Paja Cruzada
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Chaketo.
Estando en la universidad tuvimos que hacer un viaje escolar para asistir a un congreso, jamás imagine lo que pasaría dentro del autobús. Me llamo Rodrigo y soy un chico de cuerpo normal, me ejercito de vez en cuando pero no exagerare diciendo que tengo cuerpo de modelo o algo parecido, tengo cuerpo normal ni gordo ni flaco, lampiño y solo tengo vello en axilas, piernas e ingle.
En el autobús me toco sentarme con mi mejor amigo Emilio, un chico alto de piel blanca, lampiño con algo de barba de hace días, ya antes habíamos tenido oportunidad de compartir una paja después de una noche de copas pero nada fuera de lo común. Decidimos sentarnos en el último asiento, lejos de los profesores con nuestro grupo de amigos, yo iba en el asiento del pasillo y Emilio iba del lado de la ventana con sus audífonos puestos.
Al principio todos bromeábamos en el autobús, algunos iban escuchando música, otros platicando y así continuo nuestra tarde durante el viaje hasta que se hizo de noche y los ronquidos de la mayoría no se hicieron esperar.
Me había quedado dormido un buen rato pero me despertó un movimiento de brazo que yo conocía muy bien, entreabrí los ojos para aparentar seguir dormido y vi que Emilio se sobaba la verga sobre el pantalón, el muy cabron había puesto un video porno en su celular y se la iba sobando.
Nuestros amigos dormían plácidamente, algunos hasta estaban roncando. Mi amigo continuaba sobándose el paquete por encima del pantalón hasta que llegó un momento en el que yo creo que fue mucha su calentura y comenzó a desabotonar sus jeans, bajo su cierre y con cuidado de no ser visto se sacó la verga.
Como dije ya se la conocía, un trozo de carne de 18 cms, con una capucha cubriéndole el glande y una mata de pelos ya que no le gustaba recortarse el vello. Su mano subía y bajaba recorriendo cada parte de aquel pedazo, se lamia unos cuantos dedos y se masajeaba el glande.
Abrí los ojos de golpe para verlo en plena acción, a estas alturas yo ya estaba con la verga durísima, él lo noto y solo me sonrió, me hizo una seña de que guardara silencio y en voz baja le dije:
-Eres un cabron.
-Me he puesto duro con este video.
-Qué clase de amigo eres que no me invitaste a verlo.
El seguía masajeándose la verga sin pudor por lo que baje un poco mi pantalón deportivo y me saque mis 19 cms de verga, a diferencia de mi amigo yo si suelo cortarme el vello por higiene pero tampoco me gusta dejarla pelona, me gusta tener algo de vello ahí abajo. Con una mano me pele toda la verga dejando ver que la tenía bien lubricada. Mi amigo y yo nos masturbábamos lentamente mirando el video aunque de a veces le miraba también la pija durísima con las venas bien remarcadas.
En el video se podía ver a una pelirroja como disfrutaba una orgia siendo penetrada por todas partes, la verdad es que me causaba más morbo y excitación estar en esta situación con mi amigo y que nos pudieran descubrir que el pinche video.
Yo cambiaba de mano para jalármela o usaba técnicas que había visto por internet para chaquetearme y Emilio trataba de imitarlas viéndome, llego un momento en que sentí como su mano rozaba con mi mano libre hasta que la tomo y la acaricio, me arme de valor y puse su mano en mi verga a ver si se animaba a cascármela.
Y al parecer fue más la excitación porque Emilio tomo mi verga con su mano y lentamente empezó un sube y baja, despacio, apretando mi miembro, pasando su pulgar sobre mi glande, yo me dedique a hacerle lo mismo a su pito, masturbándolo lentamente ya ni le prestábamos atención al video los dos estábamos centrados en hacernos sentir placer con esa chaqueta cruzada.
Escupíamos en nuestra mano y volvíamos a tomar cada uno la verga del compañero, lo estaba disfrutando y tenía que contener mis gemidos de placer pues la situación y la mano de mi amigo me estaban dando una sensación placentera que disfrutaba con cada jalada de verga.
Estaba a punto de venirme y sentí que el también pues su verga palpitaba al igual que la mía, ni Emilio ni yo detuvimos nuestras manos y continuamos con la paja cruzada hasta que él se corrió en mi mano y yo en la suya tratando que nuestra lefa no brincara tanto y terminara manchando algo.
Sentía la leche de Emilio en mi mano y sin reparo la lleve a mi boca para probarla, tenía un sabor rico, algo amargo, sabor a macho. Creí que él no se iba a animar a hacer lo mismo pero me sonrió y llevo su mano a su boca tragando toda la leche que tenía en su mano, chupándose los dedos hasta dejarlos limpios cosa que yo también hice.
-Pinche Emilio chaquetón.
– Mira quien lo dice, si me has hecho la mejor jalada de verga de mi vida.
-Y podemos repetirla cuando queramos.
-Me parece bien.
Cabe destacar que una vez llegando a nuestro destino nos tocó compartir cuarto y nos volvimos a masturbar mutuamente, después de eso nos volvimos compañeros de pajas durante ese semestre, aprovechábamos cualquier momento para juntarnos hasta que un día simplemente dejamos de hacerlo y nuestras reuniones pajeras se convirtieron en solo un bonito y caliente recuerdo.
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