Experiencias con mi hermana
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por PabloMDP.
Hola, me llamo pablo, voy a empezar contándoles sobre mi familia, en ella somos 4, mi mama, papa, mi hermana mayor y yo.
Siempre tuve deseos de tener relaciones con ellos, en mayor medida con mi mama y hermana, y en varias ocasiones mi papa.
Con mi hermana fue con la tuve más contacto, aunque nunca llegue a intimar con ella, me gustaría contarles las distintas experiencias que tuve.
La primera vez que tuve contacto directo con ella, fue cuando éramos muy pequeños, ella es 2 años mayor que yo.
En ese tiempo yo tenía alrededor de 5 años, y ella 7.
Por esas épocas mi papa trabajaba de día, y mi mama de noche, ella nos cuidaba en el día, vivíamos en una casa chiquita, de una sola habitación, había una cucheta y una cama grande.
Por el trabajo de mi mama, ella acostumbraba a tomar siestas, por ende nos obligaba a nosotros también, aunque como típicos niños inquietos, no nos gustaba nada.
Mi mama dormía en la cama grande, y nosotros compartíamos la cama de al lado.
Según recuerdo, lo que acostumbrábamos hacer, era esperar que mi mama se duerma profundamente, después nos metíamos abajo de las colchas, y nos dábamos placer por así decirlo.
Siempre nos turnábamos para elegir que hacer, mi hermana como la mayor siempre elegía primero.
Ella siempre me pedía lo mismo, que le lamiera las nalgas, se daba vuelta, se ponía en 4, y se bajaba el pantalón y bombacha, un poco más abajo de la mitad de la cola, a ella le fascinaba que le lamiera las nalgas, y a mí me encantaba, recuerdo que me preguntaba que sabor tenia, y yo le decía que salado, con lo que se reía un poco y me decía cochino jajaja, Yo siempre atinaba por reflejo a agarrarle la cola, antes de empezar a lamer, pero a ella no le gustaba ni un poco, siempre me decía, que lamiera sin tocar.
Cuando por fin era mi turno de elegir, siempre le pedía dos cosas, a lo que ella siempre me respondía que no, la primera era lamerle el ano, siempre tenía la idea de meter mi lengua en esa cola, pero ella me decía que estaba sucio y que no, la otra era verle la vagina, en ese tiempo no sabía cómo se llamaba, asique solamente le decía que quería verla adelante, a lo que también me respondía que no, asique optaba por pedirle ponernos cola con cola, en ese tiempo me daba mucho placer, sentir el roce de mi cola desnuda con el de ella.
Siempre se quejaba porque decía que eso era muy bobo, y que perdíamos el tiempo, y tenía razón, se tardaba demasiado esperando que mi mama se duerma, además de que tenía el sueño ligero, andábamos a cada rato parando, por miedo a que ella se despertara.
Y un día eso mismo sucedió, estábamos abajo de las colchas, murmurando "shhhh no hagas ruido que mama se va a despertar", cuando de golpe nos saca la colcha de encima, y nos descubre en pleno acto, cuando yo le estaba lamiendo las nalgas a mi hermana.
En ese momento, nos retó por mucho rato, intentando explicar que eso estaba mal y no lo volviéramos a hacer.
Después de ese momento, yo le insiste un par de veces a mi hermana, para volver a hacerlo pero ella respondió que no, y que si seguía preguntando le iba a decir a mama, entonces no me quedo más opción que desistir, ya no volvimos a tener contacto de esa forma nunca más.
Fueron pasando los años, y yo me excitaba con diferentes cosas, A los 9 o 10 años, empecé a usar su ropa a escondidas, más que todo me gustaba ponerme sus bombachas, y una malla entera que tenía para la pileta.
Un día mi hermana, se fue a la casa de una amiga, y yo estaba solo, Así que me puse una de sus bombachas, y un vestido de ella, andaba súper excitado por la casa, cuando de repente mi mama, había salido temprano del trabajo, y me engancho.
No me daba la cara de la vergüenza, pero ella fue bastante comprensiva, no me reto demasiado, solamente me dijo que no lo hiciera más.
Fueron pasando los años, y cada vez me excitaba más, yo tenía 13 años, y ella andaba por los 15, en esos años su cuerpo había cambiado muchísimo.
Le habían crecido unos pechos enormes, y una cola redonda grande hermosa, Yo ya había descubierto la masturbación, y me daba placer en todo momento y lugar.
Más o menos en ese tiempo descubrí, como espiarla cuando se bañaba, la puerta del baño, había tenido roto el picaporte muchos años, por lo que siempre que uno entraba, cerraba con llave.
Así que yo aprovechaba y pegaba la cara muy fuerte contra cerradura.
No podía verla mientras se bañaba, pero por suerte la cerradura estaba al nivel de la cintura, por lo que le podía ver toda la cola cuando se sacaba la ropa para bañarse, y la mejor parte era cuando salía de ducharse, estaba de frente a la puerta, por lo que podía ver esa concha hermosa que tenía, no se si no le crecía mucho vello por la edad, o se depilaba esa zona en ese tiempo, la cosa es q tenía una línea de unos 2 cm aprox de vello púbico que me volvía loco, me masturbaba una y otra vez cada vez que bañaba.
Automáticamente que ella salía de ducharse, entraba a bañarme yo, lo primero q hacia era buscar sus tanguitas sucias, las agarraba y olía, luego las lamia una y otra vez, después me las ponía junto con su corpiño, y me masturba hasta el cansancio.
De esa misma forma que espiaba a mi hermana, también lo hizo varias veces con mi mama, y papa, aunque era mucho más raro, porque en el horario que ellos se bañaban, era de tarde noche, y en ese momento estábamos todos dando vueltas por la casa, en cambio desde el mediodía, hasta la tarde, estábamos solos con mi hermana.
Así fue pasando el tiempo, y cada vez, era mayor la excitación que mi hermana me provocaba, no perdía oportunidad, para espiarla en el baño, o para masturbarme con sus tanguitas, hubiera dado cualquier cosa para poder tener sexo con ella, pero yo sabía que eso no iba a ocurrir.
La excitación era mucha, ya no bastaba con espiarla, quería seguir avanzando, quería chuparle la concha, una y otra vez, se me hacía agua la boca de solo pensarlo, pero eso era un sueño irreal, así que me propuse algo más a mi alcance.
Después del mediodía cuando llegábamos de la escuela, de vez en cuando ella dormía una siesta, esa era mi oportunidad, esperaba que se durmiera, y me acercaba a la cama, muy despacito empezaba a meter las manos debajo de las colchas y sabanas, y empezaba a tocarle la cola muy despacito, iba siguiendo la línea de bombacha, hasta llegar a sus conchita.
Recuerdo un día en especial, generalmente solo metía la mano entre las colchas, y no las levantaba, por miedo a que se despierte, pero ese día hacía calor y ella se había tapado solo con una sábana, estaba en posición cucharita, como sacando cola, así que me anime, y de a poco empecé a levantar la sabana, en ese momento quedo con la cola al aire, tenía puesta una tanguita roja, bien enterrada en esa cola infernal.
Ni bien vi ese espectáculo, parecía que mi pene estaba por acabar solo con mirarla, me baje los pantalones, y con una mano empecé a pasarle el dedo, por donde se enterraba la tanguita, mientras con la otra, me masturbaba muy suavemente, no quería hacer ningún movimiento excesivo que pudiera despertarla.
Después de unos segundos, ya estaba por acabar, pero la excitación me podía, intente lo impensable, deje de masturbarme, y fui acercando mi cara a su cola muy despacito, olí todo lo que pude, levante un poco mi cabeza, estire lo más que pude la lengua, y le lamí toda la tanguita, de bien debajo de sus piernas, hasta arriba donde comenzaba.
Estaba como loco, quería acabar, seguí masturbándome, mientras le apoyaba la palma de la mano izquierda en una de sus nalgas, iba intercalando mientras le metía el dedo sobre la tanguita, de a poco fui viendo cómo se mojaba mi pene, hasta que empezó a chorrear semen al piso, sentía como me salía el semen, mientras tenía una sensación extraña en las piernas, como de debilidad.
Una vez que acabe, me pase un dedo sobre el pene, sacando los restos de semen que le quedaban, y se lo pase sobre la tanguita a mi hermana.
Después de esa vez, intente repetir lo sucedido, pero sin demasiado éxito, siempre que empezaba a meter mano, veía pequeños movimientos de ella, como si estuviera a punto de despertarse, por lo que abortaba la misión.
Un día estábamos charlando, no sé bien de qué, pero surgió el tema de los sueños, y de las personas que tenían el sueño liviano, y ella me mira fijamente a los ojos, y me dice que tiene el sueño ligero, y que se da cuenta de todo lo que sucede a su alrededor cuando duerme.
Fue una indirecta bastante clara, hacia mí, por lo que decidí suspender los intentos de seguir tocándola.
Paso el tiempo, y ella tuvo un novio, un muchacho un poco más grande, ella tenía 16 y el algo de 24 años, en lo personal no sentía celos ni nada por el estilo, no me importaba demasiado con quien salía, lo que yo sentía por ella era más físico, que emocional.
Pero este tema, me dio nuevas oportunidades, de satisfacer mi excitación con ella.
En un principio mis papas, no lo querían nada a él, por un tema de la edad que se llevaban, pero después de un tiempo lo fueron aceptando.
Su novio, trabajaba desde el mediodía hasta la tarde noche, y ella iba a la escuela en el turno de la mañana, por lo que estaban medio complicados para estar juntos.
Así que él, acostumbraba a venir a casa después del trabajo, a eso de las 7 o 8 pm.
Se quedaba a comer, y después de un rato mis papas se iban a dormir a eso de las 22 o 23 pm.
Por suerte del otro lado, de una de las paredes del comedor, daba a la pieza de mi hermana.
Una o dos horas, después que mis papas se iba a dormir, me acercaba muy sigilosamente a la puerta de la habitación de mi hermana, y podía escuchar, unos gemidos con vos tímida, “ahhh ahhh ahhh, mas despacito, ahhh ahhh ahhh”, cuando escuche eso, mi pene se puso como una roca, casi instantáneamente, seguí escuchando sus gemidos, coordinados con el ruido que salía de los resortes del colchón, de su novio solo se escuchaba, una especie de respiración fuerte.
Este empezó a ser mi nuevo pasatiempo, esperaba que mis papas se durmieran, y cuando llegaba la hora, me acercaba a la puerta, me bajaba los pantalones, sacaba mi pene que estaba como una roca, y empezaba a masturbarme, cerraba los ojos, y la escuchaba a ella gemir, imaginando que era yo el que la estaba penetrando.
Los gemidos iban cambiando, al principio decía ahhhh ahhhh mas despacito, pero después empecé a escuchar, q decía ahhhh si métela más profunda ahhh siii ahhh siii, en esos momentos mi cuerpo reaccionaba solo, y empezaba a mover la cadera de adelante para atrás, mientras me masturbaba con una mano, y la otra la apoyaba en la pared como sostén.
En mi cabeza, mientras la escuchaba gemir, me repetía a mí mismo, si toma putita, acá tenes la pija de tu hermano, te gusta?, y escucha sus gemidos ahhhh siii siii métemela, a cada rato sentía como acababa, y me fluía el semen de la punta del pene, hacia piso.
A veces para sentirme más excitado, buscaba alguna tanguita de ella en el baño, y mientras la escuchaba gemir, la lamia una y otra vez, otras veces simplemente me la ponía, mientras me masturbaba al compás de sus gemidos.
Después de un tiempo ella termino con su novio, y mi nuevo pasatiempo se fue al tacho.
Cuando cumplió 19, consiguió un muy buen trabajo, con un sueldo bastante alto, y al poquito tiempo se fue a vivir sola.
De ahí en más, ya no tuve oportunidades, para espiarla, ni intentar tocarla ni nada.
Hoy en día yo tengo 25 años, y ella 27, y todavía me sigue excitando, de la misma forma que cuando éramos adolescentes.
Les agradezco a los que lo leyeron, y les aseguro que el relato es 100% real.
Sé que en comparación a otros relatos que hay en la página, este es bastante simplón, pero no quería mentir ni exagerar, escribiendo cosas que no pasaron.
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