¡Ya veras tu…!
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Aquella mañana me había quedado haciendo el remolón en la cama, Rosa me había dicho que me levantara que tenia que hacer la habitación. Yo seguía aun en la cama cuando Rosa volvió a entrar y me dijo poniéndose a mi lado:
_ ¿Qué pasa, no tienes ganas de levantarte?
Yo permanecía tumbado boca abajo con la espalda fuera de la sábana por el calor que hacia. La situación hacía que yo no pudiera levantarme dado que estaba en ropa interior y ella se encontraba justo al lado de la cama. En aquel momento hice un gesto y lamento de cansancio y acto seguido ella se sentó a un lado sobre la cama, mientras pasaba una de sus manos por mi espalda desnuda haciendo un leve masaje mas bien terapéutico, lo cual a mi me reconforto enormemente aunque la sensación que me causaba era totalmente distinta a la de un masaje, yo levante los brazos y los coloque debajo de mi cabeza girándola hacia un lateral y diciendo:
_ ¡Umm…, que gusto, esto si que calma! (aunque en realidad estaba sobreexcitado por la situación)
Al cabo de un instante volví a proferir un leve quejido lastimero de placer por lo que Rosa incorporo ya sus dos manos al masaje y continúo su labor diciendo como extrañada y sin darle importancia:
_ ¿Qué pasa, nunca te han dado un masaje? (ella sabia que me estaba haciendo algo mas que un masaje)
Las caricias con sus dos manos recorriendo toda mi espalda con lentitud eran prodigiosas y espectaculares, yo me estaba dando cuenta que en realidad lo que estaba haciendo era calentándome de manera impresionante y deliciosa y mi estado de excitación iba creciendo de una manera alucinante a la vez que mi polla crecía y crecia de forma alarmante. De vez en cuando se me escapa un lamento de placer, que ella oía y entendía perfectamente pues cada vez era más patente que aquello no era un masaje hasta que al fin dije medio sufriendo por el enorme placer que Rosa me producía:
_ ¡Dios, vaya masaje!
Rosa continuó con la labor que estaba haciendo y el masaje se extendía y acariciaba cada vez más los costados de mi espalda. Para aquel entonces yo estaba en un estado de excitación incontrolado y mi polla se había puesto durísima dentro de mi boxer, pero no me importaba porque ella eso no lo podía ver.
En aquel momento ocurrió algo que hizo sobresaltar a Rosa de la cama fulgurantemente y abandonar la habitación, mi madre desde la parte de debajo de la casa había gritado: _ ¿No te levantas ya?, ¡levántate!
Me quedé totalmente a medias, jamás en mi vida me habían dado tanto placer, y pensar que solo con tocarme la espalda, yo me giré y pude sentir como mi polla estaba en un estado que creí que se me iba a salir del boxer, me toque y pude sentir como no podía casi ni permanecer donde se encontraba aprisionada.
Fue en aquel preciso momento cuando me dijé a mi mismo dije una cosa:
_ O me la hace ahora o no me la hace nunca (desde hacía mucho tiempo me había excitado el hecho de que Rosa me masturbase, de hecho ya me había hecho muchas pajas a cuenta de Rosa).
Así que me coloque levemente girado sobre el costado donde ella había estado sentada (hacia la ventana y del lado contrario a la puerta) dado que mi polla apuntaba hacia ese lado y de esta manera quedaría mas cerca de donde ella estaba por si volvía y de esa manera a la vez me ofrecía más a ella, dejé bajada la sábana justo hasta cintura donde comenzaba a sobresalir muy poco mi ropa interior, para ver si eso surtía algún efecto y ayudaba en algo, no me importó dado que yo estaba más excitado que en vida.
Al poco oí sus pasos nuevamente dentro de la habitación y dando vuelta a la cama volvió a sentarse en el mismo sitio que había ocupado con anterioridad. Mi estado de nervios y excitación era sublime. Sin decir nada ella comenzó a masajearme de nuevo, pero esta vez con mi costado libre lo hacia mucho mas de ese lado y bajando una de sus manos por mi vientre cada vez mas.
Yo estaba con los ojos cerrados y me imagino con una cara de excitado que ya no podía ir a más (lo cual me imagino ella había observado perfectamente), las caricias continuaron así durante un rato, mi espalda era acariciada con una de sus manos y el vientre con la otra, todo ello dulce y suavemente…., hasta que ocurrió algo que jamás olvidaré uno de sus dedos se deslizo muy poco, poquísimo, por dentro de mi ropa interior y rozo de manera magistral el capullo de mi polla ante lo cual yo proferí un enorme quejido de placer inmenso, (yo no lo veía pero estoy seguro de que Rosa hacía ya un rato observaba el enorme bulto que existía dentro de mi boxer y sabia lo que me ocurría, además ella debía haber adivinado las razones de mi ofrecimiento simulado) .
Mi estado era de excitación máxima y ella lo sabía (para entonces yo estaba totalmente girado y ofreciéndome a ella), lo que acabada de ocurrir parecía como si hubiera ocurrido en un descuido y que había sido sin querer para ver cual era mi reacción. Creo que al oír mi lamento Rosa pensó:
_ ¡Vaya como está este tío de excitado, y no me ha dicho que no al rozarle la polla como quien no quiere la cosa!
Pasaba medio minuto desde aquel maravilloso roce cuando se produjo otro exactamente igual que el anterior, no pude hacer nada para volver a exhalar otro quejido de placer si cabe mayor que el anterior. Rosa quería asegurar y corroborar mi aceptación ante lo que estaba sucediendo y lo que iba a suceder. Esta vez fueron unos diez o doce segundos los que transcurrieron cuando su mano entro de golpe dentro de mi boxer pero esta vez agarro toda mi polla con fuerza y la liberó de su prisión. No recuerdo como fue esta vez mi grito de placer pero debió ser un alarido contenido, yo me encontraba casi totalmente mareado y extasiado del placer que Rosa me estaba proporcionado, de la maestría y dulzura que había usado en el proceso hasta llegar a coger toda mi polla.
En aquel momento yo me había colocado totalmente boca arriba, ella sostenía mi polla erguida ya fuera del boxer y la apretaba con una fuerza como si fuera algo que no le pudieran arrebatar, jamás en mi vida ni antes ni después ninguna tía me ha cogido la polla con semejante fuerza (ni tampoco con semejante maestría), la meneaba con bruscos movimientos hacia abajo y hacia arriba y sin rapidez lo cual me hacia sufrir de placer inmenso a lo cual contribuía la fuerza con la que apretaba mi verga, había comenzado la mejor paja de mi vida (no se, porque es personal, pero quizá podría decir que la mejor paja que le haya hecho una tía a un tío en la historia).
Yo casi no podía mirar lo que Rosa hacía porque probablemente hubiera desfallecido de placer si me hubiera excitado todavía más y quería disfrutar y que aquello no se acabase nunca. Rosa seguía con aquella maravillosa forma de meneármela, y a la vez me hacia desear que lo hiciese más rápido pero ella continuaba con ese ritmo que me hacia sufrir. En aquel momento deseé locamente que me la chupara (hoy en día aun sigo deseándolo como loco) y comencé a elevar mi tronco en dirección a su cara como haciendo el pino-puente con reiteración, no se si fue que Rosa no lo comprendió o que no quiso hacerlo, que ya le parecía bastante con estar meneándome la polla y que chapármela sería excesivo.
En mi cabeza entones apareció la idea de tocarla yo a ella,
_ no creo que dijese nada, ella tenia mi polla en su mano y me estaba haciendo una paja (me dije para mi mismo)
y empecé a dudar si trocarle el coño o las tetas, gracias a dios que decidí a tocarle las tetas, porque posteriormente me di cuenta de que yo no hubiera por aquel entonces sabido tocar y acariciar bien su coño como se hubiera merecido, (ahora deseo comer con desenfreno sus labios y alternar los de la boca con los de su ansiado coño) además Rosa tenía unas tetas impresionantes que a mi me maravillaban sobre todo por su tamaño. Ella llevaba puesto algo cómodo para trabajar que se abrochaba por detrás, coloqué mi mano izquierda en la parte superior de su teta izquierda y comencé a bajarla muy despacio por dentro hacia el sujetador, me costaba un montón dado que yo estaba tumbado en la cama y ella estaba frente a mi sentada a mi costado, poco a poco fui bajando, tenia toda mi mano dentro del sujetador y todavía no había llegado a cogerle su teta entera, yo quería llegar hasta la parte inferior de su teta para así podérsela agarrar y tenerla toda entera dentro de mi mano, ardía en deseos de llegar pero la postura y el la ropa que llevaba me oprimían la mano y me fue dificilísimo, al fin llegué, tenia toda la teta de Rosa en mi mano, era enorme y turgente, se la masajeaba como podía dado que yo seguía sufriendo los impresionantes meneos de Rosa en mi polla, yo me retorcía de placer mientras la veía frente a mi. No me lo podía creer, ¡Rosa me estaba haciendo una paja!, y además sabía muy bien lo que hacia. En aquel momento Rosa se recostó sobre mi y yo me quedé atónito, la mano se me salio de dentro de su sujetador y me quedé sin su maravillosa teta, ella colocó su cabeza en el costado de la mía y con su lengua empezó a lamerme subvente el cuello, no seguía pajeándome pero mi polla permanecía en su mano, su lengua recorría deliciosamente todo el lateral izquierdo de mi cuello.
Aquello me produjo una extraña sensación pero maravillosa a la vez, no duro más de un minuto y se volvió a incorporar meneando con fuerza mi polla de nuevo. Yo me había quedado sin tocarle las tetas y como estaba tan salido y veía la cara de vicio que ponía mientras me masturbaba salieron de mi boca las primeras palabras que se dijeron desde que aquello había comenzado:
_ ¿Quieres….? Le dije volviendo a colocar mi mano en la parte superior de su pecho para tocarla de nuevo
_ ¡Ay, no…..! Respondió ella, pero con un no que yo sabía que quería decir sí, dado que lo había hecho mordiéndose la parte inferior del labio
_ ¿Quieres?. Volví a repetir con voz desafiante
_ ¡Ya veras tu…..!. Me contesto también ella más desafiante todavia, como diciendo:
_ “¡Cómo te pille yo a ti te vas a enterar tú de lo que es que te follen de verdad!” (me dejaría follar por Rosa más que por ninguna otra tía en el mundo)
Así que introduje esta vez de golpe la mana dentro de su sujetador y agarré nuevamente pero esta vez con fuerza su teta, como había hecho ella con mi verga cuando introdujo toda su mano para cogérmela por primera vez. Fue entonces cuando yo ya no podía aguantar más y lo que deseaba es que me la meneara mas rápidamente, tenía unas ganas locas de correrme (parecía que ella ralentizará mi corrida para hacerme sufrir y gozar más si cabe), esto hizo que yo moviera con avidez mi mano y su teta como para que ella lo hiciera con mi polla al unísono siguiendo el mismo ritmo, cosa que ella no hizo continuando con aquel ritmo que me volvía loco pero que me pedía más y más.
Seguía disfrutando del maravilloso meneo que su mano hacia en mi polla cuando desde abajo: _ ¡venga levántate, que ya es hora!
Rosa salto súbitamente de la cama soltando mi polla y saliendo de la habitación a toda rapidez.
_ ¡Joder!, que putada, me había quedado totalmente a medias y Rosa después de esta vez seguro que ya no volvería, se me quedo ese dolor estomacal que te queda por no haber llegado hasta el final, no me podía levantar, jamás me había quedado con tantas ganas. Pero de repente… sorpresa, Rosa entro de nuevo en la habitación y colocándose a mi lado de pie me dijo con voz lastimera:
_ ¡Venga…, tío levanta!
_ Sigue…. (le dije yo con una voz de sufrimiento haciéndola ver que no podía más)
_ No… vamos… levanta, (me volvió a decir)
_ Solo un poco más por favor,….. solo un rato
Sin sentarse esta vez, volvió a coger mi polla que se encontraba de nuevo dentro del boxer y a punto de estallar, ahora se quedó de pie pero empezó a meneármela rápidamente, con una velocidad espectacular…. como si dijera para ella misma:
_ ¡ya veras este tío si se corre de una vez!
Eso era lo que yo queria, me estaba haciendo la paja a la perfección como ni yo siquiera había hecho nunca, cerré los ojos de placer y comencé a gemir y a jadear mientras disfrutaba de aquella maravilla, estaba gozando como jamás lo había hecho, quería correrme pero a la vez no quería, y todo para que aquello no se acabase nunca, el placer que Rosa me estaba proporcionando era infinito e indescriptible.
Abrí los ojos y observe un impresionante espectáculo, vi su mano meneando ávidamente mi poya, el capullo de mi verga brillaba enormemente y alrededor de él y en el contorno que ella abrazaba podía observar la corona blanca de lo que estaba siendo una corrida contenida (casi me mareo al ver mi leche en su mano), tuve lo que yo llamé un orgasmo continuado, no fue una corrida al uso de ráfagas fuertes y cortas, sino que había sido un continuo y leve fluir de mi leche durante un buen rato, no había sido mucha ya que me había contenido para disfrutar más del maravilloso e insuperable trabajo que Rosa había realizado (y por otra parte nunca me había corrido con una tía delante y me producía mucho corte). Mi respiración se relajo y Rosa se percató perfectamente que ya había terminado, así que soltando mi poya suavemente abandonó la habitación.
Yo me quedé como ido, entre mareado y flipado, jamás pensé que se pudiera disfrutar de esa manera, me levanté a duras penas, Rosa volvió a entrar en la habitación y yo ya de pié y en ropa interior (ya no me daba vergüenza después de lo que acababa de suceder, ella tampoco le dio importancia a que yo estuviese casi desnudo) le pregunte nervioso que donde estaba mi pantalón vaquero, ella me lo dijo y se fue hacia abajo.
Fui al baño y me senté, agarré mi polla y me la meneé para vaciar las ganas que tenia de eyacular fuertemente, no me hizo falta ni un minuto, en mi mente estaba lo que Rosa acababa de hacer y me pegue un corridón bestial.
Me vestí del todo y baje a la planta baja de la casa, fui a por leche a la despensa para desayunar y vi la luz del aseo de Rosa encendida, me imaginé que estaría masturbándose para apagar también su fuego interior, al cabo de unos siete u ocho minutos salió, y me dije:
_ ¡Joder!, se ha estado haciendo una buena paja ella también,… como sabe la cabrona.
Han pasado bastantes años de desde aquel día y aún sigo haciéndome pajas por Rosa (es la tía por la que más me he corrido en mi vida), lo que más he lamentado siempre es que su amenazante “¡ya verás tú!” no se convirtiese nunca en algo más, siempre deseé (y aun lo deseo) que Rosa me follara después de una de volver ha hacerme una de sus impresionantes pajas pero nunca ha ocurrido, es mi mayor fantasía y algún día me encantaría poder decirle:
_ AHORA……. ¡TE VAS A ENTERAR TU!
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