Primera masturbación
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Estábamos saliendo del colegio con unos amigos cuando uno de ellos empieza hablar del porno que había visto la otra noche, yo no era muy experto en esas cosas, nunca había visto un vídeo porno completo y nunca me llamo la atención, no me gustaba que hablaran de ello porque se me ponía dura la pija, así hasta que hablaron de la masturbación. Esa palabra se quedo en mi mente flotando "masturbación", curioso pregunté "¿Qué es la masturbación?" y todos se rieron y tiraban preguntas como "¿Nunca la has hecho? ¿La paja?" y negué con la cabeza lentamente.
Camino a casa me explicaron que era un acto de placer, que podía realizar-lo yo mismo, no importe en donde esté, con tal de que sea privado, me llamo mucho la atención con la manera en que se realizaba la masturbación, con la mano… y al llegar a casa decidí investigar.
En ese tiempo, yo ya estaba con las hormonas a flor de piel y cualquier roce me la ponía dura, pensaba que algo andaba mal hasta que leí en Internet que todo eso era normal, investigue sobre la masturbación y tan solo al empezar a leer se me puso dura de nuevo, era increíble como leer sobre aquello podía tener tal efecto en mí. Al descubrir como hacerme la paja, estaba decidido y entonces tome una ducha, tuve un momento y entonces decidí empezar a masaje-arme la pija dura, estaba tan excitado.
Cuando terminé de darme la ducha me senté en el WC y dije que sería rápido, empecé a mover mi mano de arriba a abajo de una forma tan brutal y rápida, empecé a jadear unos momentos después sintiendo espasmos dejándome llevar por el placer, me quede duro un rato encogiendo los dedos de los pies cuando sentí que descargaba unos chorros de leche, la sensación fue asombrosa y quise volver a repetirla pero no estaba tan seguro.
Días después dije que lo volvería a intentar y así fue, me encerré en mi habitación y me bajé los pantalones y el bóxer de manera a que saliera mi pija semi-erecta, empecé a masaje-arla de nuevo cuando me di cuenta de que podía hacerlo despacio… sin mucha prisa, y empecé a ponerme duro fantaseando con la chica que me gustaba, eso era absolutamente increíble, estaba descubriendo poco a poco sintiendo mucho placer, pensando en todo lo que me excitaba hasta que lancé varios chorros de leche caliente al piso, era la segunda vez y me volvió a encantar.
Así seguí investigando y buscando nuevas formas de masturbación, fui masturbándome más con el paso del tiempo hasta que ya casi lo hacía todos los días, me sentía bien y hasta hoy día sigo haciéndolo.
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