EN EL LIENZO CHARRO CON GABO Y SUS AMIGOS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sebasstian28.
Cómo ya era costumbre, y seguía de vacaciones de verano en el rancho de mis abuelos, fui a visitar a Gabo (mi amigo el que me enseñó a masturbarme). No usábamos teléfono ni celulares, sólo era cuestión de llegar al mismo lugar y misma hora. Cuando llegué Gabo ya estaba sentado esperándome, al verme se puso de pie y corrió a saludarme. A pesar de tener mucho morbo por ver como montaban las yeguas me hize un poco el disimulado.
-¿Quieres comer Sebas?- me dijo Gabo.
-No, gracias… ya comí en casa de mis abuelos ¿a dónde iremos hoy?-
-Sólo vamos a cerrar la casa y de ahí vamos al Lienzo charro-
-¿al lienzo charro? ¿qué hay ahí?- le pregunté a Gabo.
-Te dije que iríamos a ver como montan las yeguas o ¿no quieres?-
-está bien…-
Al salir de la casa de su abuelo me subí a mi moto pero Gabo dijo que hacía mucho ruido y que mejor nos fueramos en bicicletas, él me prestó una de su tío y así llegamos al lienzo charro. Primero me dijo que lo esperara debajo de un árbol en lo que él iba a revisar que hacían los demás. Tardó unos 20 minutos y yo ya empezaba a ponerme de mal humor por la larga espera cuando de pronto de lo más alto de el Lienzo Charro se asoma Gabo y me dice
-¡Hey Sebas! Ven acá.-
-¿Por dónde me meto?-
-La puerta principal está cerrada, debes caminar por donde están los caballos y al final hay una pequeña puerta, quitas el seguro, entras y lo vuelves a poner. Aquí te espero-
Entonces tal como me dijo caminé por donde estaban los pequeños lugares que encerraban a los caballos y tal como dijo estaba la puerta. Al entrar estaba un hombre de aproximadamente unos 25-28 años orinando justo en frente de la entrada y pude verle su verga semi erecta, se la sacudía bastante para asegurarse que no quedara ni una gota de orina
-Pásale güerito tu amigo está allá arriba- me dijo La Tala (así le apodaban)
Me pasé y miré a Gabo con otros hombres, eran alrededor de 9 y todos mayores a nosotros, hombres de campo, con ropa sucia después de trabajar y bebiendo cervezas, no había sombra alguna por lo que todos traían gorra o sombrero.
-Súbete Sebas- me dijo Gabo
Intenté subirme pero a pesar de ser alto no lograba trepar, La Tala al verme me agarró de la cintura y me ayudó a trepar la barda para llegar a las gradas donde estaba Gabo. Él era muy alto, moreno, con bigote, totalmente lampiño del pecho y abdomen y a pesar de ser muy flaco estaba marcado del cuerpo, al parecer hacía mucho ejercicio o igual por el trabajo del campo estaba así.
Ya estando con Gabo sacaron una yegua y después un caballo garañón, hacían que el caballo montara a la yegua en celo y todo eso era un gran show para los pocos que estábamos en el Lienzo Charro. Cuando esto sucedía los hombres no paraban de hablar de ello, hacían observaciones del tamaño de la verga del caballo, de la vagina palpitante de la yegua, de como se la dejaba caer toda el caballo y a la vez se sobaban sus vergas, todos tenían una erección y yo comencé a tener la mía. Gabo se acercó a mí y al oído me dijo
-¿te gusta? ¿se ve rico como cogen verdad? Cuando traigan la otra yegua fíjate como para la cola y se chorrea, como su pucha le bombea se abre y se cierra porque tiene ganas de verga-
Yo estaba sentado entre La Tala y Gabo, La Tala se quitó su camisa cuadrada y se abdomen se le notaban bien sus cuadritos, el pantalón vaquero marcaba bien su verga grande y él no dejaba de sobársela. Gabo tenía una erección muy dura y yo trataba de cubrir la mía. Los otros señores bebían cervezas y de igual manera se sobaban sus bultos, algunos ya tenían sus camisetas abiertas.
-¿Te da vergüenza Güerito?- me dijo un hombre que se llamaba Jorge – no te tapes el bulto que aquí todos venimos a lo mismo-.
-Tú eres sobrino de Fernie, te he visto por ahí cuando paso a la casa- me dijo Cheo (otro de los hombres que estaban ahí)-
-Tus tías están muy buenas ¿cada cuando vienen de Guadalajara?- Me preguntó René (un señor de estatura media y muy peludo y barbón, moreno y con panzita chelera)
-Yo le traigo ganas a tu tía la güera, la más chica, ¿cómo se llama? Me dan ganas de meterle toda la verga pa’ que grite la cabrona- me dijo Felipe mientras se sobaba su verga (él era el más joven de todos tenía unos 16 años).
– Bueno ya cabrones dejen de decirle tantas chingaderas al güerito, lo van a asustar- dijo La Tala
-Mejor denle una cerveza- dijo Cheo
-¿Cómo te llamas güero? – me preguntó René mientras me daba una cerveza
-Sebas- respondí y abrí la cerveza
A los 13 años yo ya tomaba cervezas, mi papá me daba algunas desde los 11 años. Ellos al verme tomar la cerveza festejaban y decían salud y así seguía el show. Sacaron otra yegua y tal como dijo Gabo la vagina de la yegua se abría y se cerraba muy palpitante, el señor que estaba abajo le levantaba bien la cola y dediaba a la yegua, aún no sacaban al caballo que la iba a montar y todos le gritaban “mámale la pucha”, “métele el puño” entre otras cosas con lo caliente y ebrios que estaban. La Tala, que era el más desinhibido de todos y al parecer el macho Alfa de todos ellos, sin decir nada se sacó la verga, una enorme verga como de 22 cm, morena y con los pelos bien recortados, mojada de pre semen, venuda y gruesa
-ya saquen al caballo que me la voy a jalar- les dijo a los demás
Nadie decía nada, estaban acostumbrados a masturbarse mientras veían montar yeguas, todos se conocían sus vergas y era algo común. El Lienzo Charro estaba a la orilla del rancho por lo que no iba más gente y con el sol tan fuerte dudo que anduviera mas gente alrededor. Gabo me dijo que lo siguiera nos fuimos a los baños. Mientras los demás veían a los animales coger y otros se masturbaban Gabo sacó la verga dura de mi short y comenzó a masturbarme. Era algo que me gustaba mucho, estábamos parados en los escalones que bajaban a los baños de tal manera que podíamos ver a los caballos, a los hombres pero ellos no podían ver lo que Gabo me hacía pues sólo nos salía el pecho hacia arriba. Voltee a ver a los demás y La Tala estaba recostado en una grada, su pantalón aún estaba arriba pero su verga de fuera, se quitó la gorra y con su mano derecha se masturbaba, con la izquierda se frotaba los cuadros de su abdomen, René que era el más peludo también tenía su verga de fuera pero le decían que no se quitara la camisa porque estaba muy peludo y parecía chango, Jorge se puso de pie para sacarse su verga y jalársela los demás bebían cerveza. Sentir la mano de gabo mientras me masturbaba era muy rico, me daban ganas de tomarlo de la cabeza y ponerlo a que me la mamara, estaba yo muy caliente, tan concentrado en ver como el caballo penetraba a la yegua que ni cuenta me dí cuando llegó Cheo
-iralos cabrones ya andan de calientes- dijo Cheo cuando estaba a mi lado
Me asusté un poco pero él nada más sonrió y dijo que lo dejáramos pasar, Gabo tenía mi verga en su mano pero no la soltó. Cheo bajó al baño a orinar y nos dijo
-Vénganse pa acá cabrones-
-No, aquí estamos bien- dijo Gabo que me seguía masturbando
-La tienes grande güerito pero sin pelos- me dijo Cheo mientras se acercaba con su verga de fuera. La tenía de unos 15 cm, balnca, gruesa y con los pelos cafes, sin circuncindar.
-Vete de aquí cabrón y no andes diciendo nada- Le dijo Gabo a Cheo-
Cheo se metió al baño a jalarse la verga y Gabo le daba duro a la mía, sacó la suya y casi juntos nos vacíamos, eran chorros tras chorros. Cheo ya se había vaceado y nos veía. Luego los tres nos fuimos a donde estaban los demás hombres. No se por qué me vacié tan rápido. Quizá por la excitación de ver esa yegua que pedía verga, quizá por ver las vergas de los demás o pensar en lo peludo que estaría René, o porque Gabo me masturbaba muy rico, o quizá por recordar esa enorme verga de La Tala. Cuando nos arrimamos ellos seguían masturbándose, el caballo ya se había vaceado en la yegua pero ésta seguía con su cola levantada y chorreando deseosa de recibir más. A los pocos minutos La Tala se vació en su abdomen, le salieron muchos mecos que le llegaban hasta el pecho, su verga no perdía erección, de ahí se vació René que también soltó muchos mecos, luego otros dos que estaban ahí y no recuerdo sus nombres y después Jorge que casi no eyaculó porque ya se había vaciado 2 veces consecutivas, era muy caliente.
Cheo le dio un pañuelo a La Tala para que se limpiara su verga ya estaba poniéndose flácida pero no dejaba de palpitar, yo comenzaba a tener otra erección, quería más.
-¿Te la jalaste güero o te ayudó tu amiguito?- dijo La Tala
-Chinga tu madre pendejo- le dijo Gabo
-¿Vas a decir que no haces eso? Si ya sabemos tus mañas cabrón, está guapo el güerito-
-Y también esta vergón el cabrón- dijo Cheo
-¿a poco estás vergón Sebas?- Preguntó René
-Que la enseñe- dijo Jorge
Gabo estaba muy molesto pero en eso interrumpió otro señor que estaba ahí y dijo
-Hijo de la chingada ¡Cabrón hijo de tu puta madre!-
Y Felipe no paraba de reir, nadie entendía que pasaba hasta que nos dimos cuenta que Felipe se había vaceado en la espalda de ese señor. Al parecer se le hizo divertido verlo sentado y se paró en la otra grada y sin avisar le echó sus mecos en la espalda. Así era Felipe. A pesar de ser joven era muy pervertido y no le importaba lo que dijeran los demás.
Gabo se rió un momento y después dijo que nos fueramos porque iríamos a recoger a su burrita que tenía en el corral y la Tala le dijo “van a cogérsela cabrones, pinche Gabo eres igual que tu papá”. Pero Gabo no dijo nada, brincamos la barda, que es más fácil bajar que subir, tomamos las bicicletas y nos fuimos al corral en busca de su burrita
Sebas
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