Mi primera masturbación… Anal.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
"Me dijo que cuando se masturba se mete un dedo y se masajea la próstata… Y que siente mucho más rico…"
No sabía por qué me estaba contando ésto… ¿Piensa que soy marica o qué? ¿Tanta confianza me tiene como para contarme ésto sólo a mí? ¿Me está insinuando algo?
"Ahhh… ¿Y vos ya lo intentaste?" le pregunté, mientras sonreía pícaramente esperando su respuesta.
"¡No! Yo sólo te cuento lo que él me dijo…" No le creí, y pensaba seguir molestándolo al respecto pero el resto de nuestros amigos nos gritaron, llamando nuestra atención.
"¡Muchá! ¿Van a venir o qué?" Tardé más en voltear a verlos que Juanpa en correr en dirección a ellos.
Marica.
Los días pasaron y siempre que veía a Juanpa lo molestaba haciendo la seña de "Ven" con el dedo índice, simulando la estimulación de la próstata. Él se sonrojaba y me decía que no, pero sabía perfectamente que él sí lo hacía. Todo iba normal, hasta que un día, Jorge, mi mejor amigo en ese tiempo, me dijo que lo había hecho. ¡¿Él también?! No se conocían entre sí y ambos me estaban hablando de lo mismo.
Eso disparó mi curiosidad. Ese pensamiento empezó a rondar por mi mente, y cuando menos me di cuenta, estaba googleando sobre la estimulación prostática. Lo que leía me dejaba anonadado, me excitaba y me asustaba al mismo tiempo. "¡Me corrí sin siquiera tocarme!" "¡Estaba babeando de tanto placer que sentía!" Leía tantas cosas que despertaban en mí mucha excitación y curiosidad. No me conformaba con leer, necesitaba experimentarlo en carne propia.
Me informé lo más que pude; Asegurarme de estar limpio por dentro, usar mucho lubricante, tener las manos limpias y las uñas cortadas, etc. Estaba listo, tanto física como psicológicamente. Es mí cuerpo y lo voy a disfrutar en todas las medidas posibles. Encendí el agua caliente de la regadera [ducha] tal y como había leído y traté de relajarme, pero la adrenalina era tanta que hasta casi estaba hiperventilando. Dejé que el agua tibia cayera sobre mis nalgas y cerré los ojos. Separé mi culito y empecé a acariciar mi chiquito, cerrado por completo. En mi novatez intenté presionar un poco con mi dedo, intentando que entrara y ¡Ta-dá! entró.
¡Juepuuuuuuutaaa! ¡Qué dolor! A la mierda, ésto no es para mí. Saqué la pequeña parte de mi dedo índice que había logrado invadir mi trasero.
Quería hacerlo. Quería sentir lo que había leído que esos hombres habían sentido. ¿Pero cómo? Ni siquiera pude meterme la mitad del dedo. Ni loco le iba a contar a Juanpa lo que estaba haciendo… Bueno… Lo que estaba intentando hacer. ¡Jorge! Él sí me iba a ayudar. Terminé de ducharme y salí corriendo a mi habitación para agarrar mi celular.
"Jorge, lo voy a hacer. ¡Ayudame! ¿Cómo lo hiciste vos?" Le escribí en Whatsapp, un poco apenado por el tema que estábamos tocando pero igual… era Jorge, nosotros teníamos historia, ya hasta nos habíamos visto las bolas y demás. Inmediantamente supo de lo que estaba hablando. De hecho, él me había estado insistiendo en que lo intentara. La plática fue larga, me dijo cosas que ya había leído y muchas otras cosas que necesitaba saber, cosas que sólo alguien ya experimentado podría saber.
"…Y tenés que tener mucha paciencia, me llevó un tiempo pero después de unos 45 minutos de estar bombeando empecé sentir bieeeeeen nice"
"¿Te masturbaste, o eyaculaste sin tocarte?"
"Me masturbé un poco, pero no hay que hacer trampa. El punto es estimular tu próstata, no tu verga."
"Uhm… Ya… ¿Sólo usaste tu dedo?"
"Nel [No]… Usé mi dedo para acostumbrarme el chiquito a tener algo adentro, después usé un marcador, de esos de pizarra; son lisos, rectos, tienen un buen ancho y no tienen nada que te puedan lastimar… Nice…"
"¡¿Un marcador?! ¡Pero si apenas y pude meterme una parte del dedo!"
"Renato… Disculpá que te diga ésto pero ¡No me jodas! Todos los días te sale algo mucho más grande que tu dedo…"
¡Jajajá! Tenía razón, mi culito sí era capaz de abrirse a una anchura mayor que la de mi dedo, todo era cuestión de relajarme y enfocarme. Aún así, sentía que no me estaba diciendo todo pero bueno, mis ganas de sentir eso nice eran mayores que mis dudas. Al día siguiente alisté todo, esperando con ansias a que llegara la noche y poder gozar como nunca antes. Me duché y masajeé bien mi ano, enfocándome en las sensaciones nuevas. Hacía movimientos circulares, aplicando cada vez más presión para poder meterme el dedo.
¡Plop! Logré meterlo. Ahí estaba otra vez el dolor, pero ahora no iba a lloriquear, me tenía que aguantar como macho. El dolor se pasó más rápido de lo que pensé, ahora sólo sentía esa molestia de tener algo adentro.
Me recosté y levanté mis piernas sin sacar mi dedo. Seguí con los movimientos circulares y empecé a meter y sacar.
Uhm.. Bueno… No es "¡Wow!" pero se siente…bien… Aunque no lo suficiente como para excitarme…
A ver, intentemos con dos dedos… ¡Arrggggghh! Ok, ok, ok, sólo con uno por el momento.
Seguí por un rato acariciándome el culo con mi dedo, hasta que sentí que no se iba a oponer al marcador. Salí de la ducha y entré a mi habitación, donde ya tenía todo preparado: Papel higiénico, toalla, lubricante y el marcador.
Me acosté sobre mi cama y levanté las piernas. Ok. Me llegó la hora. Estaba ansioso, ya quería sentir rico.
Agarré el marcador, previamente esterilizado, y lo lubriqué con aceite de bebé. Lo acerqué a mi culo lentamente, pero el contraste de temperatura me sobresaltó. Estaba frío y mi cuerpo estaba caliente, y la fría noche no ayudaba mucho.
Suspiré y… ¡Zaz! Lo insarté de una. Sí, me incomodó un poco pero, gracias a la previa dilatación, el dolor fue mínimo.
Empecé con el famoso "Mete-Saca". Cerré los ojos y poco a poco me dejé llevar. Mi cuerpo parecía estar en modo "piloto automático", mi respiración se empezó a acelerar y también la velocidad con la que metía el marcador en mi culo. ¡Wow! Ésto sí lo estaba disfrutando. No emitía ni un solo sonido. No se escuchaba otra cosa más que el ruido de la televisión. Lo último que quería era a alguien de mi familia interrumpiendo este momento.
¡Realmente lo estaba disfrutando! Automáticamente me cambié a la posición "fetal" sin dejar de meter y sacar el marcador. Seguí dándome rápido y duro por un buen rato hasta que, de repente, sentí como algo venía bajando por mi culo. Me detuve por completo. Agarré papel higiénico y lo puse bajo mi culito. Para mi favor, no era nada desagradable… Pero era algo que me preocupó… Una mezcla de sangre y fluído gelatinoso, asumo que era el lubricante que me había quedado dentro. ¡Mierda! Me rompí el culo. Todo me pasa por andar metiéndome cosas aparte de mi dedo. Qué imbécil. Guardé todo, frustrado por la interrupción de esa sensación riquísima que estaba sintiendo.
Había pasado tanto tiempo masturbándome el culo que no me había percatado de lo hambriento que estaba. ¡Me ardía el estómago! Me cambié y bajé a traer algo para comer. Mientras comía, empecé a sentir mucho ardor en el culito. ¡Ouchhhhhhh! Jueputaaaaaa 🙁 Ya nunca me voy a meter algo en el culo. ¡ESO ME PASA POR MARICA!
Já, nunca hay que decir nunca. Jajajajá.
Al día siguiente me desperté con mucha molestia en el culo. Parecía como si un negro me hubiera cogido. Hasta me dolía sentarme. Al ir al baño a evacuar fue todo un castigo. Pero lo curioso era que trataba de recordar la sensación que invadía mi cuerpo la noche anterior mientras me estaba abriendo el culo con el marcador, pero no podía recordarlo; ¿Cómo era posible? Pasé más de una hora disfrutando de esa sensación y ahora no podía recordarla. Tenía que volver a hacerlo. NECESITABA volver a sentir esa sensación, pero había un problema, mi culito estaba resentido por la invasión de la noche anterior. Tenía que esperar unos días para poder intentarlo otra vez pero apenas y aguantaba las ganas de tener algo en mi culo, otra vez. La verga se me paraba con sólo pensar en volverlo a hacer. Esos iban a ser los días de rehabilitación más largos de mi vida.
Pasaron 3 días. Ya no aguantaba las ganas. Estaba subiéndome por las paredes de la lujuria que tenía. Era temprano por la mañana y todos en mi casa se habían ido. ¡Perrrrrfecto! Culito sanado y casa sola. Me metí corriendo al baño con el marcador en mano. Me acomodé en la tina y empecé a jugar con mi culito, nuevamente con mi dedo. Cuando sentí que ya estaba listo agarré el marcador y ¡Para adentro! jajajá. Empecé con el mete-saca y a los pocos minutos ahí estaba otra vez, esa hermosa sensación que tanto había anhelado sentir.
Levanté más mis piernas y me dejé llevar. El agua corría por la parte superior de mi cuerpo, mientras éste era invadido por escalofríos y una sensación fría pero muy, muy placentera. El aire me empezó a faltar, pero no me importaba. Automáticamente empecé a pujar, tenía contracciones en el abdomen bajo, en el perineo y en el culito. Sentía cómo mi cara hacía gestos involuntarios de placer, muy parecidos a éste:
Con respecto a mi verga: No, no estaba erecta, pero el glande estaba inundado de líquido preseminal. Mis pies se enrollaban del placer que estaba sintiendo. Pequeños gruñidos se escapaban de mi garganta, eran como sonidos guturales involuntarios, reflejos de lo mucho que estaba gozando. ¡Quién lo diría! Tenía un culo gozón y nunca me había enterado. Seguí cogiéndome el culo por más de 45 minutos hasta que sentía que mi verga iba a explotar. Aumenté aún más el ritmo del mete-saca y ¡Pum! Empecé a orinar como caballo.
Vaya… No era lo que esperaba, en lo absoluto. Tenía tantas ganas de eyacular pero no salía nada más que líquido preseminal y orina. Lo volví a hacer, volví a aumentar la velocidad y ahí estaba otra vez esa EXQUISITA sensación, entraba en un frenesí metiendo y sacando hasta que nuevamente lanzé chorros de orina. Estaba frustrado, ¡Quería eyacular! Así que me dejé el marcador adentro del culo y me empecé a masturbar. En menos de 5 minutos ya estaba lanzando chorros y chorros de semen. Rápidamente, todo el semen en mi pecho se mezcló con el agua y un hormigueo recorrió todo mi cuerpo. Fue tanto el placer que tuve que sin darme cuenta de lo fuerte que estaba jalando el colgador (Ese tubo donde se cuelgan las toallas) que éste se rompió y un pedazo pequeño de cerámica quedó incrustado en mi pecho, el cual ahora estaba sangrando.
¡Bueno, al menos no me está sangrando el culo! Jajajá.
Demás está decirles lo que pasó de allí en adelante así que aquí concluyo mi relato. Tuve que inventarme una excusa para decirle a mis papás de cómo se había roto el colgador. Jajajajá.
Información extra (No lo mencioné en mi relato ya que, en mi opinión, es información irrelevante a lo sucedido):
Tengo 20 años. Ésto me sucedió hace poco más de un año.
Soy de tez blanca, muy muy blanca. Mido 1.78 mts y peso 150 lbs.
Guatemalteco.
Y decidí compartir mi experiencia porque tengo mucho tiempo libre por ahora y decidí disfrutarlo al máximo.
Les agradezco a los que se tomaron el tiempo de leer mi relato, mi experiencia. Sé que me extendí un poco, así que me gustaría saber si les gusta mi forma de redactar. ¿Me extendí demasiado? ¿Demasiados detalles? Díganme lo que piensan. ¿Alguna recomendación?
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