Lecciones de pajeros
Como conocí la masturbación.
Todo empezó con unos vecinos que vivían a tres casas de la mía. Eran dos primos Toño de 15 y Efra de 13. Yo tenía 10 años y justamente esto ocurrió hace 10 años. Para entrar en contexto, Efra fue adoptado por los papás de Toño porque sus papás se fueron a Estados Unidos y lo dejaron con ellos. Eran prácticamente hermanos. Aunque era menor que ellos, se llevaban bien conmigo porque desde chicos jugábamos en la calle con otros niños de la cuadra. Su papá era y sigue siendo taxista y su mamá trabajaba en un hotel, así que ellos se la pasaban solos casi todo el día. Me la pasaba con ellos casi todos los días, recuerdo estábamos obsesionados con la WWE y la lucha libre de nuestro país. Veíamos las luchas en su casa o a veces en la mía y coleccionábamos los tazos y estampas que salían. Aquella tarde que cambió todo, los tres estábamos en su casa viendo las luchas, terminaron y nos aburrimos. Ya viendo que hacer Efra sugirió que jugáramos a las luchas. Toño dijo que era una buena idea, fuimos a su patio e improvisamos un ring de pelea. Ellos dos se quitaron la ropa y se quedaron solo en truza para estar según como los luchadores. A mi me dio pena que me vieran en calzones y aunque el patio era bardeado nadie más podía vernos, no tuve la confianza con ellos. Así que yo fui el referí. Comenzamos el juego y esos dos empezaron su lucha, como eran mayores se daban bruscamente. Yo estaba viendo las faltas y todo eso. En eso no recuerdo bien que movimiento hizo Efra, pero le toco el pene a Toño y le dijo: «Pinche puto ya se te paro». Yo no entendía absolutamente nada, pregunto que se había parado. Esos dos se rieron y me preguntaron si a mi no se me paraba. Refiriéndose a mi pene, conteste con la verdad de que no y que no sabía que eso pasara. Toño señala su entrepierna, tu truza era muy corta y pegada, se notaba bastante su erección. Ya el y Efra me explicaron un poco de ese tema, yo estaba intrigado por saber algo nuevo. Pregunté algunas cosas, ya nuevamente interfiere Efra y le dice a Toño que me la muestre. Él me pregunto si en verdad quería verla y le dije que sí. Se baja la truza y deja salir ese pene erecto que era la primera erección que había visto en mi vida. Tenía una mata de pelos y su color era medio café, ellos eran algo claros de piel, pero el pene de Toño era más oscuro que su cuerpo. Tomé mi tiempo para observarlo y él me dijo que podía acercarme para verlo mejor o tocárselo si quería. De la pena dije que estaba bien así. Efra volvió a interferir diciendo que él la tiene más grande, Toño discute con él que no era cierto y ya me piden ser juez para que corrobore quien de los dos la tenía más grande, también Efra se baja su truza para mostrármelo. Tenía pocos pelos, y su color era un poco más claro y era correcto, era un poco más grande que la de Toño. Ya discuten los dos por que Efra se sintió alzado por que les dije que la de él era más grande y Toño le responde: «Pero al menos yo no me vengo tan rápido». Otra vez eso despertó mi curiosidad y pregunte que se refería con eso, fue ahí dónde conocí la masturbación. Me explicaron detalladamente sobre el tema, ya con una confianza rápida. Toño agarro su pene y comenzó a jalarselo, y se pellizcaba los huevos para mostrarme como se pajeaban ellos. Se le ponía más hinchado y a Efra igual de verlo. Igual empecé a sentir siento cosquilleo que no sabía aquel día que era excitación. Sonó la reja de enfrente, su papá había llegado cortando la inspiración. Esos dos se subieron sus truzas, hicimos como si nada y el señor llego al patio, pregunto que estábamos haciendo y ellos dijeron que estaban jugando a las luchas. Vi que su papá noto la erección de Toño, pero no dijo nada, solo nos dijo que no juguemos fuerte para no lastimarnos y nos dejo en el patio. Cuando se fue Efra me dijo que volviera al día siguiente cuándo su papá se vaya para que me enseñen como se pajean. Seguimos jugando un rato más y regrese a casa. Tenía mucha curiosidad por saber sobre la paja que esperaba llegará la tarde del siguiente día. Pase la noche y la mañana ansioso hasta que escuche el taxi del vecino que se iba, casi enseguida pedí permiso para ir a jugar a su casa, corrí a hablar a su casa, Efra sale para abrirme, creo que estaba listo, porque solo andaba con una camisa y una truza. Entramos para reunirnos con Toño quien estaba haciendo tarea. Efra le dijo que empezáramos antes que llegará su papá o algún vecino. Toño dejo lo que estaba haciendo se quito el short y los calzones que traía quedando completamente desnudo. Me dijo: «¿En que nos quedamos ayer?» y le dije en que parte. Me volvió a mostrar su pene y explico algunas cosas para erectarse. Le ordeno a Efra que igual se quitara la truza, este lo hizo y ambos se tocaban a si mismos para que yo viera como se hace. Cómo eran muy competitivos mientras lo hacían uno le decía al otro que lo estaba haciendo mal, se reclamaban casi peleando. Yo les dije que pararan y siguieran con la lección. Toño se sentó en la cama siguió tocándosela y al ver que estaba toda mi atención en su pene me dijo que se la tocara. Esta vez me ganó la curiosidad más que la pena y se la toque. Estaba muy caliente y se sentía algo suave pero duro a la vez. Me indico como mover mi mano, lo hice y él empezó a gemir un poco. Me decía que lo estaba haciendo bien, yo me sentía orgulloso de mi trabajo jaja. Ya le dice a Efra que igual se sentará para que él también sienta como lo hago, cambie de pene y empecé a masturbar a Efra. Él era más exagerado que Toño, sus ruidos de placer eran más altos y se abría más que Toño para dejarse masturbar. Ya Toño se acercó y me dijo que le pellizcara a Efra debajo de los huevos, eso le gustaba. Él lo hizo para mostrarme como y yo también, así los dos empezamos a hacerlo, pero más que placer a Efra le daba como que cosquilla y dolorcito, porque se reía y nos decía que ya, pero para molestarlo lo seguimos haciendo hasta que se dio la vuelta y cerro sus piernas para que nos detengamos. Estando así boca abajo, Efra me enseñó que igual frotarse con el colchón era una forma de pajearse. Movía sus nalgas de lado al lado mientras que abajo su pene hacía fricción con el colchón. Toño le dijo que parará porque iba a manchar el colchón, pero Efra le dijo que lo iba a limpiar, siguió hasta que hizo un sonido extraño indicando que se había venido. Toño reconoció ese sonido y le pregunto que si se había venido, Efra riendo cínicamente dijo que si. En eso Toño le dio una fuerte nalgada, y me dijo que igual le diera una. Yo solo obedecía lo que esos dos me decían y eso hice. Efra se molesto pero Toño le dijo que no tenía que manchar las sabanas, los iban a regañar. Entendió Efra su error, ya movió su cuerpo a un lado y me mostró su semen batido en su cuerpo y la cama. Me dijo que lo tocará para que lo sintiera. Eso hice, era pegajoso, algo baboso y caliente. Ya Toño dijo que era su turno se sentó a la orilla de la cama y me dijo que continuará con él. Efra fue por papel de baño para limpiar la cama. Toño tomo mi mano y la puso en su pene indicándome como bajar y subir. Se le ponía cada vez más dura según yo, hasta que no resistió y saco a chorros su semen. Me batió un poco, a la cama, al piso y a él. Estaba recuperando su aire y me felicito por mi labor. Ya Efra le paso papel para que limpiara todo. Terminada la lección me pidieron que no le contará nada a nadie, era cosa de nosotros tres. Obviamente no iba a hacerlo hasta este día jajaja. Nos quedamos un rato más a ver tele como si nada hubiera pasado hasta que llegue a mi casa, en la noche que me bañe intente masturbarme pero no dio ningún resultado. Aún así ese día tuve conocimiento de como hacerlo y luego aprendí más cosas del tema gracias a mis maestros de la paja jajaja.
Este relato estuvo muy bueno amigo, esperó que continúes escribiendo de esta manera y que mas adelante nos cuentes el resto de cosas que te enseñaron esos primos. Jajajajaja por lo visto su papa ya sabia que los chicos se estaban haciendo la paja y les dio oportunidades para que lo hicieran con gusto.