Cuando gozamos los dos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Depravadsex.
En otra ocasión he contado una de las orgías que hemos gozado con Silvi, mi mujer. Yo soy depravado, muy degenerado, sin límites en el sexo, y todo lo he hecho, pero hoy deseo contar detalles de una noche especial con una pareja amiga y un amigo de ellos. Estábamos: Rubén, solo; Roberto y Mirta, pareja; Silvi y Yo, Ramiro.
Después que las dos mujeres nos mamaran las pijas a los tres machos (dicho sea de paso, Roberto tiene una verga monstruosa y Rubén, apenas un poco más chica, ambos circuncidados por su religión). Silvi, mucho más que Mirta estaba chupando como desesperada.. Mirta se acostó panza arriba y rogaba acábenme en las tetas y la cara. Los tres nos pajeamos y le llenamos de leche caliente, que Silvi lamía.
Pero después vino lo mejor, mientras Roberto seguía pajeando esa envidiable verga yo la cogía a Mirta y Rubén a Silvi.
Las dos putas quedaron con las conchas llenas de leche pero todavía querían más. Mirta cabalgaba a Rubén gritando las palabras más obscenas y sucias posibles mientras Roberto puso piernas al hombro a Silvi y se la metió hasta el tronco. Silvi gemía y yo, para colaborar, con las manos bien tibias acariciaba las bolas de Roberto. Puedo decir: qué hermosas bolas! Grandes, redondas, cargadas de leche. Suavemente pasaba mi mano izquierda mientras que con la derecha le metía el dedo mayor en el culo a mi amigo. Logramos unos orgasmos increíbles y torrentes de espeso, caliente y sabroso semen que rebalsó la concha de mi amada mujer, tan depravada como yo.
Como ya dije, soy depravado, no soy puto, pero me gusta todo. Cuando Roberto la sacó de la concha de Silvi, se la mamé con todas las ganas, después me acosté panza arriba y Silvi se acuclilló sobre mi boca, largando todos los fluidos que llenaban su vagina.
Como la noche era larga, Mirta comenzó a pajearme y en un momento me pidió que la culeara, cosa que hice de inmediato mientras Silvi recibía la pija de Rubén en el culo y la de Roberto en la concha,
Para ser justo, también le chupé la verga de Rubén, que me pidió el culo y se lo entregué sin dudar.
Esa noche, Silvi tuvo 9 orgasmos y yo 6 y al volver a casa estuvimos el domingo entero cojiendo.
Este relato es totalmente real y sucedió en una quinta de Rincón, Santa Fe, Argentina.
Otro detalle: el culo me quedó con un hermoso dolor durante unos 10 días.
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