Una Historia (I)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por nacho-o.
Que tal, mi nombre es Ignacio, tengo 32 años, hoy por la mañana comencé a recordar lo que ha sido mi vida durante los últimos 8 años y de cómo conocí a la persona que cambió todo el orden que llevaba hasta entonces y como fue que sucedió todo.
Yo en ese entonces era un heterosexual declarado y toda mi vida estaba planeada como tal, planeaba terminar mi carrera, casarme con la que en ese entonces era mi novia, tener hijos, trabajar y formar mi propia familia. Pero no fue así, al menos no del todo, porque entonces comencé a ver a alguien más, Víctor se llama, un compañero de la universidad que a pesar de que llevábamos cinco semestres juntos nunca lo había visto de otra manera, pues antes éramos muchos en el salón cerca de 45 alumnos y pues él tenía sus amigos y yo tenía los míos, bueno en realidad yo solo tenía 2, y pues él y yo nos saludábamos y esas cosas pero nunca habíamos sido amigos propiamente dicho. Pero en quinto todo cambio, ya que éramos menos alumnos, solo quedábamos 20 y una de las profesoras nos puso en parejas para hacer un trabajo sobre política exterior y por azares del destino, casualidad o no sé me toco con Víctor, cuando la profesora me dijo que me tocaba trabajar con él supe que entregaríamos un gran trabajo, pues él es muy inteligente, y yo tengo lo mío, así que de cierta forma me dio gusto estar con él, aunque el trabajo era largo y algo difícil, pues teníamos que hacer el trabajo de investigación, un ensayo y una presentación. Total que al final de la clase nos quedamos él y yo para ponernos de acuerdo sobre el trabajo y quedamos que lo haríamos ese fin de semana en mi casa pues estaría libre.
Cuando llego el sábado le dije que lo esperaría en algún punto intermedio de la ciudad, pues le pediría prestado el coche a mi papá, nunca olvidaré ese día, desde que lo vi, traía una playera tipo polo azul, pantalón de mezclilla azul y tenis, en ese entonces él era un chavo alto, mide 1.75, delgado pero definido, ojos marrones claro, piel clara como apiñonada y el cabello castaño, nunca me había fijado en que era muy atractivo, más bien nunca me había fijado en estas cosas de un hombre. Cuando se subió al coche me estrecho la mano y me sonrió y que sonrisa tiene, nos fuimos platicando de banalidades hasta llegar a mi casa. Cuando llegamos y después de tomar algo nos pusimos a hacer el trabajo, investigamos por internet, en los libros de la universidad y periódicos, mientras hacíamos toda la investigación platicábamos y cada vez nos teníamos más confianza, al grado de hacernos pequeñas bromas que terminaban en ataques de risa de ambos, sin darnos cuenta ya era muy tarde, pasaban de las 8, afortunadamente ya habíamos recabado toda la información que nos servía y podíamos empezar a redactar el ensayo, pero Víctor me dijo que ya se tenía que ir pues ya era tarde y aún vivía lejos, le ofrecí llevarlo hasta su casa, pero me dijo que no era necesario, yo insistí pero él ya estaba recogiendo sus cosas para irse, entonces le dije que aún ni empezábamos el ensayo y que el trabajo tenía que estar listo para el martes y aún nos faltaba hacer la presentación y entonces se me ocurrió una idea, le propuse quedarse a dormir en mi casa, propuesta que volvió a rechazar, pues decía que le daba pena conmigo y con mi familia, pero le dije que no se preocupara que mi familia no regresaría hasta el domingo por la noche, tanto estuvimos discutiendo que ya pasaban de las 9, y ya que era tarde y no quería que yo lo llevara pues estaba lejos su casa e irse solo tampoco era una buena opción pues llevaba su laptop, así que al final acepto quedarse y ya que no habíamos comido casi nada, le propuse hacer algo de cenar.
Cenamos y charlamos por mucho tiempo, de muchas cosas, nuestros planes a futuro, nuestros gustos en música, cine, lectura y no recuerdo que otras cosas y fue increíble darme cuenta que durante más de dos años no me había dado la oportunidad de conocer a alguien tan interesante como Víctor, pues a pesar de tener similitudes en nuestros gustos, también teníamos muchas diferencias y eso hacía que nuestros temas de conversación se alargaran por horas. Recuerdo que ya eran casi las 4 de la mañana y aún seguíamos charlando, fue entonces cuando nos dispusimos a dormir, pero Víctor no llevaba ropa para dormir y mi ropa le quedaría inmensa, pues yo mido 1.90 y soy robusto, lo único que le pude ofrecer fue una playera que me habían regalado pero me quedaba chica y estaba sin usar, pero tendría que dormir en bóxer, pero verlo en bóxer me dio un extraño golpe en el estomago, tenía unas piernas fuertes, sin vellos, blancas y muy bien proporcionadas y unas nalgas redondas y paradas, no sé si se dio cuenta de mi mirada porque se puso algo nervioso y se vio que le dio pena estar con tan poco ropa frente a mí, así que le deje mi cama y yo me fui a dormir a la recamara de mis padres. Pero no podía dormir, no me podía quitar la imagen de Víctor de la cabeza, pero yo mismo me convencí de que todo había sido un error, seguramente solo había sido que me había agrado su presencia como amigo y solo debía ser eso.
Al otro día me levante temprano, alrededor de las 9 y me prepare el desayuno, al poco tiempo se despertó Víctor, ya llevaba su pantalón puesto, algo que en cierta forma agradecí, pues no quería pasar por un momento incomodo como el de la noche anteior, desayunamos y continuamos haciendo el ensayo hasta terminarlo, quedamos de acuerdo en hacer cada quien una parte de la presentación y llevarla el lunes para tener todo listo, lo acompañe hasta donde pudiera tomar el transporte y se fue, yo me quede aún confundido y no sabía porque no podía dejar de pensar en lo que vi, pero me aferre a la idea de que no pasaría nada igual en el futuro, de hecho ese mismo día vi a mi novia y como mis padres aún no llegaban tuvimos sexo, intenso, pero no me dejo satisfecho, a pesar de durar más de una hora haciéndolo, y lo peor es que me di cuenta que nunca había estado del todo satisfecho con el sexo, lo disfrutaba en el momento, pero después me quedaba una sensación de vacío, y me hacía a la idea de que era normal y que seguramente a todos les pasaría lo mismo.
Pasaron los días, expusimos nuestro tema y nos fue muy bien en nuestra calificación, lo mismo que a la mayoría de los equipos, por lo que la profesora decidió formar ella los equipos a partir de entonces y a Víctor le toco con otro chavo, yo sentí algo raro al saber que me separaron de él, y no me podía hacer tonto, eran celos, los celos más intensos que nunca sentí por alguien, pero no me quedo de otra más que aguantármelos. Los días se hicieron semanas y yo no dejaba de pensar en Víctor, siempre estaba en mi mente y si estaba pensando en otra cosa por alguna extraña razón siempre aparecía él, y nuestra amistad iba muy bien, platicábamos mucho, nos reíamos, nos ayudábamos en cosas de la universidad, etc.
Llegaron los exámenes finales, las vacaciones y todo ese tiempo me la pase extrañándolo, regresamos al sexto semestre y al verlo el primer día mi corazón se acelero, inmediatamente fui a saludarlo, tenía que hacer un gran esfuerzo para que no me notara la euforia que sentía en esos momentos, cada que estaba junto a él era como si nada a mi alrededor existiera.
Pero todo se derrumbó cuando la relación con mi novia se vio afectada, ya casi no la veía, no hablamos y el sexo cada vez era menos, y cada vez yo lo disfrutaba menos y ella se daba cuenta pues casi solo lo hacíamos por obligación que por deseo, su cuerpo ya no me excitaba, las erecciones eran pocas y mis orgasmos eran rápidos o tardaba mucho en tenerlos, pues no sentía deseo, no sentía nada.
Fue un viernes cuando ella hablo conmigo entre enojada y triste y me pregunto qué pasaba, yo no supe decirle o mejor dicho no quería decirle lo que me pasaba, pues ni yo mismo lo aceptaba, pero era evidente que yo pensaba en alguien más y entonces ella rompió la relación pues me dijo que no estaba dispuesta en seguir con una relación en donde ya no había amor ni deseo, yo me sentí muy mal por ella, le había fallado, todos los planes que teníamos echados a la basura, pero a la vez también supe que era lo mejor, pues yo ya no la podía hacer feliz y tampoco quería estar con ella, atándola a mí solo por querer tapar las apariencias. Estuve triste y pensando en ella durante todo el fin de semana, y el lunes en la universidad Víctor me pregunto qué me pasaba, no le quise contar nada pues no quería que los sentimientos me traicionaran o me hicieran una mala jugada, así que fingí estar bien y no le comente nada.
Cierto día estaba solo en mi cuarto y ya tenía semanas sin nada de sexo, así que comencé a tocar mi pene, lo acariciaba como otras veces lo había hecho, pero al cerrar los ojos no vinieron a mi mente imágenes de mujeres o de alguna chica con la que hubiera tenido sexo, sino que apareció Víctor, con esas piernas y esas nalgas que me habían encantado, con sus bóxer negros, inmediatamente pare, no podía ser que yo me estuviera masturbando pensando en tirarme a un hombre, pero otra vez me vinieron esas imágenes y mi pene comenzó a reaccionar de nuevo y pensé, nadie sabrá sobre esto, así que continúe, me baje el pantalón y el bóxer, comencé a subir y bajar el prepucio, con mi otra mano comencé a acariciar mi pecho y mis pezones y en mi mente era Víctor quien hacia todo eso, él me apretaba y chupaba los pezones, me acariciaba todo el cuerpo, imaginaba como sus manos recorrían mi pecho, mi abdomen y se detenían en mi pene y como disfrute solo de imaginar que él me hiciera sexo oral, seguí jalándomela con más fuerza, apretando mis labios con mis dientes y sin dejar de pensar en él tuve un maravilloso orgasmo, habían pasado como 20 minutos, había tirado un montón de leche, pero aún estaba excitado y seguía pensando en él, me quede recostado sobre mi cama, aún con los pantalones abajo, pensando en lo que había hecho y me sentí mal, no podía ser que yo me masturbara pensando en otro chavo, no era normal pensé en ese momento, pero a la vez lo deseaba a él, deseaba que todo lo que había imaginado fuera real, pero seguí negándomelo, me limpie y me subí los pantalones, no quería pensar en nada en esos momentos, solo sentía un nudo en la garganta que no me dejaba.
Los siguientes días me los pase evitando lo más posible a Víctor, pero evidentemente él se dio cuenta de mi nueva actitud y me pregunto qué pasaba conmigo, yo sabía que él no tenía la culpa de lo que yo sentía, pero preferí no decirle nada, pues confesarle la verdad habría ocasionado un problema aún más grande. Pero como dije antes Víctor no es ningún tonto y claro que no me creyó, pero a partir de entonces él fue el que se fue alejando de mí, ya casi no nos hablamos, había días en que ni siquiera me saludaba por las mañanas, y yo sufría por todo eso, yo quería que me hablara, que me mirara y más aún que me sonriera, con esa sonrisa que me hacía sonreír a mi también, pero no había nada, solo un gran vacío entre los dos.
Y todo cambio de forma repentina un día en que Lucía, una amiga de Víctor, me pregunto sin preámbulos si yo estaba interesado en su amigo, yo me sorprendí por su pregunta tan directa y tan personal, yo por supuesto se lo negué, pero ella insistió, yo me moleste mucho pues pensaba que además de que se estaba metiendo en mi vida personal, me estaba confirmando algo que yo no quería aceptar, entonces me fui del salón sin responderle nada, pero a la vez confirmándole sus sospechas. Cuando llegue a mí casa me fui directo a mi cuarto, no dejaba de pensar en lo que me había preguntado Lucía, yo mismo me respondía esa pregunta, y mi respuesta era siempre “No, no siento nada por Víctor más que una amistad y solo eso”, yo había oído que una mentira dicha mil veces se convierte en verdad, pero no es cierto, yo me repetí esa mentira más de mil veces y siguió siendo una vil mentira, yo si sentía algo por Víctor, y ese algo era algo muy simple, amor.
Seguiré contando lo que sucedió después, agradecere si alguien deja algún comentario sea cual sea. Saludos
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