Mis Buenos Inicios
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Miguel y actualmente tengo 44 años. Estoy casado y tengo 2 hijos. Soy de una provincia del Norte de Argentina. Soy el mayor de 3 hermanos. Cuando tenía 10 años, mis padres se separaron. Mi Madre era Docente y mi Viejo trabajaba en el Sur de nuestro país, por lo que pasaba casi siempre fuera de nuestro hogar, ocasión (por lo que me enteré mucho después) mi Madre aprovechaba para salir con otros tipos.
Se enteró mi Viejo y el matrimonio se terminó. Él se fué de la casa para quedarse a vivir en el Sur y los tres hijos nos quedamos con mi Madre. Mi Vieja, como ya lo mencioné, era Docente y como enseñaba en varios Colegios, no estaba en todo el día en la casa, por lo que casi siempre nos cuidaba alguna empleada doméstica (no duraban mucho porque mi Vieja no les podía un buen sueldo).
Con mis hermanos íbamos a la Escuela a la mañana y para la tarde, ya estábamos en la casa. Después de hacer las tareas escolares, nos íbamos a jugar a la calle. Con mis 10 años ya empezaba a sentir curiosidad por el sexo y coloqué los ojos sobre las mujeres que estaban cerca de mi entorno (en mi Colegio no tanto porque era solo para varones) y ellas fueron las empleadas domésticas: no importaba la edad o color de piel, solo quería verles algo.
Les miraba los pechos o sus culos por sobre la ropa. Me las arreglaba para quedarme con ellas solo para verlas, mientras mis hermanos se iban a jugar. Les pedía ayuda en la tarea escolar solo para sentir en mi espalda el roce de sus tetas, o mientras planchaban la ropa, por cualquier motivo pasaba por detrás de ellas para rozarles con lo que sea sus culos. Me las ingenié para armar una especie de escalera para llegar hasta una ventanilla interna del Baño, la cual siempre permanecía abierta y poder verlas cuando entraban en él.
Disfrutaba verles la concha o el culo desnudos en esos momentos fugaces. Un día una de ellas aprovechó para darse una ducha y fué la primera vez que ví un cuerpo desnudo femenino en mi vida. Eran momentos de mis primeras masturbaciones. Esas tardes eran mi gran momento para esa edad. Pero cuando mi Vieja llegaba de trabajar, ellas se retiraban. Mirábamos algo de televisión, luego la cena y a dormir. Eran los años 80. No había mucho que hacer.
A la medianoche, solía levantarme de la cama para ir al Baño y veía a mi Vieja trabajando con sus trabajos de la Escuela. Mi madre en esos tiempos tenía unos cuarenta años mas o menos. Eran una mujer de tez blanca (la rama de su familia era de ascendencia española) y muy atractiva. Recuerdo que tenía unos generosos pechos y parecía tener un buen culo. Trabajaba hasta muy tarde y cuando la vencía el sueño, se acostaba vestida en un sillón que había en esa Sala.
Ir al baño y encontrar a mi Madre durmiendo a la luz de una lampara tenue era una costumbre. Pero cierta noche…una de sus piernas estaba como un poco levantada, su vestido se había levantado y dejaba ver la pierna hasta casi su bombacha. Fué un momento excitante para mí. Mi respiración se aceleraba a medida que podía ver esa pierna más de cerca. Mi excitación era terrible. Empezé a ver a mi Madre con otros ojos a partir de ese momento. Comenzé a hacer las mismas cosas que hacía con las empleadas domésticas. Trataba de rozarla para sentir su cuerpo, abusaba de los abrazos y la veía en el baño cuando entraba en él.Solo esperaba que llegara la noche y que ella se durmiera en ese bendito sillón para acercarme y tratar de ver algo.
Con mucho cuidado apoyaba mi mano en su pechos para que no despertara y los sentía duros y turgentes. Notaba que no tenía puesto corpiño. Corría parte de su vestido para verle la concha y muchas veces lo lograba y quedaba viendo la parte de su concha tapada por la bombacha. Recuerdo que incluso podía oler su entrepierna. Hasta que una vez se quedó dormida con un Jean (me tuve que olvidar de poder su entrepierna) y una camisa.
Como siempre intentaba tocar y sentir sus pechos, pero junte coraje y con mucho cuidado, desabroché uno a uno los botones de esa camisa y sus pechos desnudos no tardaron en aparecer ante mi vista. Masturbarme mientras tenía la vista a centímetros de esos pezones rosados y sentir como la pija me explotaba en mis manos fue Único. Jamás olvidaré esa sensación. No me animé a tratar de chupar esas tetas.
Con el tiempo, mi Madre empezó a salir con varios tipos, los cuales los Sábados a la noche la venían a buscar para ir a bailar, así que quedábamos al cuidado de alguna empleada doméstica, las cuales "sometía" al mismo trato de que cuando dormía mi Vieja. Pero un Sábado a la noche, sucedió algo que cambió mi Vida para siempre. Mi Vieja no salió porque se quedo con su pareja, un tipo llamado Alberto, compañero docente de ella, para ayudarla con algunos trabajos. Con mis hermanos nos fuimos a dormir luego de una entretenida cena. Fiel a mi costumbre, me desperté después de medianoche para ir al Baño e iniciar el rito de espiar a mi Madre pero no la encuentro en el sillón.
Me dirijo a su dormitorio, el cuál poseía una ventana interna que daba a un pasillo de la casa y que por a través de una rendija podía verse el interior (ya lo sabía porque por ahí la espiaba a mi Madre también) y puedo observar…a ella completamente desnuda, un físico impresionante, en cuatro patas en la cama y su pareja cogiéndola por detrás. Mi excitación era terrible pero el climax fué cuando Alberto sacó la pija de su concha para acabar. El tamaño de esa pija era enorme y verla largar leche que mi Madre rápidamente se encargó de tomar en su boca, hizo que yo llegara también a mi orgasmo.
Esa visión me marcó para siempre. A partir de ese momento, cada vez que me masturbaba era recordando esa pija y en la boca de mi Madre. No sabía que era sentimiento pero me lo reservaba para mí, nada más. Cada vez que Alberto venía a casa (lo cuál empezó a ser más habitual) ya sabía que aunque sea desde lejos podría ver esa pija de nuevo. Una noche, mi Abuela sufrió un problema de salud y tuvo que ser internada. Ante el apuro y sin posibilidad de que alguien nos cuidara a mi y a mis hermanos, Alberto, que a esas alturas ya nos caía bien, se ofreció a hacerlo, para que mi Vieja pueda ir a cuidar a su madre en el Sanatorio.
Esa noche comimos unas pizzas y nos quedamos viendo unas películas alquiladas hasta tarde. Mis hermanos menores se fueron a dormir y Alberto me pregunta si quería ver otra película y que era medio fuerte. Respondí que sí. La película era porno y todavía me acuerdo su nombre:"Taboo". Era una película sobre Incesto. Me puso a full pero trataba de disimularlo. La vimos toda y recuerdo que no hablábamos casi nada. Pero yo observaba que de vez en cuando con mucho disimulo trataba de acomodarse la pija. Pero jamás insinuó nada. Cuando terminó la película, le dije que me iba a dormir. A pesar de estar excitado también estaba cansado. Eran como las 4 de la mañana.
El se quedaría a acomodar algo y también se acostaría. Me dormí enseguida sin posibilidad de masturbame. Mientras dormía…algo me despertó. Recuerdo estar boca abajo, destapado (hacía algo de calor) y que me estaban pasando la lengua por mi culo. La sensación era indescriptible. No quise abrir los ojos. Solo quería seguir disfrutando de eso que era nuevo para mí. Me dí cuenta que tenía el calzoncillo a la altura de mis rodillas. La pija se me paró de inmediato. Esa persona, que yo sabía que era Alberto me metía la lengua en el culo de manera frenética. lo tenía todo mojado de saliva.
En un momento me dí cuenta que podía llegar a penetrarme con su pija (que si bien me atraía pero yo no quería ser putito, quería ser machito) así que haciéndome el dormido me dí vuelta y me puse boca arriba para salvar mi culo de una penetración. Pero mi pija erecta quedó al descubierto. Erróneamente pensé que Alberto se iba a retirar y mas tarde me iría al baño a masturbarme pero…no. Siento que Alberto empieza a chuparme mi pija de 10 años de edad.Me encantó. Era algo hermoso y delicioso.
Lo hizo durante un largo tiempo y me costaba hacerme el dormido, hasta que no pude más y empezé a acabar. Lo escuchaba gemir mientras le llenaba la boca con mi leche que no dejó escapar ni una gota. Luego el silencio. Pero después de un corto tiempo, siento una presión en mis labios, por la oscuridad no podía ver nada y creí, tontamente que eran sus dedos pero era su pija tratando de ingresar a mi boca.
En un principio no la abría pero podía sentirla y hasta olerla, y nuevamente me excité. No me daba asco ni la rechazaba, por lo que dejé que entrara a ella y de a poco empezó a entrar y salir sin que yo la chupara para no revelar que estaba despierto y que de alguna manera disfrutaba ese momento. Cuando me dí cuenta que iba a acabar, y estaba dispuesto a recibir su leche para probar su sabor, la sacó de golpe y acabo en su mano cerrada, con un gemido contenido. Solo atiné a darme vuelta y fingir dormir, pero luego de tan terrible acabada mía, me quedé profundamente dormido. La historia continua.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!