraron a comerciales en la tele me hice el que venía y hasta lo llamé pase a donde estaba y el de una se colocó una toalla para disimular.
Aprovechando que el estaba todavía erecto me abalancé sobre él en busca de juego le hice cosquillas y toque su paquete. Me miró con asombro pero no me dijo nada. Le dije estás caliente y él respondió no nada es que tenia pereza. Y cuando volví a mandar mi mano para tocárselo me la cogió y me dijo no me haga eso que no me gusta. Yo estaba que ardía, pero como llevaba la camiseta por fuera no se me notaba mi erección. El me mando la mano y yo le esquivé. Ya en esas su madre nos trajo refresco y ahí se acabo el encanto que hubiera podido seguir.
Mi duda quedaba en expectativa. Mi casa quedaba en frente y por las noches la luz de su cuarto siempre la veía encendida hasta muy tarde la noche. Entonces puse en práctica un nuevo plan: Le robé sus revistas de porno. Me conseguí otras diferentes y un día que fui a su casa las llevé bien escondidas. Luego cuando estaba en su cuarto se las mostré. Me dijo que se las prestara y yo le dije que no porque de pronto se las pillaban. Dijo no, yo las escondo bien y luego se las regreso.
Así quedamos, esa noche yo le dije a mi madre que tenía que hacer unas tareas, así que pedí permiso a mi madre para demórame y el pidió permiso a su mamá para hacer las supuestas tareas. L e llevé las revistas platicamos de muchos temas y siempre me evadió lo de sexo y masturbación.
A las 10 de la noche me despedí, ya todos estaban durmiendo excepto el, me fui un poco para simular mi despedida, y luego regresarme por un sitio preparado que comunicaba con la ventana de su cuarto y poder salir de mis dudas por si algo.
Me introduje de nuevo en su casa por la parte externa donde no había peligro y que comunicaba con la nuestra. Me hice por detrás de su cuarto la cual comunicaba con una pieza que estaba en construcción y me ubiqué en una posición cómoda y segura para ver qué pasaría adentro. El igual que yo dormíamos en cuartos separados de la familia, así que nadie nos buscaría ni se preocuparía por nada.
Luis se lavó los dientes, se aseó y se duchó antes de irse al cuarto. Yo estaba tensionado porque no sabía si perdería la ida o me encontraría con una sorpresa. O de pronto ser encontrado fisgoneando.
Seguí esperando, era sábado por la noche, así que no había que madrugar la verdad todo me ayudó comenzó a caer un fuerte aguacero. Luis cubrió el vidrio de la ventana con una cobija poniéndola encima de la cortina para que no se viera mucha luz fuera.
Se secó muy bien y se puso boca abajo sobre la cama, sacó las revistas de su escondite y comenzó a ojearlas. Yo desde mi escondite le observaba sin parpadear y estaba a ya erecto ante lo que veían mis ojos. Luego de mirarlas se quito su bóxer se paró y se puso frente a un espejo grande que había en su cuarto. No me importó la lluvia yo estaba ya mojado de precum viendo como Luis estaba desnudo frente al espejo y bien erecto. Tenía un pene de unos 16 cms muy hermoso duro y ya con precum porque al sobar su glande un hilito se dejó notar entre sus dedos.
No salía de mi asombro, aquel niño que decía ser inocente estaba súper erecto; pero la sorpresa me la llevé cuando besó la revista donde había una hembra con unas tetotas y luego se la colocó sobre su pene mientras se miraba al espejo.
Yo a unos 2 metros de él espiaba por aquel enorme agujero que había en la pared, el agua hacía eco en su cuarto y el no se percataba que yo estaba ahí tan cerca saliendo de la duda.
Comenzó a decir palabras como rica, buena pa comerte, y todo lo que dice alguien que no es inocente.
Su erección estaba brutal, nunca había visto yo un hombre tan apasionado erecto y dispuesto a masturbarse, sus palabras eran de deseo, lo decía su mirada sus movimientos. Así que de tanto refregarse su pene procedió a masturbarse de una forma sutil y tentadora que yo estaba que lo seguía. Hubo un momento que quise llamarlo o entrame a su cuarto con alguna disculpa pero era mejor evitarlo. Ante la luz de la lámpara de su cuarto era una escena de película. Jadeaba, se retorcía, mordía sus labios, saboreaba con sus labios el precum abundante. Su pene era hermoso y estaba rojo y muy brillante, ya estaba para explotar, así que después de unas cuantas sacudidas más Luis estaba botando chorros inmensos de esperma blanca que pegaron contra el espejo y contra la pared. Luego probó su semen limpio su pene con su camiseta y se recostó en su cama desvanecido y cansado.
Esperé un poco a que cesara la lluvia y me fui a mi cuarto a masturbarme imaginándome ese glorioso momento por el que Luis pasó. Fueron muchas las veces que le vi masturbándose en su cuarto, muchas las veces que me pedía revistas prestadas y muchas las veces que por fisgonearlo me tuve que masturbar. El nunca supo que yo lo espiaba, motivo por el cual siempre guardé ese secreto. Solo me di cuenta que el que niega la paja niega la madre.
Luego les contaré otros relatos de masturbación masculina.
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