Masajista
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace unos días vino a mi consulta un señor que me dejó anonadado desde el primer momento por su físico y su carácter.
Era simpático, educado, irónico y con mucho sentido del humor. En cuanto al físico, era moreno, perilla, fibroso y con bastante vello por el cuerpo.Tenía 45 años.
Normalmente la gente pide un masaje por problemas musculares pero este señor quería un masaje relajante.
Encendí una vela aromática, puse música relajante y bajé la intensidad de la luz. Le dije que se puese cómodo y fui a ponerme mi traje de faena, que consiste en una camiseta y un pantalón largo tipo chándal.
El señor se había quitado la ropa excento el bóxer y me preguntó si tenía que quedarse desnudo. Le dije que me daba igual, que como él se sintiese más cómodo y optó por conservar los calzoncillosl.
Empecé a masajear los pies y poco a poco fui subiendo por sus piernas.
Le pedí que las abriese un poco para poder masajear mejor la cara interna de los músculos y, al separarlos, como el bóxer era de pata ancha, le vi los testículos.
Estoy acostumbrado a ver a hombres desnudos, pero los cojones de este señor me llamaron la atención por su tersura, su color, su tamaño.
Eran ovalados, sonrosados, cubiertos de suave vello y daban ganas de tocarlos y acariciarlos.
Seguí con mi masaje y al masajear la cara interna del muslo, en un momento le rocé los huevos. Le pedí disculpas y le dije que a veces ocurría. Ánte mi azoramiento, me dijo que no me preocupase, que se hacía cargo de la situación. Entonces seguí masajeando esa zona, y en varias ocasiones más le rocé los cojones sin que el señor pusiese ninguna objección.
A continuación pasé a la espalda y le dije que tenía que bajarle un poquito la línea del bóxer para masajear los riñones.
Entonces me volvió a preguntar si era necesario que se desnudase y le volví a decir que como se sintiese más cómodo.
Dijo él:
– si me tengo que desnudar, no me importa.
-Como usted se sienta más cómodo. Hay gente que se siente cohibida. A mí me da igual, soy un profesisonal y estoy acostumbrado a ver el cuerpo desnudo. Así que, como usted se sienta más relajado.
– Pero ¿se masajea todo el cuerpo?
-No, todo no, pero casi todo, dije yo en tono misterioso.
Se había creado una especie de conexión simpática ese ese señor y yo y quería ser cauto, sin precipitarme.
– Explíquese mejor, por favor, me pidió él.
-Realmente todo el cuerpo se puede y se debería masajear, pero para evitar malentendido, sólo masajeamos piernas, brazos y espalda, cabeza.
-¿Evitar malentendidos?, preguntó él de forma miteriosa e irónica.
´-Sí, señor, dije yo. Normalmente la gente se siente insegura, cohibida, temerosa y por eso antes de dar un masaje, prguntamos qué partes quieren que se les masajee y realmente, se masajea todo, excepto, claro está, los genitales, por razones evidentes, dije yo.
– Explíquese mejor, me pidió.
-Pues en las muejres,excepto los senos y la vagina. En los hombres excepto el pene y los testículos.
.-Entonces, ¿el culo se masajea?
Sí, dije, yo. Los gútes también se pueden masajear, pero no es lo normal. Además, añadí yo con toda la idea del mundo, los glúteos es una de las zonas donde más se nota el relax.
-Bueno, dije yo, vuélvase boca arriba.
Empecé a masajear las piernas, por delante. Me fijé en su bóxer y notéciertos movivmientos internos, pero no dije nada.
mis manos subían por sus piernas y mis manos se metieron un poco por debajo de la tela del bóxer.
después pasé al pecho y al vientre.
Mis manos llegaron sólo a la línea del pubis. Y pasé después a la cabeza.
Entonces le dije que ya terminaba el masaje.,
El señor me dijo:
-Uy, qué corto me ha parecido.
-¿Quiere que masajee alguna zonas más?
-Pues… titubeó un momento el señor.-Antes, ha dicho que se masajea también…
-¿los glutes? le ayudé yo a decidirse.
-sí, eso es, es que… y se puso un colorado.
Ah, no se preocupe usted. Tenga usted confianza y pida y diga lo que desee, yo soy un buen profesional.
-pues, podría usted masajear los gluteos, por favor?
-¿Por qué no?- dije yo.- Pero, eso sí, ahora sí que debe usted desnudarse completamete…
-ah claro
Y el señor se quitó el boxer. Estaba boca abajo y vi de pronto todo su culo. Un culo perfecto: bronceado, con suave vello, musculoso…
le abri un poco los muslos y vi sus cojones tan hermosos como su culo y empecé a masajear los glutes. Era un culo duro, perfecto.
Mis dedos subían y bajaban y al bajar al muslo, casi le tocaba los cojones.
Para romper un poco la situació, dije_
-se nota que es usted nudista. verdad?
sí, dijo el señor.
-Es que como no tiene usted marcas… se nota que toma el sol desnudo. yo también soy nudista…
Mis manos seguían masajeando su culo
Entonces, le diuje que se volviese boca arriba para masajear el vientre
El señor dijo que no podía.
Yo sabía muy bien por qué, pero quería oir su explicación.
-¿Por qué? ¿No quiere que le masajee el vientre?
-Es que, ando un poco… excitado…
-Ah, no se preocupe usted, dije yo riendo. Suele pasar…
No es la primera vez que ocurre. Es normal. No se preocupe, pero si es molesto para usted, me retiro.
No, no, dijo el señor, y se volvió boca arriba.
¡Dios?
Menuda excitación. Tenía la polla enorme, tiesa y dura como el acero.
Entonces, sin darle tiempo a nada, se la agarré entre mis dedos, y le hice una paja.
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