Mi primera eyaculación
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Somos 4 hermanos, en ese tiempo mi hermana tenía unos 16 años, mi hermano Ivan 14; yo 12 y mi hermano Rafael 10. Los tres hombres compartíamos una habitación, íbamos a la misma escuela, íbamos juntos a clases de inglés, en fin, hacíamos todo juntos.
En ese tiempo, Ivan estaba en lo que mis padres decían, la edad difícil, malhumorado, rebelde, en plena pubertad. Hacía tiempo que ya no se quería bañar con nosotros, ya que nuestros padres acostumbraban meternos juntos a bañar.
Un día mi padre nos llamó a los 3 a la mesa, tenía cara de preocupación, pero creo que era pena por lo que nos iba a decir:
-Niños, solo quiero recordarles que compartimos nuestro espacio con dos mujeres y debemos tener cuidado con ciertas cosas, por respeto a ellas, especialmente con su hermana.
Yo no sabía bien de qué hablaba, creí que se trataba de que mojábamos el inodoro al orinar o dejábamos tirados los juguetes. Pero resultó que “uno de nosotros” había dejado semen en la pared de la regadera.
-Están en una edad de cambios y es natural que se masturben, pero por favor, sean discretos con su hermana y su madre, no quiero encontrar semen por todos lados, de acuerdo?
Mi hermano Ivan estaba rojísimo, obviamente él era el único que lo hacía, mientras Rafa y yo seguíamos sin entender bien de qué hablaba mi papá.
-También quiero que sepan que su cuerpo es muy importante, ustedes pueden hacer lo que quieran mientras se sientan cómodos, no dejen que nadie los toque o los haga sentir mal. Y así como respetan a su mamá, así deben respetar a todas las mujeres, ok?
Nos dijo que nos podíamos ir, nos sentíamos regañados, apenados y expuestos sin razón, sin embargo, me causó curiosidad, mi hermano se masturbaba, yo, a mis 12 jamás lo había hecho, sentía que mi desarrollo se estaba tardando un poco, mis amigos ya tenían vello púbico y en las axilas mientras yo apenas tenía unos pocos en los huevos.
Pasaron los días, yo quería hablar de eso con mi hermano pero no me atrevía, hasta que me armé de valor y le pregunté:
-Por qué te masturbas?-
-Porque me gusta- dijo
-Yo lo hice la otra vez pero no supe cómo terminar- respondí
-Es fácil, yo vi como lo hacía Juan (un amigo nuestro) y después lo hice yo. Dijo
Estaba nervioso, quería masturbarme por primera vez, nunca había visto como salía mi semen, sólo un par de veces me encontré con mi semen seco en los calzones después de un sueño húmedo.
Le pedí que me enseñara como hacerlo. Él me dijo que si, que en la noche nos masturbaríamos en la recámara.
Llegó en momento, estábamos en pijama y acostados los tres, nos dio las buenas noches mi mamá y cerró la puerta. Esperamos a que Rafael se durmiera y empezamos.
Ivan se sentó en la orilla de su cama y se bajó el pantalón, quedó en una trusa, era azul y tenía marcado su pene erecto , yo, de frente a él, sentado en la orilla de mi cama me bajé el pantalón, mi trusa era blanca y con tanto nervio, apenas se me estaba parando.
Agarró el resorte de su calzón y se detuvo, volteó a verme y me preguntó: Tienes pelos? Le respondí que poquitos y me dijo: -yo tengo muchos ya, me da pena- yo le dije que mi papá nos había hablado ya de eso y que era normal, que yo quería tener más.
Se bajó su trusa, le rebotó el pene, yo lo vi muy grande, tenía tiempo que no lo veía desnudo, le había crecido mucho y ya tenía una buena cantidad de vello. Su prepucio cubría la mitad de su glande, que estaba rojo, casi morado, tomó su pene y pude ver sus huevos, igual con vello, le colgaban, eran grandes; su pelitos del abdomen empezaba a engrosarse , le pregunté si tenía en las axilas, alzó un brazo y vi que si tenía varios, yo alcé el mío y no tenía nada.
Me dijo –ya sácalo- y así lo hice, me bajé mi calzón, ya estaba erecto, algunos centímetros más corto y más delgado que el de él, mi prepucio cubría todo mi glande. Empezó a mover su mano de arriba abajo, abrió más las piernas y empezó a gemir bajito. Yo me recorrí el prepucio y empecé a hacer lo mismo, él me dijo que si lo hacía son el pito pelado me echara saliva, me subí de nuevo el prepucio y seguí jalándome. Con su mano empezó a sobarse los huevos, me dijo que se sentía más rico. Lo hice y de repente una gotita salió de mi pene, me asusté un poco, le dije que ya había eyaculado, el me vio y me dijo que no, que ese no era semen, que primero salía “baba”, me enseñó como al apretar su pene también le salía.
-Qué piensas?- le pregunté
-En que se siente rico- Él, al igual que yo, estábamos excitados por la masturbación en sí, no pensábamos en relaciones sexuales ni nada, tan sólo en las sensaciones que teníamos. Se ensalivó sus dedos y siguió masturbándose más rápido.
Yo seguía en lo mío, de verdad se sentía bien, Ivan se pasó a mi cama, me dijo, jálamela tú, y empecé a hacerlo, su pene estaba más caliente y la diferencia de dimensiones se sentía, el comenzó a jalarme a mí.
Cambiamos de mano un par de veces, de repente su respiración empezó a agitarse, sentí su pene más duro y como empezó a salir su semen, varios chorritos que cayeron en mi cama, de repente empecé a sentirme extraño, sentí que me temblaban las piernas, Ivan seguía apretando y mi semen salió disparado hacia su cama, unos 4 chorros, se sentía muy bien.
Se pasó a su cama y con su calcetín limpio mi semen, me lo pasó para que limpiara el suyo. Se nos bajó la erección rápidamente, nos acostamos y a dormir.
Tiempo después le enseñamos a Rafael, y por años, nos masturbábamos juntos, descubrimos la pornografía e inventábamos historias para excitarnos, finalmente fuimos dejando de hacerlo. Aún hablamos de nuestras experiencias y una vez me tocó compartir un motel con mi hermano en una cita doble. Luego les contaré eso.
Gracias por su atención.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!