La Época Oscura
Un niño y un adolescente comparten una relación de dominio .
La Época Oscura
Este es mi tercer relato, soy Daniel de Caracas y actualmente tengo 37 años, soy bisexual.
Habiéndose ido mi hermano mayor Moisés a la academia militar, mis padres regalaron mi camita, separaron la litera para José y para mí, pensé la ausencia de Moisés nos uniría, pero nada más lejos de la realidad.
Apenas quedamos los dos José me informó, que ahora el era el mayor allí, el TV y VHS son de él, que guardaría las pelis pornos bajo llaves en sus cosas, que eso de estar en el cuarto cuando él se haga la paja no pasa más, porque su paja es de él con él, así que cuando el le den ganas debo salirme y esperar afuera que el acabe.
Así se dio inicio de los dos años más difíciles de mi niñez, donde los maltratos eran el pan de cada día, en efecto el se masturbaba al mediodía al llegar de clases y mis padres no estaban, colocaba las pornos a todo volumen y se hacía una o dos pajas, y de abusivo salía con la franela que usaba para acabar toda llena de su leche y me decía «! No Quiero Mi Mamá Vea Esto Así!» Lávala y dejala limpia, y me obligaba a ser su sirviente, no sé cuánto semen lave de mi hermano en ese tiempo, unos días era transparente, otros blancos, otros más amarillento, a veces elástico como chicle, otras cuajo como gelatina, otros días más líquido, me volví un experto en leche, aprendí que cuando no se la hacía muchos días era amarillenta, espesa, abundante y con mucho olor, cuando eran días seguidos era blanca y a veces transparente, las aguada, a veces con poco olor, y unas casi sin olor, debo confesar tocaba el semen antes de lavar la ropa y muchas veces quise probarlo, pero aún no entiendo porque no lo hice. Solo me límite a hacerle caso, si no lo hacía me pagaba con un palito de tocar tambor que había en la sala, que era de una madera muy dura y pasada, agarraba ni cabeza de tambor y me daba golpes.
Mi posibilidad de ver pornos se esfumó, de pajearme tampoco, a menos que fuera en la ducha escondido, él se volvió cada día más déspota, y ya se hacía la paja con la puerta abierta, jadeaba y gemía a todo volumen, con la película al máximo sonido que daba nuestro pequeño TV, y yo abajo escuchando sin hacer nada, hasta que bajara con lo que usará para echar su leche y ser quien lavará sus desastres
Está es la etapa de mi vida de los 8 a los 10 años.



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