Pastor de Adolescentes III: Siendo el Mejor
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por elgoot.
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Algunos días después…
?¡Jon! Gracias por venir a mi casa por la visita.
?¿Hice algo malo para que me llamara? ?dijo Jonathan González.
?Tu madre me llamó y me dijo que encontró, y la cito: “objetos que sólo pueden significar que mi hijo sigue pecando.”
?¡Oh, no! Encontró la telita que uso para limpiar mis mecos.
?¿Es que en verdad no entendiste nada de lo que hablamos? ¡Masturbarte en tu casa es pasar los límites! ?lo miré a los ojos y esperé que asintiera ?Jon, no me escuchaste la vez pasada… ¡eres un tonto!
?Claro que lo hice, sólo que pensé que podría hacerlo si estaban dormidos.
?¡Y te diste cuenta que estuvo mal hasta que tu madre te descubrió!
A veces soy algo duro con los chicos, pero él necesita aprender su lugar y a dónde venir por consejos.
?No puedes dejar rastro de nada, Jon. ¡Nada! Así que te masturbarás en el baño para echar tu semen al excusado, o en un baño de la escuela, o puedes venir aquí y todo bien. Tus padres esperan que yo te sermonee, así que venir aquí es un buen lugar para masturbarte.
?Lo siento, Pastor del Valle, en verdad lo lamento ?dijo Jon con sus ojos conte-niendo lágrimas.
?Está bien, Jon, eres un buen chico, pero como ya te dije, tus padres no entienden y apuesto a que tu novia no te está ayudando mucho, ¿verdad?
?No, ayer se sentó en mis piernas en clase y se empezó a mover. ¡Hizo que me co-rriera en mi bóxer!
?Suena como si quisiera que te la cogieras ya.
Jon dijo que sí con la cabeza y pude notar un bulto creciendo en sus shorts.
?Quiero que seamos amigos, Jonathan, y los amigos se ayudan mutuamente. Pare-ce que necesitamos prepararte para el sexo, para que saliendo de la preparatoria te puedas casar y ser un tigre en la cama.
Jon tenía una mirada algo espantada, pero la idea del sexo lo hacía parecer también muy, muy intrigado. Podía leer sus expresiones muy fácilmente.
?Así que, ¿qué tal la masturbación? ¿Te gustó el punto que te enseñé a estimular la vez pasada?
?Está bien ?dijo Jon mientras bajaba su cabeza para mirar el piso.
?No te avergüences ?dije mientras empecé a desvestirme y revelar mi piel desnu-da. ?¿Cuánto es lo más que has durado hasta correrte?
?Como diez minutos.
?Jon, te voy a ayudar a romper esa marca y cuando terminemos vas a tener un or-gasmo que te volará la cabeza. ¡Ahora desnúdate!
Jonathan se desnudó rápidamente, exponiendo su joven y musculoso cuerpo. Nos sentamos en el sillón masajeando nuestras vergas hasta que estuvieron duras.
?Se siente bien, ¿no? ?dije, ?sólo sigue jalándotela rico, pero avísame cuando estés cerca de venirte.
?Ok, Fer.
Cada uno estaba acariciando su piel y moviendo nuestras manos por nuestros cuerpos, yo lo escuchaba gemir y decir el nombre de su novia mientras se mastur-baba su joven verga. Me encantaba ver el aroma de su cuerpo y la manera en la que arqueaba la espalda mientras enfocaba toda su atención en su polla.
?¡Ya viene!
?Deja de tocarte y siéntate, deja que pase la sensación, luego empieza a masturbar-te de nuevo y cada vez que sientas que te vas a venir, detente.
Jonathan jadea por aire cuando la necesidad de correrse inunda su cuerpo, soltan-do su verga. El momento pasa y empieza rápidamente de nuevo. En poco tiempo, la sensación inunda su cuerpo de adolescente y tiene que detenerse de nuevo. Su ver-ga ya está durísima y derramando el pre-semen.
?Necesitas tomarte tu tiempo, Jon, no sólo se trata del orgasmo, sino de disfrutar el momento. ¿Te importa si te muestro? Para que sientas bien… como debe de ser.
?Es… está bien, creo.
Tomo con delicadeza su verga, sintiendo su calor llenando mi mano y aprieto alre-dedor de la cabeza. Jon está como loco y su verga quiere escapar, pero no puede, porque mi mano la tiene aprisionada. Con mi otra mano empiezo a frotar el glande con movimientos circulares. Jon empieza a estremecerse y yo sigo frotando hasta que siento la respiración errática y su espalda arqueándose al extremo. Me detengo.
?¿Te gusta eso?
Jon asiente, mojándose los labios con su lengua. Cuando es seguro seguir, tomo su verga y empiezo a frotar toda su tranca arriba y abajo en movimientos largos y len-tos, subiendo hasta su punta.
?¿Te gustaría que toque otros lugares?
Jonathan piensa y jadea, mientras mi mano sigue masturbando su verga. Subo mi mano izquierda para pellizcar ligeramente un pezón, y veo cómo le encanta. En-tonces, empiezo a acariciar con mi mano todo su cuerpo y su piel, sintiendo cada músculo y viéndolo tambalear de éxtasis. Cada vez que está a punto, me detengo y luego lo llevo más lejos. Ahora enfoco mi energía en su ingle, masturbándolo mien-tras juego con cada testículo, luego froto su perineo e incluso el inicio de su ano. Jon tiene escalofríos y gime mientras yo toco cada parte de su cuerpo. Siempre mencionando el nombre de la chica, rogando follársela y llenarla de su leche.
Por cuarenta y cinco minutos continuamos con el jugueteo. Ahora la verga de John está casi morada y rogando ser liberada de su extática tortura. Cada vez que lo toco ruega por correrse.
?¡Por favor, Ferdinando! ¡Yaaaa!
Lo escuché gritar mi nombre y luego lo dejé tocar su verga de nuevo para sentir un monstruoso, grande y delicioso orgasmo inundando su cuerpo. Sin manos, empiezo a eyacular chorros de leche del éxasis que me provocó ver la escena erótica de un chico adolescente eyaculando y sintiendo un inmenso placer.
El cuerpo de Jon se tambalea y tiene espasmos mientras su polla derrama chorros y chorros de caliente leche. Su cuerpo está pulsando y fuertes gemidos inundan la atmósfera. Después que el espectáculo termina, Jon está casi inconsciente, su res-piración es casi nula y su cuerpo está cubierto de sudor y semen.
Me visto mientras mico al chico descansar en el sofá y recuperarse.
Diez minutos después, Jon finalmente habla.
?¡Wow!
?¿Wow qué?
?Eso fue asombroso, ¡nunca había sentido eso!
?Lo sé, ahora sabes cómo durar más y mientras más hagas esto, más tardaras para correrte. Ahora cuando te masturbes solo debes enfocarte en las diferentes mane-ras de hacerlo y recuerda qué zonas se sentían bien cuando yo las toqué.
Se levantó desnudo del sofá y caminó hacia donde estaba mi escritorio.
?¡Eres el mejor, pastor Fer! ¿Cuándo podemos hacer esto de nuevo?
Me acerco y tomo su verga.
?Nos vamos a divertir mucho tú y yo, Jonathan.
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Continuará.
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Relato Ficticio.
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