En la piscina con mi sobrina y su amiga
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
El relato que cuento no es muy espectacular, pero sí es verídico. Ha ocurrido la semana pasada, cuando fuimos de vacaciones de invierno a una estación de esquí. En el hotel donde residíamos, había una piscina.
Y es que, me animo a poner este relato porque yo ya había leído en esta web relatos eróticos, y esos relatos se me vinieron a la cabeza cuando me pasó lo que voy a contar (que, aviso, no es gran cosa).
Tras un día haciendo deporte en la estación, por la tarde íbamos a la piscina del hotel, que era pequeña y estaba casi vacía de gente, porque mi sobrina y una amiga suya (las dos con 9 años) querían bañarse, y alguien tenía que estar con ellas. Sus padres no tenían muchas ganas de bañarse, así que iba yo a la piscina a cuidarlas.
Pues eso: una piscina, mi sobrina, su amiga y yo chapoteando y nadando en el agua. Al rato, ambas niñas se me subían encima de mi convirtiéndome en un barquito que las transportara por el agua… Yo me hundía y buceaba haciendo que las niñas naufragaran y se hundieran. Era un juego en el que nos reíamos…, con agarrones, empujones y rozamientos que alcanzaron mi entrepierna. Me acordé de varios relatos de esta web y ciertos rozamientos en mi pene empezaron a despertarlo.
Pero lo que acabó por despertarlo fue el juego de hacer el pino: Era a ver quien estaba más segundos haciendo el pino en la piscina. Empezaron ellas, y yo hacía la broma de rascarles las plantas de los pies, con lo que conseguía que dejaran de hacer el pino. Todo eran risas, y me tocó a mi hacer el pino. Tenía medio cuerpo metido bajo el agua, y el otro medio fuera…, pero como soy mucho más alto que ellas, no me podían rascar las plantas de los pies, y me pellizcaron donde podían: pelos de las piernas, las piernas, el culo, la entrepierna. Entonces, en un acto reflejo, junté mis piernas y salí a flote. Las llamé "gamberras" y "tramposas" entre risas…, que era lo que ellas me llamaban a mi por rascarles las plantas de los pies.
En el segundo intento de hacer el pino, las prometí que no las rascaría los pies, y así lo cumplí. Me llegó mi turno, y, ellas no cumplieron y empezaron a pellizcarme, pero…, esta vez, a propósito, no quise cerrar mis piernas ni salir a flote, sino que intenté aguantar lo máximo posible con medio cuerpo bajo el agua, y de cintura para abajo, en el aire. Ellas me pellizcaron las piernas, y como yo seguía haciendo el pino, una me pellizcaba el culo, atizándome en el ano (y yo aguantando como podía, jajaja) y la otra me empezó a pellizcar en el pene, que empezó a crecer desmesuradamente (para las niñas de esa edad, el pene no es más que la "pirula" o el "pito", sin la connotación sexual de los mayores. Supongo que me pellizcaría el pene para hacerme rabiar). Serían unos 10 o 20 segundos en los que me dejaba sobar por ellas, jajaja, y volví a la superficie. Para entonces mi pene estaba creciendo a toda velocidad y se me puso tieso tieso.
Volvimos a jugar a los barcos y submarinos, y ahí ya se me montaban encima, dando con sus cuerpos contra mi pene erecto, participando yo de tales frotamientos (por supuesto que las niñas estaban jugando sin tener conciencia de sus encontronazos con mi pene tieso). Yo hacía de buque, con ellas encima, que pasaban por encima de mi pene, sentándose encima de el, moviendolo sin querer, y yo tan contento.
Pasados unos 10 minutos, ya era la hora de salir de la piscina, pero propuse de nuevo el juego de hacer el pino. Yo las hice cosquillas en sus pies, esperando que ellas hicieran lo de antes conmigo, y así, cuando me tocó hacer el pino, dejé mi cuerpo de cintura para abajo para que hicieran con ella lo que quisieran (como yo tenía la cabeza bajo el agua, nunca sabré quien de las dos hacía una cosa y quien era la otra): Una me pellizcaba el culo y empujaba sus dedos entre mis nalgas (apuntando al ano), la otra pellizcaba mis huevos y mi pene que estaba bien erecto. Como era bastante visible bajo mi bañador, me agarró el pene (repito, bajo mi bañador) y empezó a tirar y a empujar, a subir y bajar… o sea, una paja en toda regla pero sin que ella lo supiera. Así unos 20 segundos hasta que mis pulmones no pudieron más y subí a la superficie. "Otra vez, otra vez tengo que repetirlo, tramposas", las dije, y volví a hacer el pino. Y vuelta a agarrar mi pene, metiendo y sacando, y yo aguantando la respiración y los nervios (supongo que en estado de normalidad, duraría más de 20 segundos, jejeje).
Y ya vale. Saqué la cabeza del agua y dimos por concluidos los juegos (inocentes para ellas, y "casi" inocentes para mi). Mi polla seguía tiesa, y al salir del agua se notaba mucho más en el bañador que dentro de la piscina, así que me la acomodé un poco para no llamar la atención y luego una toalla me taparía la entrepierna para que nadie reparase en mi pene (sobre todo, cuando saliésemos de la piscina y los adultos nos viesen pasar por el pasillo)
Bueno…, no es un relato muy excitante, pero yo no iba a montar ninguna escena sexual con dos niñas. Solo jugué con ellas, y mi pene se despertó por los toques que recibió en esos juegos. Ellas se lo pasaron muy bien…, y yo también.
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