Regadera
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por avex86.
El caso es que ayer me metí a bañar. Justo antes de entrar a la regadera ya traía mi pene con un cierto grado de erección, de esa que no quiere ceder. Comencé a sentir el agua caer sobre mi cuerpom y mi verga que seguía con esa disposición de querer jugar.
Claro que la exitación aumentó cuando comencé a enjabonarme pues llegó el momento de tener que "limpiar" mi pene; pasé mi mano sobre él y sentí que se ponía más duro. Luego acaricié, para enjabonar, mis testículos; adiviné que querían dejar salir esa leche. Así que asié mi pene un poco; lo apreté con todo mi puño para sentirlo más duro.
Masturbé un poco, lo agitaba y lo movía hacia arriba y hacia abajo. Dejé de hacerlo. Seguí enjabonándome. Pero no, no pude salir de la regadera sin masturbarme.
Ante de salir, todavía con el agua cayendo, me inqué y con una mano me apoye en el suelo para poder elevar un poco mis piernas y masturbar mi pene. Así podría imaginarme en una posición sexual con una chica, quizá la de la vaquera. Entonces tomé mi verga con mi mano derecha y comence a masturbarme intensamente.
Me movía como si estuviera penetrando una vagina húmeda; como si pudiera sentir el trasero de una chica sobre mis piernas. Sentir su piel exitada; me imaginé acariciando sus tetas, chupando sus pezones mientras la penetraba. Mi pene cada vez se puso más duro y pronto se querría "venir".
Podía imaginar como sentía su vagina húmeda al mismo tiempo que aprisionaba mi pene, lo poseía, lo querría todo para ella; lo quería devorar. Podía sentir su cuerpo ejerciendo presión sobre mis testículos, apurándolos para que hicieran movere ese semén a través de los conductos seminales. Por fin ella, con su mano apretó mis testículos.
En la realidad, yo sólo tenía mi pene entre mi mano y hacía el movimiento como si la estuviera penetrando. Cada vez lo hice más rápido hasta que ya no pude aguantar; mis piernas temblaron. Eyaculé y el semen resbaló por mi vello púbico deslizándose por un lado de los testículos. Que delicia.
Ella ya no estaba ahí; nunca estuvo.
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