Campamento parte 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sayago19.
Siento que han pasado cinco minutos, pero el silbato de Ana repica con fuerza; Toñito ser levanta con rapidez para despojarse de su pijama y ponerse su uniforme de explorador.
Al ver que no me muevo, comienza a empujarme con desesperación, mientras me grita “apúrate, que ya van a empezar el pase de lista y la revista”.
Antes de que pueda reaccionar suena la voz de Olivia, mi mujer, cuando entra en la tienda: “ya deja que tu padre descanse, Lau te va a acompañar al pase de lista; además yo necesito hablar con Él”
Toñito sale con rapidez y Oli se arrodilla a mi lado, sus manos comienzan masajear mi espalda con firmeza, desde la cintura hasta los hombros; primero amasa con la palma de las manos, y después con la punta de sus uñas recorre mi piel, haciendo que mi miembro comience a despertar también.
“Ya me enteré de que anoche estuviste muy ocupado, Anita tenía una cara de felicidad que no podía oculta, Rossy igualmente y no se diga Laurita” suspende el comentario para morderme el lóbulo de la oreja e introducir la lengua en el oído “yo les había dicho que, con la motivación suficiente eres todo un semental”.
Levanto la cabeza para comentar algo, pero Ella aprovecha para besarme, su lengua se introduce en mi boca, toca la mía, la enreda, dejándome un sabor que reconozco: ¡El squirt de Laura!
Sin que pueda incorporarme, una lengua comienza a recorrer mi espina dorsal, mientras que unas manos me retiran la cobija que me cubre.
Oli separa su boca de la mía y unas manos me toman de la cadera para hacerme girar.
Una vez boca arriba una vagina depilada se pone cerca de mi rostro.
Mi mujer me dice desde mi derecha: “cómete ese rico coñito, como me lo haces en las noches de pasión”.
Obedezco, mi lengua comienza a recorrer los labios vaginales, jugando con ellos; los beso como si fuera una boca en posición vertical.
Una mano grande se cierra sobre mi pene erecto y comienza a masturbarlo, con calma, disfrutando cada movimiento, mientras una lengua se desliza sobre mi escroto.
La mujer sobre mi rostro aumenta su respiración, su cadera se mueve con lujuria y siento en la lengua como sus paredes vaginales se contraen rítmicamente en un orgasmo que la hace aflojar el cuerpo.
Una boca se ocupa de mi miembro, los labios se cierran a su alrededor y comienzan un movimiento lento hacia arriba y abajo, la lengua se enreda en el tronco caliente y duro haciéndolo sentir unas deliciosas experiencias.
Siento una picazón en el muslo, la mujer se ha retirado (por fortuna la tienda se encuentra a la sombra de un árbol y el sol no nos molesta aún) y me incorporo para ver a un hombre desnudo dándome el mejor oral hasta ese momento.
Olivia se encuentra desnuda besando apasionadamente a la mujer, la cual reconozco: es Adriana la vecina del 69 (la casa contigua a la nuestra en el condominio horizontal “Plaza Siroco”), la cual deja escapar unos deliciosos gemidos cuando los dedos de Oli van explorando su mojada y rosada cueva.
Sin poder evitarlo, las expertas caricias bucales que recibo me hacen explotar en una eyaculación; la cual cae totalmente en la boca que encierra mi miembro.
Lo tomo del cabello y lo separo de mi miembro, dejando un brillante hilo de semen entre su boca y el pene.
Es Luis, el hermano su hermano, el cual sonríe y no se opone cuando lo beso en la boca mientras me comparte el néctar blanco que deposité en él.
Es un beso blanco, rico, hacía ya tanto que no probaba uno; desde mis años de estudiante.
Oli y Adri nos miran sonriendo con picardía, Oscar se acuesta y Adriana me dirige hacia el erecto pene de su familiar.
Es de tamaño mediano, grueso, circuncidado, su glande rosado se torna casi rojo por la erección, las venas se marcan en el tronco de ese majestuoso miembro; lo comienzo a lamer como si fuese un caramelo, para después pasar mi lengua por sus testículos, los levanto para acariciar también el periné.
De reojo veo a las dos mujeres trabadas en un placentero 69, el calor sube en la tienda, los cuerpos de los cuatro están cubiertos por una capa de sudor.
Oscar termina con un gemido inundándome la boca con su semen, eso hace que mi miembro vuela a erguirse desafiante y caliente; buscando un lugar donde poder obtener placer.
Me levanto y separo a amabas mujeres, mientras penetro el húmedo coñito de Adriana le doy a Olivia la leche de Oscar, la cual bebe con placer y deleite.
Adriana me toma de las nalgas y las estruja con fuerza mientras me dice: “si, así, más fuerte papi, dame rico, más, así, hasta el fondo”.
Oscar dice: “Párate Adri”, Ella obedece sin que salga de su deliciosa panochita, Oscar arrodillado le da un profundo beso negro a su hermana, la cual gime mordiéndose los labios.
Oscar interrumpe la actividad y la penetra analmente, al unísono ambos movemos nuestras caderas, sintiendo como nuestros miembros se tocan separados por la piel de Adri, la cual se encuentra a punto de terminar.
“Arghhhhh” es el sonido que escapa por los labios de Adri, mientras su vagina y ano estrechan los miembros que están dentro de ellos.
Oli, sentada, no deja de masturbarse mientras nos mira derrumbarnos poco a poco; aprovechando que los gemidos casi se han silenciado nos pregunta:
“Bueno, ya que nos conocemos todos, ¿Qué les parece si el próximo viernes nos reunimos para cenar con las líderes de los ornitorrincos: Ana, Laura y Rossy?”.
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