La hermana de Katia (fantasía)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por leeyoungjee.
Hola me llamo Rubén, soy de una pequeña ciudad de Morelos, tengo 23 años y soy soltero, me siento realmente bobo al describirme físicamente pero he visto que es lo que se acostumbra, así que supongo que no tengo elección jaja, bueno mido 1.70, peso 70 kilos, soy moreno claro, cabello corto tipo militar un cuerpo atlético y delgado ya que aunque no tengo unos súper pectorales o unos brazos de fisicoculturista si hago ejercicio por mi cuenta y se usar mis mancuernas lo suficientemente bien como para que mis brazos tengan forma y me los chulean más de una vieja o jotito, mi bulto es muy notorio, la riata me mide 16 centímetros y es más ancha a la mitad que de la cabeza, mis huevos siempre están colgando por lo caluroso de mi ciudad y herede lo lampiño de la familia de mi padre, no tengo mucho vello solo en las axilas y en el pubis de lo demás estoy prácticamente limpio, la verdad no me agrada mucho ser así me gustaría tener más vello, en el pecho sobre todo pero cuando veo como sudan mis amigos como puercos en las oleadas de calor la neta se me pasa, yo trabajo en un cyber café de mi ciudad, bueno comenzare diciendo que Katia es la única amiga cercana que tengo ya que además de que solo me junto con vatos a las pocas morras que he tenido como amigas me las he terminado cogiendo y después de explicarles que lo que sucedió fue solo por el calor del momento y la necesidad de pisar un rato siempre terminan gritándome que me vaya a chingar mi madre, que soy un perro etc.
Con Katia todo es diferente porque a pesar de ser vieja no es nada fijada, es de las pocas mujeres que conozco que razonan con la cabezota y saben que un revolcón es eso un revolcón y que no tiene que haber una relación, compromiso o sentimientos especiales para darle gusto al cuerpo, a ella la conozco desde que estábamos en la preparatoria donde por alivianada al principio todos se la queríamos clavar pero en más de una ocasión a puñetazo en el osco y golpe en los huevos se dio a respetar y es que aunque esta morra siempre ha sido bien calentona y putita solo afloja cuando ella quiere y con ella quiere, bueno ella vivía sola con su mama y su hermana Larissa con retraso mental, su jefa era una señora ya grande que la tuvo a ella y a su hermana la mayor después de los 35 años, ellas se parecían mucho a su madre, las dos eran blancas, tenían cabello castaño claro largo hasta la parte alta de la espalda, ojos oscuros, carita afilada y agraciada solo que Katia casi llegaba a mi altura y su hermana y su madre eran más bien chaparritas como de 1.55, su madre murió hace 3 años y desde entonces Katia se ha hecho cargo sola de su hermana, a pesar de tener retraso mental quien la viera a simple vista no se daría cuenta ya que aparenta normalidad, según supe estaba condenada a pasar el resto de su vida con la mente de una niña de 10 años.
Katia se la pasa llevándola con ella de arriba para abajo durante el día, trabaja en una tienda de ropa y logro conseguirle trabajo a su hermana en el mismo lugar, le gusta mucho esa madre del zumba y también la jala con ella a sus clases.
En muchas ocasiones cuando he llegado a casa de Katia de visita me las he encontrado con sus mayoncitos que les marcan unas piernotas, un culito redondito y esponjosito, las caderas estrechas sin exageraciones y unos pechos de tamaño normal, igual esponjositos y siempre termino bien caliente con desesperación por arrancarme la camisa y los pantalones con todo y trusa y echármele encima a la hermanita.
Las veces que Katia me ha cachado fisgoneando a su hermana me ha mirado con ojos de pistola y me avienta el control de la tele para que mejor me ponga a ver el fut, la hermana de Katia por su parte siempre me ignoraba y se la pasaba viendo películas infantiles o leyendo libros de cuentos que Katia le conseguía, a lo mucho me saludaba tímidamente con su carita sonriéndome apenada y mas cachondo me ponía, sentía mucho morbo por repetir una de las tantas películas porno tipo papa e hija con la hermana de Katia y a veces hasta tenia sueños cachondos con ella apenadita abriéndome sus piernas para que le revise su panochita virgen, otras veces soñaba que le explicaba porque mi pene estaba velludo y porque se me movían los huevos al cambiar de temperatura, aunque todos esos eran clichés idiotas me ponían como boiler y es que aunque se diera algo con mi Larissa dudo que no supiera algo de eso pues hasta donde yo sabía la secundaria sí que la había terminado.
En fin las cosas estuvieron así por mucho tiempo, Katia salía con un vato de su colonia que tenía una carpintería desde hace 5 meses y yo me acababa de conseguir una viejona de un pueblillo que está cerca de mi ciudad, ella se llama Irene y tiene 20 años, la conocí en un baile y ya no me le despegue y es que esta buenota la condenada, aunque sus pechos son más chicos que los de Katia tiene un culazo que te infartas, es morenita y es una de esas rancheritas espantadas, cuando la conocí venia con sus primas que la neta si son bien putas jajaj, varios de mis amigos me han contado que luego luego aflojan y bien que se dejan picar la colita yo tenía la esperanza de que Irene fuera igual pero nomas no se ha dejado coger, siempre se deja manosear cuando estamos solos en mi camioneta y la voy a dejar a su pueblo pero en cuanto trato de abrirle el pantalón, se separa de mi de jalón y se pone trompuda, llego el momento en el que decidí que tal vez lo mejor era primero antojarla y dejarla con hambre y fue así que entre caricias y besos me fui quitando la camisa, ella me miraba colorada y yo como queriendo olerle el cabello y darle un beso en la coronilla le puse mis pectorales en la cara, sentí un beso y escuche como inspiraba mi olor,
-Irene, yo te amo, tú me quieres le dije mirándola a los ojos con una mirada de telenovela que estuve ensayando en un espejo del baño jaja
-Rubén, claro que te amo.
Me puse a besarla mientras le acariciaba el cabello y la cara y le hacía mimos, fui bajando y esta vez no se opuso a que le quitara la blusa y el brasier, frente a mi estaban unos pechos paraditos con unos pezones muy oscuros, no me aguante las ganas y empecé a masajear uno con una mano y a besar el otro, ella solo gemía y suspiraba, le rozaba los dientes y le repetía que la amaba mucho, fue entonces que así como estábamos la recosté en el asiento completamente doblado y la abrace mientras mamaba sus pechos, me metí todo el pezón en la boca y mame como si fuera una criatura ella se retorcía de placer y decidí que era hora de probar su burrita, abrí su pantalón mientras le besaba los labios y le daba besos en el cuello, ella gemía y me miraba como chivito a medio morir, le baje todo hasta las rodillas y me fui besando cada uno de sus pechos, luego seguí besando hasta llegar a su ombligo y de ahí a su panochita, estaba velludita pero recortada y comencé a oler, era el olor característico de las hembras indescriptible, delicioso, sentí su humedad en mi nariz y barbilla y empecé a sobar su estomago, ella solo gemía y sudaba mientras sus pechos se iban poniendo rosados igual que sus mejillas, ella no me miraba sus ojos estaban perdidos en lo alto del techo de la camioneta y con mi mano derecha le abrí los labios hinchados y rollizos, encontré su botoncito y lo empecé a mamar a acariciar con mi lengua a besarlo apretando los labios y a meter mi lengua en su vaginita como si la estuviera besando,
-ahhhh, ahhhh, Rubén, detente, me siento mal, ahhh.
-te duele mi amor, le dije fingiéndome preocupado pero estoy seguro que la excitación y malicia se me veía a kilómetros,
-no sé, no sé si es dolor, es muy, ay.
empecé a sobarle con la mano que estaba empapada en sus jugos y ella dio un respingo
-raro, termino de decir completamente roja como un tomate y cubierta en sudor,
-no amor, esto no es dolor, simplemente es amor, déjate llevar sé lo que hago y te va a encantar, no confías en mi???
Note en su mirada sumisión pero también desconfianza, adivine que si no la convencía se me escaparía de nuevo viva y eso si que no me podía pasar, no ahora que mi verga estaba más dura que un fierro, empecé a besarla de nuevo a susurrarle cursilerías y a bajar mi ritmo, las caricias se volvieron más pausadas, ella me abrazaba y sobaba la espalda y me acariciaba el cabello, mientras yo la besaba y le acariciaba el cuello, entonces comencé a quitarme el cinturón y empecé a bajarme el pantalón, al escuchar mi cierre abrirse ella intento librarse de mi
-Rubén, que estas, no, Rubén
-te amo Irene, si me amas muéstrame cuanto me quieres
Ella trato de separarse de mí pero a base de cursilerías y caricias tiernas la retuve de nuevo y después de quedarme solo en bóxer y desnudarla completamente me le subí encima, abrí sus piernas mientras la acariciaba y le decía lo hermosa que era, que era un sueño, que era lo mejor que tenía en mi vida, quédate conmigo para siempre y todas esas babosadas que uno dice cuando quiere panocha jaja, apoye mi bulto que estaba acomodado de lado en mi trusa sobre su panochita y sentí mucho calor, sentí su humedad empapándome y comencé a hacer un leve vaivén para que ella sintiera lo que se iba a comer jajaja, empecé a retallarme contra su botoncito y ella soltó gemiditos de gatita.
-Aaaahh, aaaaahhh, Rubén, decía quedito mientras me apretaba contra su cuerpo y yo le besaba el cuello, la mandíbula y la frente
Por fin me separe de ella me puse de pie como pude en la camioneta, Irene me miraba sudorosa, roja y nerviosa, me empecé a bajar la trusa mientras la miraba fijamente y cuando mostré mi pene moreno, velludo, babeando y apuntándome a la cara el rostro de Irene era un verdadero poema, su mirada se veía aterrada, muy nerviosa tomo su ropa que estaba en el piso de la camioneta y trato de abrir la puerta, la tome de los hombros y le pedí que se quedara
-amor, no me amas tanto como yo? Le dije casi suplicante, estaba que me recocía por dentro
-te amo Rubén, pero esto no!!!,
Trate de detenerla pero ella simplemente abrió la puerta y se salió así desnuda, empezó a vestirse apoyándose en la camioneta para ponerse los calzones que con la luz de la luna se veían mas húmedos que la jodida, Salí casi corriendo detrás de ella y empecé a abrazarla y hacerle caricias tiernas.
-déjame Rubén, hasta para allá o voy a gritar!, me empujaba y trataba de ponerse el resto de su ropa, me enfurecí mucho y empecé a forcejear con ella, estaba muriendo de ansias, sentía que explotaría de presión, ella me empujo el pecho y me abofeteo
-dije que ya!!!!
-me quede en blanco, nunca me habían huido así, menos con una cachetada, ella noto mi consternación y solo me dijo muy enojada,
-si de verdad me amaras no me harías esto!
-esto? Que es esto? Amarte? Querer demostrarte mi amor?
-hay mejores maneras de demostrar amor!!! Me dijo a gritos se veía arrepentida por la bofetada pero lo suficientemente enojada como para saber que no se dejaría coger.
-podrías mandarme cartas, cantarme una canción, llevarme a pasear, me dijo en un tono más bajo
-jajaja no mames mamacita! Que eres una escuincla!? Ni que fuera un niño!!!! Soy un hombre!!! Óyelo bien un hombre!! Los hombres necesitamos coger!, si te dejaras sabrías lo mucho que te puede gustar! A pesar de todo mi enojo me sentía más bien desilusionado, como un niño enojado porque no le creen.
Ella me miro de arriba a abajo con miedo, me baje completamente desnudo y mi polla aun apuntaba hacia arriba, ella la miro como al resto de mi cuerpo y termino de vestirse
-solo sé que el amor no es solo sexo, si tú no puedes respetarme y solo te me acercas para saciarte, mejor ya no me busques, pensé que eras especial pero ya veo que solo eres un animal hambriento de sexo, se alejo, su rancho estaba a unos 300 metros de el paraje y yo me metí a la camioneta.
Desnudo como estaba me encerré y con un escupitajo en la mano empecé a jalarme la verga, empecé a pensar en el cuerpo de Irene tan delicioso, pero lejos de excitarme sentía una cosa rara entre calentura y coraje, decidí que no permitiría que esa vieja apretada me amargara también esto y comencé a pensar en Larissa, me vi chupando sus senos con desesperación, la oí susurrar mi nombre con timidez y miedo, imagine su vagina depilada, mojada a rebozar, ese olor a perfume infantil con el que siempre se rociaba el cuerpo, la imagine besando mi pecho, aspirando mi olor, la vi cabalgándome con una mueca de niña adolorida, le acaricie el pecho, la atraje hacia mí y le mame las tetas, se las llene de saliva y las golpe levemente hasta oír un sonido delicioso acompañado de sus pujiditos, vi su mirada lagrimosa, la imagine jadeando con su boquita casi abierta, sus labios rositas y hermosos, me la quite de encima de un jalón la lleve cargando hacia el balcón de mi casa, la puse recargada en el protector y le retalle mi hombría en las nalgas y el culito, apunte a su vagina y se la deje ir, imagine que la gente me veía y la escuchaba gemir y decir mi nombre, Rubén, Rubén, Rubén!!! Lo decía con dolor, con impaciencia, con miedo, escuche mis huevos rebotando contra sus nalgas, sentía que me dolían por los golpazos que se daban pero ese dolor tenía su encanto, baje una de mis manos que estaban sosteniendo su cadera y azotándola contra mi hasta su clítoris, lo masaje, me escupí la mano y se lo masajee hasta que ella grito aun mas fuerte mi nombre, vi a mi vecina la anciana viuda de enfrente mirarnos asustada desde su ventana, vi a los niños y niñas de la calle dejar de jugar y mirarnos asombrados, mientras los niños me miraban con admiración y asombro las niñas me veían con miedo y ojos llorosos
Sus madres venían y se los llevaban mientras yo embestía a mi hembra a mi niñita que gemía mi nombre y decía que le dolía con una voz que era mas de placer que de dolor, las mujeres se llevaban a los niños y me miraban con curiosidad y otras más con odio, me sentía mirado por todos, mi hembra empezaba a correrse y su vagina me absorbía como si mamara mi pene, empecé a pujar como perro, ella lanzo gemidos y sentí sus jugos escurrir desde lo más profundo de su ser, lanzaba mi semilla dentro de su conejita y sentía mi energía abandonar mi cuerpo, abrí los ojos y vi el reloj de el panel de la camioneta eran las 4 de la mañana y mi pene estaba adolorido, el nacimiento del prepucio me ardía irritado y mi capullo se veía rojo, toda mi semilla estaba regada en el asiento y el suelo de la cabina y mis nalgas estaban mojadas, pues un poco había escurrido hacia allá, regrese a casa me bañe y metí en la cama, sentía tan raro el pene que tome una crema del buro y me empecé a masajear, imagine que Larissa me acariciaba con ternura y me besaba los labios mientras nuestros cuerpos se repegaban, sus tetas se apretujaban contra mis pectoral derecho y mi brazo y su calor y el olor de su perfume de niña inundaba mi cama.
Compas espero y puedan dejarme su opinión hacia este relato, esperen la segunda parte.
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