Esponjas y guantes
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando tenía 15 años, a diario me masturbaba, cuando descubrí la masturbación gracias a mis compañeros de clase, no pude parar, ya venía masturbandome desde los 13 años, casi todas las noches mirando porno o leyendo algún libro erótico… un día hurgando en Internet encontré un pequeño tutorial para hacer una "vagina casera" me llamo mucho la atención y decidí averiguar de que se trataba.
Al día siguiente estaba excitadísimo con la idea de probar esa llamada "vagina casera", necesitaba guantes de latex, dos esponjas y un vaso, entonces fui a comprar los materiales, por suerte nadie estaba en casa y me fue mucho más fácil. Me encerré en mi habitación, cerrando todo y empecé a armarlo, al terminar lucía como una vagina, una pequeña y rara vagina blanca por el color de los guantes, en mi mente me dije que estaba loco pero estaba tan excitado que no pude esperar más.
Me desnudé por completo y me acosté a la cama, al desnudarme ya noté que mi pija estaba bien dura, empecé a masturbarme por unos minutos, masajeandome tocandome los huevos, al tratar de deslizar la pija por la vagina casera me di cuenta de que necesitaría lubricar mi pija antes… simplemente me costaba meterla, pensé en lubricarla con mi saliva como siempre pero me resultó excitante la idea de hacerlo con una crema que tenía en el baño, no sé de quien era pero era para manos y no tenía tanto olor lo que me pareció perfecto.
Al volver a mi habitación, volví a la cama y saqué un chorrito de la crema y empecé a masaje arme la pija, de arriba a abajo, uff… que sensación, mejor que la saliva podría decir, empecé a darme un buen masaje moviendo mi mano, tocando la punta de mi pija notando que ya estaba bien lubricada.
Me puse dos almohadas detrás de la cabeza para estar mas a gusto y agarré la vagina casera, le puse un poco de crema también por dentro con los dedos y empecé a deslizar la pija por dentro, era una sensación… increíble, nunca había metido la pija en ningún lugar que no fuera… ¿mi mano? con movimientos lentos sacaba y metía el vaso, creí no poder tenerla más dura en aquel momento, sabía que no era la gran cosa pero se sentía, increíble.
Al cabo de unos minutos empecé a acelerar la marcha y a mover mis caderas inconscientemente ante ese vasito que contenía dos esponjas y guantes de latex, lo hacía cada vez más fuerte llevando mis fantasías hasta lo imposible, imaginando que me estaba tirando a la vecina o que le estaba dando por detrás al compañero de clase, empecé a retorcerme cuando llegué al orgasmo y solté toda la leche adentro del vaso, fue una experiencia increíble que no dude en repetirla días más tarde, en diferentes posiciones.
Les recomiendo la vagina casera, solo deben de googlear el nombre y le salen varias imágenes de como hacerla, y si no quieren comprar guantes nuevos cada que la van a usar, no se tiren la leche adentro, jajaja saludos!
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