una irresistible libido juvenil me llevo a lo máximo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por AlexanderBlanco11.
Era un día muy normal hasta el momento y ya se acercaba la hora del almuerzo, a la cual soy muy puntual y también la hora en que salen todos de los trabajos a descansar y recibir los alimentos para retomar más tarde sus labores y salen los alumnos para sus casas.
Me dirigía hasta mi casa en mi motocicleta y divise a un chico con el uniforme deportivo característico del colegio más popular del pueblo y precisamente en el que yo desarrolle mis estudios de bachillerato y la verdad es que tengo los mejores recuerdos y experiencias de ese entonces, tanto así que sé que la tela y el diseño de ese pantalón o sudadera tiene en una característica muy especial, o por lo menos para mí, de que de alguna forma permite marcar el paquete de verga y eso sí que lo tengo muy claro y recuerdo que en mi estadía en el colegio, estaba muy pendiente de los demás chicos de como se le marcaban los bultos, cosa que me ponía súper caliente y me servía como motivación para hacerme una rica paja.
Cada vez que me acercaba más a ese chico, que entre otras cosas note que iba caminando muy apresurado y llegue a pensar que tenía tanta hambre que deseaba llegar lo más rápido a la casa, tal cual como lo hacía yo jajajajaja.
Supongo que ese chico podía tener algunos 14 años, y al acercarme aún más le mire al rostro y note que era un chico con facciones muy agradables y hasta buen cuerpo, cuerpo de adolecente atlético, típico de los chicos de este pueblo y por eso es que me gusta observarlos, eso si con mucha precaución, no pretendo líos, soy ya un hombre de 30 años.
A ambos nos tocaba hacer un pare para poder cruzar la vía y seguir ambos derecho a la vía, según note en ese momento, él iba casi que en la misma dirección a la mía, pero ya yo estaba a pocos metros de mi casa, yo arranque en la moto y adelante unos metros más del chico, y al mirar hacia atrás para poder cruzar a mi casa y aun conservando la misma dirección de la vía por donde ya a algunos dos metros venia el chico, con cara de angustia y desesperación, cosa que me llamo mucho la atención, pero aún más me llamo la atención la tremenda erección que traía ese muchacho, se notaba que venía incomodo porque era tanto que el pobre no hallaba como disimularla, yo me quede inmóvil todo ese rato mientras por obligación se tenía que ir acercando a mí y mi mirada la tenía totalmente clavada en su enorme paquete, se le notaba que poseía un pene muy grueso y largo, pues lo traía hacia un lado y eso quería reventar esa sudadera.
Supongo que él lo noto y eso seguramente lo puso más nervioso, pero era totalmente inevitable dejar de mirar y obviamente a mí se me olvido el almuerzo y ahora me dio fue hambre de morbo.
Cuando paso por mi lado, pensé rápidamente en que hacer, porque la verdad eso me éxito tanto que no podía permitir que no pasara algo y con voz nerviosa, toda temblosa le dije: -Oye pelao, será que me dejas ayudarte con eso?, él se detuvo de inmediato y con mucha vergüenza y sonrojado me pregunto qué, que le había dicho, y nuevamente le repetí la misma pregunta y esta vez señalándole con mi mirada, él se miró y me volvió a preguntar con inseguridad, pero a la ves con algo de malicia: -Se me nota mucho lo mal que voy?, le respondí, – Mal?, será superbién y si me dejas te puedo ayudar con eso y te juro que eso quedara entre los dos y si quieres nunca más volverá a pasar, pero déjame ayudarte, él se empezó a sentir un poco más en confianza y con una sonrisa picara y haciendo un gesto afirmativo, me dio luz verde para proponerle que se subiera a mi moto y le dije que conocía un sitio a las afueras del pueblo, un camino de herradura que tenía unas partes muy enmontadas y sabía que a esa hora por tratarse del almuerzo nadie cruzaba por ahí, ósea que estaba apenas para ir y resolver ese asunto a ese pobre muchacho víctima del libido desenfrenado típico de la adolescencia.
Durante la ida a l lugar, ninguno de los dos dijo alguna palabra ni sonido de nada, solo escuchaba mi propia respiración muy agitada y mi corazón latía a millo por la adrenalina de la situación.
El tiempo se me hizo súper corto y quería llegar ya al sitio exacto que ya había decidido.
Cuando empezamos a llegar al camino de herradura, tenía que frenar con frecuencia porque habían huecos y la verdad el morbo me descontrolaba, en varias ocasiones por los mismos frenazos el quedaba bien pegado a mi espalda y podía sentir como ese proyectil bien caliente me punteaba mis nalgas y eso me ponía peor, sentía como se me salía a chorros el líquido pre seminal.
Cuando por fin llegamos al lugar, el cual conocía muy bien, porque hace varios años tuve ahí una experiencia muy buena.
Había que adentrarse a una ramada de árboles y después de eso había un lugar limpio y amplio pero con muchos árboles y arbustos alrededor, casi que parecía una habitación, cuadre la moto, él se bajó de una y yo lo mismo, lo mire a la cara y vi que estaba nerviosísimo y hasta temblaba, pero seguramente sentía tanta o más adrenalina que yo.
Lo repare de pies a cabeza y pude ver que ese chico era todo un caramelo rico para uno comer, él se quitó la camiseta, hacía mucho calor ahí dentro, tenía ya marcado el pecho y un abdomen de muchos cuadritos, un color de piel clara y cabellos dorados muy lindo, tenía ese caminito de bellos dorados que me llevaba la mirada hacia ese gran paquetón de verga juvenil, ya su liquido pre seminal había traspasado su bóxer y la tela de la sudadera, eso fue lo primero que le toque, se sentía bastante pegajoso y húmedo, quise también tocarle el pecho pero me lo impidió, me agache de una y con la punta de la lengua le lamí ese mojadito que se le hacía en la sudadera en lo que era la punta de la verga, el hizo un suspiro bien profundo e hizo ese típico movimiento de nosotros los hombre de bombear la verga contrayendo el culo, eso claro me puso aún más caliente, note que él estaba a gusto, con la lengua le seguí lamiendo por encima de su sudadera toda esa extensión de verga, de un lado a al otro, se la acaricie muy suavemente y el seguía suspirando y respirado muy agitada mente, el mismo se bajó su sudadera y bóxer y dejando libre aquel cañón de verga de color clara, pocos bellos púbicos rubios oscuros, un palo de carne de venas pronunciadas casi para estallar, y una glande hermoso y gordo, una verga medianamente cabezona, y ni hablar de ese par de huevos, aun sin bellos, pero hermosos y colgantes, acerque mi nariz a esos huevos y los olí por todos lados, los empecé a lamer, me los metía en la boca y con la lengua jugaba con ese par de huevos de los más hermosos que he visto en mi vida, el no soporto más y con su mano me condujo hacia ese tremendo tótem, empecé por lamerle la verga de abajo a arriba, humedeciéndole mas la verga, y saboreando ese líquido pre seminal que le salía a borbotones, y ya por fin me metí su rica y gorda cabeza en mi boca, tragándome ese exquisito sabor a verga juvenil y deseosa de sexo, que chorreaba y chorreaba muy excitado, después de unos dos minutos de darle lengüetazos y chupadas, él se puso más caliente y cogiéndome por la cabeza, me la metió toda esa grandísima verga, sentía como me llagaba hasta el fondo y la garganta se me expandió porque pude resistir todo ese pedazo de carne dentro mí, así me embistió como un animal durante otros minutos mas, y pensé que solo eso era lo que quería, hasta que el me la saco y yo con los ojos llorosos de tanto aguantar, pude respirar un poco mejor y limpiarme toda la saliva y pre seminal que me salía de la boca, el solo se terminó de quitar toda la ropa, dejando ver esas piernas bien marcadas, se le notaba que hacia algún deporte, muy seguramente futbol, tenía los músculos bien marcados, y cuando se inclino hacia abajo para acomodar y poner juntos sus zapatos, note que también era dueño de un gran culo, unas nalgas muy firmes y marcadas, bien respingadas y de bellitos muy finos dorados, que me provoco abalanzarme y darle mucha legua y olerle esas nalgas hermosas.
Él se sentó en sus zapatos y recostó la espalda a un árbol, abrió de par en par sus rica piernas, dejando ver todo un espectáculo de macho súper delicioso, la verga se le veía en toda su extensión, los huevos le colgaban como debía ser y un extra más, su redondito y recogidito culito rosadito y limpiecito, de una me agache, y le empecé a lamer desde las pantorrillas pasando por sus muslos hasta llegar a su provocativa verga, luego sus huevos y por último, como si fuera un esperado y deseado postre, rematé con darle lengüetazo en ese deliciosos culo, pero antes se lo olí como si fuera un majar de sueños.
Eso lo excitaba más y hasta gemía con ferocidad.
Con sus propias manos me empezó a bajar la playera que yo llevaba puesta, junto con mi bóxer y en la posición que yo tenía casi que fetal con la cabeza inclinada en sus partes genitales, empezó a acariciarme las nalgas y con la yema de su dedo índice me empezó a acariciar mi culo, me metía los dedos a mi boca y me humedecía mi culo, claro todas esas caricias, roces y demás me tenían muy deseoso de verga y el mismo me sugirió con su mirada que quería ya por fin penetrarme, yo me quede así en cuatro y forma fetal y él se levantó, se arrodillo detrás mío, primero empezó por rosar su verga de arriba abajo, dejándome bien baboso mi orificio, eso me ayudó mucho a dilatar y prepararme para lo que me venía para adentro.
De repente me dijo prepárate que no aguanto más y te quiero enlechar el culo, quiero escurrirme dentro de ti, y por su puesto el dolor fue muy intenso, sentí como entraba esa cabezota y me iba partiendo todo y con suaves embestidas me la fue metiendo toda poco a poco, pero el dolor persistía y le decía que me echara mucha saliva para lubricar el resto de su pene, después de un rato corto empezaron los mete y saca con más agresividad, debo reconocer que el dolor era demasiado placentero, sentía como todo ese trozo de carne dura entraba dentro de mí con tanta fuerza, sus huevos se estrellaban con los míos y sus pocos bellos púbicos los podía sentir acariciando mis nalgas, así duramos unos 5 minutos dándome verga intensa sin parar, hasta que su apretón en mi cintura fue fuerte y su gemido grande, penetrándome hasta el fondo, sentí como llenaba mi culo de su leche caliente a chorros, así me embistió unas cinco veces más mientras terminaba de escurrir toda esa arrechera dentro mío y la satisfacción de ambos era indescriptible, porque durante ese momento me vine también a chorros.
Después de esa descarga de semen el chico se sentó a un costado y yo aun en cuatro terminando de masturbarme, vi como aun esa tremenda vergota seguía chorreando leche y el con una cara de descanso, y sin mediar palabra alguna, pero por sus gestos note que le había gustado mucho.
Luego nos limpiamos de rapidez, salimos de ese lugar y mientras nos devolvíamos para acercarlo al lugar que me indico que lo dejara, podía sentir como se me salía toda esa leche, el culo me ardía impresionante mente pero a la final poder meterme esa verga tan rica y deseosa de culo, me daba era orgullo.
Al llegar al sitio indicado el solo se tiro de la moto, no me dijo ni púdrete y paso corriendo la calle y se me perdió entre la gente y callejones, nunca más supe de él.
Pero reconozco que me he masturbado muchas veces más, imaginando todo eso que pudo haber pasado con ese chico, si yo le hubiera de verdad propuesto desenlecharlo cuando paso por mi lado, necesitando de mi ayuda, fue toda una masturbada de las mejores y por eso quise compartirla con ustedes.
Gracias.
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