Preguntas en la universidad
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Ander69.
Lo que cuento aquí, es lo que me ocurrió hace ya parece una eternidad,la historia de como cambié y me converti en lo que soy ahora…
Mi nombre es Ander, y si me tuviera que definir de una manera, sería como un hombre justo. A pesar de ser gallego, soy el prototipo de belleza germana; metro ochenta, ojos azules penetrantes que son el furor entre las chicas, pelo corto a la moda y unos músculos que, si bien no son demasiado marcados, yo me esfuerzo, que es lo único que importa en esta vida, por tanto, son bastante mejores que cualquier cuerpo escultural de modelo de bañador.
Todo empezó cuando llegue a la Universidad Gregorio IV (apodada “la Jorgito”) a estudiar la carrera de medicina. Mis dotes sociales automáticamente hicieron que la gente se fijara en mi y se formo a mi alrededor un grupo que era bastante variado. Ellos sin mi no podrían subsistir, ya que yo era la piedra angular que los mantenía juntos, y eso, aunque a otros les habría asustado, a mi me encantaba, tenía poder sobre ellos.
Un edificio viejo al lado de la universidad se había hecho mi hogar allí, ya que estaba lejos de mi tierra, la infinita Galicia. Era una residencia que tenía claramente dividida, salvo las zonas comunes, las zonas de hombres y mujeres, y no se dejaba entrar a la que no te correspondía. Era una pena, allí en Galicia había disfrutado los cuerpos esculturales de muchas mujeres, ya que mi actitud decidida y mi esfuerzo, siempre me habían abierto todas las puertas y las piernas que deseara.
Fui a las duchas, que eran comunes, y allí vi el lamentable estado de los cuerpos de los demás chicos. De hecho, me lamente porque aunque había entrado en una buena universidad, no había nadie allí que pudiera compararse en ningún sentido conmigo. No es una cosa de ego, es que claramente era superior a ellos.
La tristeza se disipo cuando se abrió la puerta y surgió de ella el cuerpo masculino más perfecto que había visto nunca, unos músculos torneados y esculpidos como en mármol, con unos pectorales que sobresalían sobre todo lo demás y que le ofrecían una visión tan perfecta que el busto femenino era feo en comparación. Sus ojos, sin poder controlarlo, fueron directamente a su pene, que debía ser el más grande que había visto que no fuera el suyo. Tenía que verlo tieso, necesitaba verlo más de cerca. Con eso en la cabeza, me sorprendí a mi mismo salivando tanto que tuve que tragar, y con sus ojos posados en los mios. Me asuste, me había pillado mirándole. Sorprendentemente, solo llevo una pequeña sonrisa a sus labios adornados por una barba de 3 días y se giro para ducharse, dándome una imagen maravillosa de su culo.
Corrí en cuanto pude, sin siquiera ducharme, hacia mi habitación. Allí me esperaba mi portátil, con una gran colección de porno, pero al quitarme la toalla y agarrar una pequeña porción de mi pene ( lo que podía coger con una mano), ninguno de esos vídeos y ninguna de esas imágenes podría saciarme. Estaban todos llenos de mujeres por todas partes, para todos los gustos, pero al fin y al cabo mujeres. Acudí a mi imaginación entonces, como medida desesperada, y empecé a recordar el cuerpo totalmente depilado de ese hombre que sobresalía sobre todos. No tuve que deslizar mucho mi mano para que inmediatamente saliera todo el semen que mi cuerpo había acumulado, regando toda mi mesa de estudio, en ese momento no me importaba manchar nada, simplemente cerré los ojos para disfrutarlo con más intensidad.
El éxtasis del momento había pasado, me encontré sudando, las gotas de sudor recorriendo mi pecho, esquivando los largos pelos de hombre que tenía ahí alojados. Descubrí al abrir los ojos que mi esencia había salido con tanta presión que había llegado a la ventada y la había manchado.
¿Como era posible esto? Él mismo era el más macho que había visto nunca, era completamente heterosexual, aunque apreciaba los cuerpos masculinos. Había estado con innumerables mujeres. Pero de alguna manera,me sentía más vivo a cada instante, más que nunca en mi vida.
Me puse una canción de “Anggi y kucas”, un grupo de Indonesia, para relajarme, y me quedé dormido. Esto no había acabado, necesitaba resolver mis dudas.
Continuará…
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