Campamento parte 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sayago19.
Laura se acerca a Ella y comienza a besarse con pasión, cada una acaricia los senos y pellizca los pezones de la otra; en sus rostros se mezclan los restos del squirt de Lau y mi semen.
Ana se recuesta y, a la par que acaricia con calma y placer sus pezones endurecidos, abre las piernas, Lau acepta la muda invitación y se dedica a devorar la depilada cuevita de su dirigente; como gata en celo la veo pasar su sonrosada lengua por tan delicada zona, después toma los muslos y hunde con profundidad su rostro en el triángulo de placer de Ana, la cual deja escapar roncos gemidos de gozo.
MI desfallecido miembro comienza reinicia su reacción con el espectáculo, y poco a poco comienza a erguirse, la voz enronquecida de Ana solo sirve para incrementar el flujo de sangre: “Sigue así, mi gatita, cómete mi coñito; déjame sentir tu lengua rica en mi botoncito; si.
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así.
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más mamita.
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si.
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que rico me comes.
Si .
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chúpame más.
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si.
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así.
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si.
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¡YAAAAAA!” Su grito de orgasmo me hace alcanzar nuevamente mi máxima dureza, llevo mi mano al pene para comenzar a acariciarlo; “¡Alto!” me dice una jadeante Ana, “Niño malo, no te toques allí”, con un movimiento de cabeza da una orden a Laura, la cual toma piola de una mochila va hacia mi.
“extiende las manos uniendo palma con palma” me ordena Laura y procede a efectuar un amarre redondo inmovilizándome las extremidades.
“Por travieso te tocará tu castigo, Laura véndale los ojos” Sé que de nada servirá suplicar o pedir clemencia, así que levanto la cabeza para colaborar; quedo completamente cegado gracias a la habilidad de Laura con los nudos.
Oigo el ruido de algo que es arrastrado, “levántate” me dicen y bajo mi estómago colocan algo que parece una mochila, unas manos separan mis nalgas y una lengua comienza a jugar con mi ano; lo lame, lo rodea, lo moja con calma e intenta entrar en el.
Mientras tanto un vientre de mujer se aproxima a mi boca, comienzo a tantearlo lentamente con la lengua; probando su clítoris y disfrutando de su sabor y aroma.
Se escucha un silbido apagado, una de mis acompañantes responde con otro, se escucha el cierre de la casa de campaña abrirse, el roce de telas y nuevamente el zipper.
“Que bien se la pasa Jefa” dice la recién llegada, reconozco la voz de Rosy, Anita responde: “¿llegó la invitada?”
“Si Jefa, está con Toñito”
“Muy bien, incorpórate a la fiesta y ya quítate tu careta de niña bien portada; que nosotras te conocemos”.
Rosy era la monitor más joven, una linda chica de 22 años, con la atracción de la juventud escapando por todo su cuerpo: su mirada brillante, sus dientes perfectos, los carnosos labios, el busto grande con pezones que se erguían al mínimo roce (de hecho, casi siempre estaba, como se dice vulgarmente, “con las altas encendidas”), piernas torneadas que con el bronceado, recibido cada semana con los ornitorrincos, le brindaba un atractivo especial, mención especial era la deliciosa curva de sus nalgas y sus modales finos y delicados.
“Si Tía, este cabrón tiene buenas nalgas; si la zorra de la Lau está bien clavada haciéndole lavado de cazuela, ja ja ja”.
“Cállate ya y ven para acá, que ya sabes por que eres mi sobrina favorita”
Siento sus tobillos desnudos a un lado de mis orejas, “Atáscate ahora que hay modo, Tía”.
Sin separar su inundado vientre de mis labios Ana, imagino va a hacerle un oral a su sobrina Rosy (un lazo familiar que ignoraba).
“SI Tía, cómete mi coñito; tu perrita quiere sentir tu lengua en mi chicharito” Una nalgada se escucha y Rosy reinicia su monólogo: “si, dame otra, soy una niña mala y zorra; castiga mi agujerito también” Se escuchan dos nalgadas casi a la par: una que le da Ana a Rosy y la otra que recibo de parte de Laura.
“Ya casi Tía, ya casi, más, si, así, si ……….
YAAAA” Rosy queda sentada sobre mi espalda, dificultándome el respirar ya que me comprime contra una mochila bajo mi estómago.
“muy bien Ross” dice Ana.
Siento como corre por mi espalda un líquido caliente, su olor característico me indica que es orina de Rosy.
Ana se pone de pie y rocía con su líquido ámbar a su sobrina y a mi; como si eso fuera una señal Laura deja de darle placer a mi ano (el cual se encontraba gratamente invadido por tres de sus dedos) y su chorro se une al baño que la líder de los ornitorrincos nos ha dado.
“Laura, vístete y ve por la invitada, límpiate porque te toca cuidar al niño”.
Unos minutos después escucho como se abre el zipper de la casa de campaña, risas ahogadas y murmullos es lo único que puede oírse cerca de mi.
El cierre hace su ruido característico, “bienvenida” dice Ana; “hasta que se me va a hacer probar tu panochita, ya que no pude en la despedida de Landis; andabas como perrita en celo, no te cogiste al mesero por que no lo viste”
“ja, ja, ja; la que no vió como le dio el culito al mesero fuiste tu sobrina” La venda en los ojos me impide saber quien entró, las mujeres no le han dejado hablar (así que no puedo identificarla por su voz).
“pero encuérate, mamita, para que te unas a la fiesta” dice Rosy, la cual agrega a los pocos segundos: “¿ya viste Tía?, la muy zorra no trae nada bajo el pants; eso merece castigo: ponte de perrita”
Los murmullos se intensifican, imagino que la recién llegada está comiéndose a Laura mientras Rosy hace lo propio con Ella.
Mi pene continua erecto, imaginando a las tres mujeres dándose todo tipo de placer oral.
“ya le toca a Él” dice Ana.
Un par de minutos después, siento unos senos acariciando mi espalda; los duros pezones se mueven circularmente; por la posición la mujer está a mi derecha, es Rosy quien me dice sin dejar de frotarse contra mi: “abre la boca” Obedezco y un falo de plástico entra en ella; “imagina que es una verga larga, gruesa y venosa así como la tuya y chúpala como la putita de tu mujer lo hace contigo” Intento obedecer, paso mi lengua por la rugosa textura del miembro artificial, tiene un gusto algo salino que no puedo identificar de inmediato (pero me parece conocido)- “mírenlo, para mí que este perrito si es ambidiestro; a ver princesa demuéstrale que tan buen juego de cadera tienes”.
Unas manos femeninas me toman de la cadera con firmeza y poco a poco siento como otro falo artificial va intentando penetrarme; me muevo para evitarlo, sin embargo una de las mujeres se sienta sobre mí y me proporciona un par de nalgadas.
“Quieto, ¿o nos vas decir que eres quintito?” se mofa Rosy.
Mi ano comienza a dilatarse conforme se ve invadido por el falo sintético, curiosamente mi miembro (a pesar del dolor inicial) no ha perdido firmeza; por el contrario parece que se vuelve aún más rígido.
Rosy baja de mi espalda y acomodándose comienza a devorar mi miembro mientras sigo siendo penetrado; es muy hábil con la lengua: recorre mis testículos, ingles, lame mi tronco erecto para finalmente introducirlo en su boca y darle pequeñas mordidas.
Debo reconocer que estoy disfrutando ser sodomizado, había leído sobre la estimulación del punto P (o de la próstata) pero sin practicarlo, mantengo la boca cerrada para evitar que escape algún sonido que delate el placer que estoy sintiendo.
“Desenchúfate princesita” dice Rosy “Tía, ¿me ayudas a ponerlo boca arriba?” Con rapidez el invasor artificial sale de dentro de mi, imagino que Ana y su sobrina me ayudan a levantarme y a colocarme boca arriba sobre unas almohadas en mi cadera; para después cada una sostenerme una pierna mientras la mujer desconocida me penetra nuevamente reiniciando sus movimientos de cadera (deliciosos por cierto).
Sueltan mis extremidades, pero solo es para poder distribuirse mejor: Una toma mi pene erecto y poco a poco lo introduce en su caliente y empapada vagina; mientras que la otra se coloca sobre mi cara.
“Que rico fierro papito, ándale cómete la puchita de mi tía; huele a pescado pero sabe a pollo” Las tres mujeres estallan en carcajadas, detecto algo en una de esas risas: un cierto ritmo y tono que me parecen conocidos, dejo de pensar en eso para disfrutar la deliciosa panochita de Ana; Rosy me cabalga con maestría y la desconocida sigue penetrándome cada vez con mayor velocidad y fuerza.
No puedo contenerme y exploto dentro de Rosy, unos segundos después Ana termina gracias a las caricias de mi lengua regalándome sus jugos y después un potente chorro de su maravilloso squirt.
“cabrón, me dejaste sin terminar; princess ahora me toca sentir lo rico de tu estilo” Rosy desmonta y se coloca a cuatro puntos encima de mi, su lengua lame los líquidos que su Tía dejó en mi rostro; percibo el roce de unas pantorrillas entre mis muslos: La desconocida se acomoda, arrodillada, para penetrar a la gatita que bebe de mi rostro.
“Aaaayyyyyyyy Perra” grita Rosy en mi oído “me hubieras avisado antes de metérmela, hmmmm, así mami, más rápido; ouch, más fuerte pequeña ramera; ajá.
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si.
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más.
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si mamita .
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dale a esta putita su ración de fierro.
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sí.
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rico” murmura frenéticamente mientras se escuchan las nalgadas que recibe de la mujer que la está penetrando de manera magistral.
“yaaaaaaaaaaaaaaa” lanza un grito orgásmico y se derrumba sobre mí, sus redondos senos y sus duros pezones se apoyan en mi pecho.
Se levanta y, quitándome la venda, procede a desanudarme; “muy bien Papá Juan, soportó muy bien la iniciación de los ornitorrincos” me dice Ana poniéndose una bata.
Con la cabeza señala hacia una esquina de la casa de campaña, “allí hay agua para que se asee; después vaya a descansar un poco, que en un par de horas daremos el silbatazo de inicio de actividades”.
Un rato después, entro a la tienda donde duerme Toñito; Laura sonríe al verme “me voy, descanse Papá Juan Carlos” sin darme tiempo de decir algo me besa en la boca haciendo que su lengua recorra mis dientes y toque la mia; se separa un poco y murmura en voz baja “que buena arma tiene y quien bien la usa; cualquier cosa que necesite ya tiene mi cel.
” Sale de la casa de campaña, trato de dormir; estoy cansado.
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