Paja al costado de la ruta

Soy un chico de 21 años. Alto, atlético (entreno en el gym) y tengo una pija de 17 cm. En mi vida diaria soy muy tranquilo y correcto pero secretamente tengo un morbo que me gusta explorar de vez en cuando. Esta es un relato que trata una de esas tantas experiencias morbosas..
Esto ocurrió hace unos años pero fue una de las experiencias más morbosas que tuve en solitario. Tendría unos 18 años, aproximadamente. Desde chico descubrí que me gustaba mucho la sensación que me producía masturbarme en lugares públicos. Jamás era la idea que alguien me viera, solo quería hacerlo porque calentaba mucho sentir que estaba haciendo algo prohibido y que estaba mal. Además, el riesgo de que alguien me pueda ver, me calentaba muchísimo. Pero jamás quería que eso pasara.

Había empezado haciéndome la paja en el patio de mi casa y de a poco iba experimentando un poco más lejos, en otros lugares, probando cosas nuevas. Tengo muchas experiencias de ese tipo pero la que voy a contar a continuación, es una de las que más recuerdo.

Una tarde de verano, salí a andar en bicicleta por la ruta. Me puse mi musculosa deportiva blanca, un short de playa negro y mis zapatillas deportivas. No quería usar ropa interior, así que salí así. El trayecto lo hacía desde mi casa hasta una especie de casa abandonada que había en el medio de la ruta. Era como una especie de parada, nunca supe con qué fin la habían utilizado antes. Detrás de ella, había una especie de estacionamiento y atrás un campo. Por delante, estaba la ruta con dos manos y decenas de autos, camiones y motos que iban y venían. En ocasiones, también otros ciclistas como yo. Ese «estacionamiento» solía ser un buen lugar para que los autos paren a descansar en el medio del campo. Con esto quiero decir que era un lugar que podía ser tranquilamente transitado.

Cuando llegué, cansado del trayecto, dí la vuelta por esa parada para descansar un rato en la parte de atrás. Hacía mucho calor. Apoyé mi bicicleta contra la pared y me senté en el piso. Escuchaba como el tránsito pasaba a toda velocidad por atrás. Miraba hacia delante, veía campo. A lo lejos, una casa. A la izquierda, veía ruta a lo lejos. No había forma de que alguien me viera. El problema era a la derecha: la ruta no seguía derecho, sino que se curvaba y desde esa curva, alguien podía llegar a tener la posibilidad de verme, pero desde muy lejos. El calor me llevó a sacarme la musculosa completamente transpirada y dejarla a un lado. En ese mismo momento pensé «¿por qué no?»

Lentamente, empecé a tocarme el bulto. De a poco, fue creciendo hasta que mi pija se puso completamente dura. Estaba sentado contra la pared y con las piernas abiertas, como se sienta cualquier hombre. Así que me animé a sacar la verga por el costado del short. Solo jugaba. Hasta que de a poco, ese manoseo se transformó en agarrar mi pija con toda mi mano y empezar a masturbarme. Estaba muy excitado, la situación me excitaba. Estuve un buen rato pajeándome con la pija saliendo por el costado del short. Estaba muy transpirado,  el pre semen salía de mi verga y la lubricaba. En cualquier momento, un auto de la ruta podía desviarse y estacionar detrás de la parada. Quedaría expuesto pero no me importaba, seguía porque estaba demasiado caliente como para poder parar.

Después de estar pajeándome un buen rato, decidí llevar las cosas al siguiente nivel. Me saqué las zapatillas y las hice a un lado, en el mismo lugar donde había dejado la remera. Me toqué un poco más y finalmente decidí sacarme el short y dejarlo en el mismo lugar que el resto de la ropa. Estaba completamente en pija en la ruta con mucho tráfico pasando por detrás (que no podía verme pero estaba la posibilidad de que en cualquier momento lo hiciera). Me imaginaba a la gente manejando tranquilamente sin saber que detrás de ese lugar había un pendejo en pelotas haciéndose una paja. Eso me calentaba. Me sentía un poco pervertido pero me gustaba estar desnudo, transpirado con el sol dándome de lleno en todo mi cuerpo y pajeando mi chota de 17 cm que estaba durísima.

Estuve pajeándome desnudo un buen rato hasta que finalmente y sin pensarlo, acabé unos cuántos chorros de leche mientras gemía fuertemente y sin vergüenza. Cuando terminé, me dí cuenta de la situación: estaba completamente desnudo en el medio de la ruta, con mi verga en la mano y el abdomen cubierto en leche. Me vestí, me limpié con papel higiénico que había llevado y tomé el camino de regreso a mi casa. Nadie me vió o por lo menos, si alguien llegó a verme, no me percaté.

Fue muy excitante.