Mi Primera Vez Con Una Prostituta (Parte I)
Mi primera cita con una prostituta real.
Como ya he dicho en relatos anteriores, mi fetiche son las mujeres viejas, siempre lo han sido. A mis 23 años, estudiando y contando con un trabajo que me permitía hacer ciertas cosas, conocí a la primera prostituta con la que tuve sexo. Se hacía llamar Claudia. Fue un día Viernes que la llamé para preguntar por sus servicios. Los avisos en el diario sólo daban cuenta de mujeres de entre 18 y 29 años; yo quería una más vieja. Por eso cuando leí «Madurita de 46 años. 20 mil pesos la hora. Servicio básico», la verga se me paró inmediatamente. Esto fue en el año 1995 más o menos. Los celulares eran escasos y las llamadas eran más caras. Así es que la llamé desde el teléfono de mi oficina. No tenía una extensión fija, por lo que las llamadas simplemente no podían ser rastreadasd, e incluso podía hacer llamadas de larga distancia dentro del país…cosa que también aproveché muy bien y que les contaré en otro relato.
– ¿Hola? Llamo por el anuncio del diario…
– Hola. Mira, es lo que dice: 20 mil la hora servicio básico.
– ¿Qué significa lo de «servicio básico»? Disculpa, pero es primera vez que llamo por servicio.
– Ah, bueno. No te preocupes. Significa: besos como de polola, sexo oral, tocaciones y sexo vaginal con preservativo. Todas las veces que puedas acabar en una hora.
– ¿Trabajas los Domingos en la tarde? Tengo muchas ganas de estar con una madurita, pero no voy a tener tiempo hasta el Domingo.
– Llámame el Domingo en la mañana entonces y fijamos una hora; ¿te parece?
– Hasta el Domingo….
Seguro pensó que no iba a llamarla. Pero lo hice. La llamé cerca de medio día.
– Hola. hablé contigo el Viernes, para ver si nos podíamos ver hoy.
– Ah, sí. Me acuerdo de ti.
– ¿Te parece que nos juntemos a las 17:00 en el café XXXXX? Necesito saber algunas cosas primero. Igual te voy a pagar esa hora.
– Ok. A las 17:00 en el café XXXXX. ¿Cómo te voy a reconocer?
– Ah, claro. Voy a ir vestido de negro: jeans, zapatos, polera. Voy a estar leyendo una revista Conozca Más.
– OK. ¿Este es el número de tu celular? Para llamarte en caso de que me atrase un poco.
– Si. Es mi número. Me llamo ZZZZZZZ, ¿y tú?.
– Claudia. Nos vemos a esa hora. Tengo que cortar. Chao.
Llegué al café unos 10 minutos antes. Pedí un agua mineral y me la tomé casi toda de un sólo viaje. Estaba nervioso. El acostarme con una mujer madura, con una vieja, era una fantasía que tenía desde que me masturbaba oliendo los calzones y sostenes de una prima de 30 años….yo tenía 8 años en ese momento. La idea de meterle la pichula en la boca, chuparle las tetas y meterle los dedos a una concha peluda y canosa me calentaban a mil. Traté de seguir leyendo la revista. De pronto, la vi entrar. Supe que era ella porque se detuvo en la entrada, miró como buscando a alguien, me vio y enfiló hacia mi mesa.
– Hola. ¿Eres ZZZZZ?
– Hola Claudia. Por favor, asiento.
Era bajita. De aproximadamente 1, 60 cms. pelo crespo, obviamente teñido de castaño, unas tetas enormes, acinturada, pero rellenita, unas caderas no muy anchas, pero un culito pequeño y levantado. Usaba anteojos ópticos, una camisa floreada en tonos de café, pantalón de tela negro y zapatos negros sin tacos.
Le pasé la revista y le dije:
– Vas a encontrar algo interesante en la página 34. Sacó los 20 mil
disimuladamente y los guardó en la cartera. –
-¿Te sirves un café o algo?
– ¿Nos vamos a quedar aquí? Pensé que querías un servicio.
– Si, lo quiero; y ahora que te vi, lo quiero aún más. Pero primero quiero conversar. ¿Está bien?
– Es tu plata. Si quieres conversar, entonces conversamos.
Le pedí un café y un pastel. Pedí otro café para mi.
– Mira – le dije – Yo soy un tipo bien degenerado, Tengo fantasías que después de imaginármelas, a veces me dan asco. Tengo poca experiencias con mujeres y mi fetiche son las maduras. Y tengo esta fantasía que obligo a una tía a convertirse en mi esclava sexual para no decirle a mi tío que le fue infiel con un hombre que vive cerca del departamento y que tengo evicdencias de eso y blah, blah. Entonces, yo quiero llevar a cabo esas fantasías.
– Qué imaginativo…Mira, hay cosas que yo no hago. Número uno, no me como la caca de nadie ni dejo que me caguen encima, dos, no dejo que me amarren o me golpeen con objetos que me vayan a dejar marca. Y tercero: no me como el semen. Si quieres acabar en mi boca puedes hacerlo. Pero lo voy a escupiir en una servilleta, o en mis manos o en mis tetas o en tu boca, o donde tú quieras, pero no me lo voy a comer. Para todo lo demás, se conversa el precio.Si tú quieres que yo sea tu tía, entonces soy tu tía, si quieres que tu tía sea una puta sumisa que apenas hable: hecho. Si quieres que tu tía sea una puta calentona que le gusta que la usen, entonces me convierto en eso.
– Perfecto. Entonces, con el dinero que te pasé; ¿puedes ser mi tía?
– Encantada….»sobrino degenerado», jejejejeje.
Terminamos los cafés y partimos a un motel en el centro. caminamos en silencio hasta llegar. Ingresamos a la habitación. Ya habíamos perdido casi 45 minutos. Se me acercó, me abrazó y me metió la lengua en la boca. Le besé el cuello, le lamí las orejas y por supuesto, le manoseé las tetas por encima de la camisa y el culo por encima del pantalón. Iba a comenzar a desvestirse.
– No te desvistas aún. Yo primero. Una vez desnudo, nos abrazamos de nuevo, esta vez, ella me agarró la verga y comenzó a sobarla suavemente.-
Dime sobrino, ¿cómo vas a castigar a la puta infiel de tu tía hoy?. – Y nos volvimos a besar. Me senté y le dije:
– Desvístete puta culiá….desvístete y muéstrame lo que voy a comerme. Lo hizo rápidamente y comenzó a tocarse y a quejarse como si le gustara. Era toda una profesional.
– ¿Qué le vas a hacer a tu tía?
– Súbete a la cama y gatea. Quiero ver cómo se mueven esas tetas. Me estaba pajeando con la mano ya completamente húmeda con mi líquido seminal. Le apretaba las tetas con la otra mano y ella gemía.
– Respeta a tu tía sobrinito….¿Por qué me haces esto? – Casi no podía aguantarme. Finalmente, le agarré el pelo y le restregué el pico en la cara y acabé ahí. No pude aguantar más.
– Ahhhhh…..ahhhhh…ahhhhh….conchesumadre….qué rico….
– Mmmmmm….dale, déjame a mi……- Y siguió pajeándome. Habitualmente tiro tres descargas, pero Mónica (su verdadero nombre) se metió la pichula a la boca, se la pasó por la lengua y me la sobó dos o tres veces más. Y ahí hubo una cuarta descarga que le dio directo en la boca. Siguié sobándome la tula mientras guardaba mis mocos en su boca. Me tendí reclinado contra el respaldar de la cama y ella no me soltaba la tula. Se escupió un poco de semen en las tetas y el otro poco en la mano que usaba para sobármela.
– El moco me deja las tetas suavecitas…mmmmmm.
– Lo siento. Estaba muy caliente, tú estás muy rica y no me pude aguantar…..
– Oye, oye….tú estás pagando por tu placer. No soy tu polola para que te preocupes del mío. Si te da placer metérmelo en la boca o en la concha o el culo y acabar ahí, hazlo. Si prefieres pajearte o que yo te haga la paja, hagámoslo así. Yo soy tu empleada. Si te calienta ver una porno de enanos mientras te pajeo jajajajajajaja, entonces hazlo. Mi trabajo es darte placer.
– Ya pasó la hora.
– Sí, ya pasó. Voy a lavarme la cara y vuelvo. Tú relájate y no te sientas mal. Acuérdate que «soy tu tía puta personal». Cuando volvió del baño, me pilló oliendo su sostén. Para ser más específico, la parte que pasa por dejalo de las axilas. Me estaba pajeando.
– Uy…a mi sobrino lo calienta el olor de las axilas de la tía….venga a olérselas. – Levantó su brazo izquierdo para que la oliera y me agarró la pichula que otra vez estaba dura. Como ella comenzó a pajearme, aproveché de apretarle las tetas.
– mmmmmffffmmmmmm….están hediondas tía, tus axilas están hediondas….mmmmmmfffffffffff, seguro por andar todo el día de bar en bar buscando hombres para culiar, cierto??? mmmmmffffffffff
– Huele sobrino, que tu tía se va a cupar de andar siempre hedionda para darte placer.
La empujé a la cama y quedó tendida, me puse sobre su lado derecho y comencé a pajearme restregándole la pichula en la axila.
– Sí….sí….maraca re culiá….te voy a moquear las axilas….ahhhhhh….mmmm
– Ayyyyyyy….mi sobrino es un degenerado!!!! Moquéamela, quiero oler a tus mocos para que todos sepan que abusas de tu tía….- Mientras decía esto me miraba con cara de ofendida. Pero un brillo en sus ojos me decía que le gustaba…Finalmente acabé en su axila izquierda.
– Ahora yo me calenté….- Me dijo acomodándome de espalda en la cama y metiéndose mi pichula en la boca……
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