En la adolescencia, a mi novio y su hermano
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Maramaya.
Estamos hablando de hace unos 10-11-12 años, cuando tuve un noviete muy majo y buen chico.
La verdad es que, por educación o por lo que sea, no estábamos predispuestos a practicar sexo como otras parejitas de nuestra edad, más desinhibidos que nosotros.
Rondábamos los 18-20 años, o sea, ya éramos mayorcitos, pero queríamos un noviazgo más a la antigua usanza, de esos que pasan los años y al final te casas.
O eso lo pensábamos ambos.
Un cine, cenitas románticas, besos, algunos magreos en el banco de un parque, pero pacatos para lo que se ve hoy, jajajaja.
Pero hace 10 años era como ahora, el sexo en esas edades era bastante común.
Pero en nuestro caso no nos atrevíamos a dar ningún paso, ni por parte mía ni de él.
Pero, una vez que nos pasamos con los sobeteos, tanto él de mis tetis como yo de su paquete, pues hablamos de si íbamos a pasar a algo más, un sobeteo pero no por encima de las ropas.
Excitada, me pareció bien, aunque me daba vergüencilla enseñar mis pezones.
Tonterías de ursulina, jajaja.
Él sí que estaba dispuesto a mostrarme su pene, que lo tenía tieso.
Y fue en unos fugaces segundos, porque el lugar no daba para mucho, un parque, un banco, de noche…, pero aunque sea de noche, era un sitio público.
Vaya… buen miembro tenía mi novio, qué cosas tenía que hacer para sacar semejante palo por la bragueta.
Me animó a agarrar su miembro, que estaba caliente y duro.
La visión era pobre, porque la farola estaba a varios metros y no había mucha luz allí.
Me prometió que mañana (al día siguiente) en su casa podría tener mejor vista y más tiempo con su polla.
Decir que prometerme eso en su casa no quería decir que me iba a follar en la tranquilidad de su habitación, pues ahí él era tan poco lanzado o tan precavido como yo, así que solo quedamos en eso, exhibir su polla y que yo lo viera.
Ok.
El día siguiente, fui a su casa.
Estaba solo, como bien sabíamos.
Él estaba caliente ya, y yo un poco nerviosa sabiendo lo que me había prometido.
Un besito en la boca y me agarró el culo.
“¿Estás preparada?, ¿quieres verlo ya?, ¿lo tengo a punto porque te estaba esperando?”.
Me decía, jejeje, “te estaba esperando”…, me decía en tercera persona porque quien me esperaba era su pene, jeje.
Como estábamos solos en la casa, podría haberlo visto en cualquier habitación, pero nos encaminamos a la suya, me sobó las tetas, sin bajarme el escote…, y se abrió el pantalón.
Apareció su pene, grande y tieso, con una luz de la habitación que no había podido ver el día anterior.
No sé qué cara pondría…, de asombro, quizá.
El caso es que me cogió mi manita y me la llevó a su pene, que agarré.
Y, bueno, como yo solo agarraba, me sujetó mi mano que agarraba su pene con su mano, y empezamos esos movimientos de sube y baja.
Luego me soltó y yo seguí sola: efectivamente, le estaba pajeando.
Para estar más cómodo, se bajó pantalones y ropa interior, y pude disfrutar de una vista ya de todo su cuerpo desnudo de cintura para abajo: el pene ya visto, los huevos colgando entre sus piernas.
Sí…, muy excitante.
No soy tonta, y ya sabía que aquello terminaría en una corrida de él.
Le preguntaba sobre tal evento…, y me explicaba.
No duró mucho, o porque estaba muy excitado, o por lo que fuera, pero empezó a escupir leche la punta de su polla como si no hubiera un mañana.
Jajaja, los primeros chorros lanzados con ímpetu, y dejé de pajearle para protegerme, jajaja, pero aquel rabo seguía escupiendo leche él solo.
Vaya, que me cayó en la ropa…, así que tuve que limpiarme.
Recuerdo el olor, como dulzón, que se apoderó de la habitación, o es que yo fui curiosa y me llevé mi mano con leche suya a la nariz como acto reflejo, y se me quedó el olor de su semen en la memoria.
¿Hubo sexo con él? No.
Ni ese día, claro, ni otros en los que estaba calentorro y me proponía que le pajeara.
Era lo más hot que hacíamos, que no es mucho, pero que a mí me trae recuerdos morbosos, quizá por ser las primeras veces que tenía ante mí un miembro masculino tan cerca, tan grande, tan tieso y en mis manos.
Pero, ¿un miembro solo? Ja.
Mi novio tenía un hermano pequeño, de 16 años, y lo debieron contar entre ellos las pajas que hacía al hermano mayor.
Cuando me enteré, me sonrojé al principio.
Me prometieron los dos que a nadie dirían lo que había hecho, que no salía de ellos dos.
Y acto seguido la proposición de mi novio: que si podía hacer una paja a los dos, que el pobre hermanito estaba muy “necesitado”.
Puse sonrisa pícara… el hermano pequeñín (de pequeño nada, que con 16 años ya era todo un hombretón, pero pequeñín en comparación con su hermano mayor) con cara de ansiedad me puso juguetona.
“Venga, sacaros vuestros pinganillos”.
Se bajaron los pantalones, y mi novio ya estaba con la polla tiesa, pero su hermano, que estaba dubitativo, la tenía morcillona, o sea, ancha y gorda, pero no tiesa, no apuntaba hacia arriba.
Y, sin dudarlo, mi mano izquierda a mi novio, y la derecha al hermano, que debió tener un flash electrizante, porque esa polla ya ancha se empezaba a convertir en el increíble Hulk.
La dejé sola y la veía como crecía, obnubilada.
Me gustó mucho ver eso, y además le quedó muy sexy, sin yo hacer nada, iba engrandeciéndose más, empezó a estirarse el pene hacia arriba, y solito el pellejo iba dejando aparecer un glande muy carnoso.
La verdad es que la polla del hermanito era muy bonita, estéticamente hablando, si es que se puede hablar de estética en los penes.
En poco tiempo, ya apuntaba al cielo, el glande completamente descubierto, brillante y carnoso.
Y ahí troleé un poco al hermano: a mi novio jamás le había chupado la polla, pero ahora estaba juguetona y quería aprovecharme del hermano: acerqué mi cara a la polla de él, y le di un besito en el glande.
Luego un besito frotando mis labios.
Y luego saqué la lengua y la pasé desde la base del pene hasta la punta, lamiendo el glande.
“Ehhhhhh”, decía mi novio entre risas.
“A mi nunca me has dado un beso en la polla!!!!”, proseguía.
Me metí la polla del hermano en mi boca, la saqué y proseguí la paja.
Miraba la cara del hermano, en pleno éxtasis, y era de lo más excitante y morboso.
Decir que el hermano no me dijo nada y empezó a correrse pocos minutos después sin avisar y duchándome toda en su leche.
Buenos recuerdos, morbosos recuerdos, excitantes recuerdos.
Bueno…, mi novio y yo, pacatos…, pero de vez en cuando, cuando estaba muy caliente, o tenía mucha leche guardada y la guardaba para mi, o cuando coincidíamos él caliente y yo delante de él en su casa o en la mía si estaban vacías (porque tampoco es que le hiciera pajas todos los días, sino a lo mejor una a la semana, e incluso menos), pues me susurraba si yo quería, y yo accedía.
¿Y con su hermano?: sí, alguna vez más coincidimos en su casa con su hermano y con ese propósito.
A su hermano ya siempre le daba alguna chupadita a su rabo, pues si lo hice la primera vez, pues siempre para que no me olvidase, jajaja.
Mi novio se reía, pero, curioso, no me obligaba a chupársela a él.
El noviete de adolescencia dejó de serlo.
Años después, se emparejó con otra chica, y nos seguimos llevando bien, aunque ya no nos vemos porque está en otra ciudad cercana, pero otra ciudad (se mudó su familia).
Recuerdo que su hermano poco antes de mudarse con su familia, me pidió por favor que si quería hacerlo lo que alguna vez le había hecho con su hermano, jejeje, pero me pidió personalmente, y accedí.
En mi casa, sin mi novio delante, su joven hermano me dio su polla para que le pajeara.
Aunque unos años más joven que mi novio, ya estaba bien surtido de los atributos masculinos deseables, buenos huevos, buena polla, buenas piernas.
Estando solos en mi casa, le pajeé a gusto, le lamí el rabo, le chupé el glande….
y el me sobó las tetas, cosa que no se atrevía a hacer cuando iba yo a su casa y estaba su hermano mayor delante.
Le dejé, vamos, no le iba a decir que no, pobre, jajaja.
También tenía una educación…… como diría….
, conservadora, como su hermano y como yo, y no había visto ni palpado unas buenas tetas, así que se complació muy a gusto cuando vio las mías (me bajé el escote para que me viera las tetas mejor, pezones incluidos).
Han pasado unos 10 años, nos vemos de tarde en tarde, sobre todo cuando ellos vuelven al barrio, tomamos alguna cosa en el bar, coincidimos con amigos comunes…, pero se acabaron los jugueteos sexuales adolescentes.
Mi exnovio tiene su pareja….
y le va bien.
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